La amnistía al FC Barcelona: ¿La última exigencia de Puigdemont al PSOE?

El FC Barcelona se ha ligado al independentismo con más fuerza que nunca. La directiva, con Joan Laporta al frente, no tuvo reparos en politizar al club y convertirlo en una poderosa arma de propaganda de una causa que aún no había obtenido su auge. No obstante, tras este fervor patriótico se escondían los pagos a José María Enríquez Negreira, considerado ahora por el juez Joaquín Aguirre como un funcionario de carrera.

Por este motivo, el caso Negreira, donde están investigados tanto quienes recibieron como los que pagaron por supuestos informes más propios de un ojeador que de un vicepresidente del Comité Técnico Arbitral (CTA), no sólo se centraría en los últimos cinco ejercicios desde el inicio de las pesquisas, sino de los últimos quince, afectando a la primera etapa de Laporta al frente del club.

Tanto la política de Junts como ERC, así como desde el propio club, aseguran que todo este caso es una ramificación más de la ‘Operación Catalunya’, un supuesto entramado dirigido por Jorge Fernández Díaz, exministro de Interior, para acabar desde la raíz con el separatismo. Por esta razón, no es descabellado y menos con lo que se está jugando el FC Barcelona en estos momentos, que el club pudiera entrar dentro de un proceso de amnistía.

EL BARCELONA DE LAPORTA, CONTRA LAS CUERDAS

El FC Barcelona trató de desvincularse de todo el caso Negreira con una multitudinaria rueda de prensa a mediados del pasado mes de abril. Laporta sacó pecho y se presentó con decenas de cajas y abundante información sobre los supuestos informes realizados por Negreira y su hijo, unos estudios que sólo afectaban a los partidos jugados por la entidad blaugrana, pero el juez considera que el Barça pagó a Negreira más de 7,5 millones de euros en el conjunto de las temporadas y que los indicios se basan en dos cuestiones fundamentales.

La primera de ellas se centra en no recurrir las sanciones de la Agencia Tributaria; mientras que realizar los pagos a una empresa de naturaleza jurídica pública, como es el CTA al depender de la Real Federación Española del Fútbol, podría encajar en el delito de cohecho.

Si el FC Barcelona fuera condenado por cohecho, las sanciones podrían materializarse en bajada de categoría, pérdida de títulos, expulsión de las competiciones europeas y un daño mortal a su imagen. Por casos similares se han adoptado medidas ejemplares en el Viejo Continente, como en la liga italiana y escocesa. Los equipos implicados, como la Juventus, salieron escaldados.

Joan Laporta, presidente del FC Barcelona
Joan Laporta, presidente del FC Barcelona

Cataluña es muy diferente al resto. Los presuntos casos de corrupción se cierran sin apenas consecuencias, no se devuelve el dinero presuntamente robado y los supuestos cabecillas no se sientan ante el juez. Uno de ellos es el caso 3%, donde las empresas que obtenían concursos públicos pasaban por la caja de la extinta Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), sin que los máximos dirigentes hayan sido señalados. El caso de Jordi Pujol es uno más de una larga lista.

La sensación de impunidad en Cataluña es de tal magnitud que hay quien cree que al FC Barcelona no le pasará nada pese a demostrar el propio Laporta que se realizaron los pagos a uno de los máximos dirigentes de los árbitros durante más de una década, precisamente la más dorada del club.

EL BARCELONA SE JUEGA TODO SI SE PRUEBA EL COHECHO

De hecho, en los corrillos de Barcelona consideran que este auto de cohecho es «una página más en contra de Cataluña», excusando a la entidad deportiva. Cabe señalar que en caso de una sentencia desfavorable, el club tendría serios problemas de imagen y las consecuencias podrían ser terribles en caso de que los anunciantes decidieran desvincularse. Asimismo, la cúpula de Laporta necesita ingresos de forma imperiosa para poder hacer frente a la enorme bola de deuda para construir y levantar el Espai Barça, el complejo que reformará por completo la imagen del Camp Nou y sus alrededores.

Con estos antecedentes y una defensa victimista ante una avalancha judicial, la sociedad catalana pasa por alto todo lo que implique al FC Barcelona en el terreno negativo. En el positivo, miles de aficionados lucen orgullosos la bandera para responder a la denominada «caverna». Todo ello, con un seguidismo de los propios medios públicos y privados, con excepciones. El nacionalismo sale a rebrotar cuando del Barça se trata, con una defensa a ultranza y sin demasiada investigación adicional. Aquí no hay carrera por la exclusiva, sino por ser y parecer más defensor que el propio Laporta.

LA AMNISTÍA PARA EL BARCELONA Y LA SENSACIÓN DE IMPUNIDAD

Por estos motivos, no se puede descartar que ni Junts ni ERC sean ajenos al acorralamiento judicial del FC Barcelona, a un paso del banquillo. Ambas formaciones han situado en las gradas y palcos a representantes fieles para conocer de primera mano qué se cuece en un club capitaneado ahora por Laporta, exdiputado de Solidaridad por la Independencia (SI), formación que exigía abiertamente la ruptura total con España incluso con la salida del FC Barcelona de las competiciones nacionales.

Para ellos, todo este embrollo de Negreira no es menor, como tampoco serían las consecuencias severas en caso de que la FIFA y la UEFA se muevan para tomar cartas en el asunto. La amnistía tendría que ser una salida, a pesar de que no se ha abierto aún un juicio. No obstante, Puigdemont ya ha dejado claro las premisas para pactar una investidura de Pedro Sánchez. La Fiscalía debe poner de su parte y la fecha de la amnistía es a partir de 2013.

De ser así, el FC Barcelona borraría de un plumazo todo, aunque los papeles de la Agencia Tributaria y los autos judiciales circularían por las redes. Eso sí, se podría ejercer el derecho al olvido. Todo ello, con la misma sensación de impunidad que quedaría en caso de confirmarse.