El PSC activa su doble vara con su rechazo a la manifestación contra la amnistía

El PSC vuelve a la vieja estrategia en plena negociación por la amnistía. La manifestación del próximo 8 de octubre en Barcelona tendrá una notable ausencia respecto a la movilización de hace seis años. Los socialistas catalanes se ausentarán de la misma y tan sólo acudirán «a título personal» los dirigentes y cargos electos que así lo decidan. Bajo el lema, «no en mi nombre», convocada por la entidad constitucionalista Societat Civil Catalana (SCC), se espera una participación multitudinaria que podría desbordar las previsiones, como ha ocurrido en Madrid antes de la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo.

La plataforma convocante, nacida al calor del desafío independentista como un punto de unión del constitucionalismo y de la denominada ‘Cataluña silenciada‘, ha separado a todos los partidos políticos y no permitirá la presencia de los máximos representantes en la cabecera. Cada una de las formaciones -PP, Ciudadanos y Vox- acudirán a esta primera marcha contra la amnistía, una de las exigencias de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras para dar su apoyo al PSOE en la investidura de Pedro Sánchez.

El PSC ha mostrado dos posiciones en la última semana sobre la amnistía, dejando entrever que la medida de gracia para el prófugo de Waterloo está encima de la mesa de la ‘negociación express’ con ERC y Junts, cuyas exigencias pasan por transformar a Cataluña a imagen y semejanza del País Vasco, con un concierto económico muy similar.

Asimismo, los independentistas buscan paralizar infraestructuras en otras Comunidades Autónomas que impidan el crecimiento de Barcelona y Tarragona, como la ampliación del Puerto de Valencia -a sólo tres horas de Madrid por carretera y apenas hora y media por vía férrea, que dejaría mermada la competitividad de los puertos catalanes-. ERC lo ha exigido públicamente, provocando una nueva polémica en el debate político.

EL PSC, DE ACUDIR HACE SEIS AÑOS A PASAR EN PLENA NEGOCIACIÓN

El PSC no acudirá a la primera que convoca el constitucionalismo desde la sociedad civil para mostrar su rechazo a la amnistía. Hace seis años, los socialistas, entonces liderados por Miquel Iceta, tampoco acudieron en un 😯 en el que se arropó a la Policía Nacional y a la Guardia Civil y se mostró una absoluta condena al separatismo.

Salvador Illa sí estuvo en la pancarta política, junto a Santiago Abascal, Inés Arrimadas y Xavier García-Albiol, entre otras personalidades electas. Aquella movilización desbordó todas las previsiones de tal forma que el PSC sí se sumó a la concentración posterior una vez que Puigdemont proclamó su independencia de ocho segundos, para después meterse en el maletero de un vehículo y huir a Bélgica.

Salvador Illa, líder del PSC, permite los pactos con separatistas
Salvador Illa, líder del PSC, permite los pactos con separatistas

Este doble juego del PSC es habitual, mientras el resto de partidos están enzarzados en una disputa dialéctica y bronca, los socialistas ven el espectáculo desde la barrera, sin entrar al fango y evitar mancharse. Por un lado, mantiene un perfil bajo, mientras sus votantes catalanes tan sólo ven el enfrentamiento entre ERC, Junts, PP, Ciudadanos y Vox. La estrategia funciona a la perfección, a tenor de los resultados de las pasadas elecciones municipales y generales, mientras que en las autonómicas son los independentistas quienes resisten en el poder.

el bloqueo institucional se mantendrá si no se exploran nuevas vías

Los socialistas de Illa juegan hábilmente este juego, más cuando la amnistía no se ha consumado, aunque el PSOE busca su encaje con calzador en los márgenes de la Constitución, y para ello será necesario pasar por el Tribunal Constitucional y su mayoría de izquierdas.

EL PP SE PLANTA EN BARCELONA CON EL SILENCIO DEL PSC

La esperada y multitudinaria manifestación, a la que acudirá Feijóo y toda la plana mayor del PP en Cataluña, incluyendo a José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso, no será inicio y fin de la movilización, sino un punto de partida para movilizar a los votantes indecisos y también a los abstencionistas, especialmente de Ciudadanos que se han quedado en casa en los últimos comicios. En caso de una repetición electoral, el bloqueo institucional se mantendrá si no se exploran nuevas vías o si el PP consigue alcanzar esos cuatro escaños que le separan de la mayoría absoluta.

Desde la barrera se ven mejor las cosas, más cuando en el ruedo se están tirando los trastos. El PSC muestra un perfil bajo, sin apenas declaraciones oficiales, pero los grupos insisten en acorralarles con mociones y propuestas en Ayuntamientos y el Parlament. Ciudadanos presentó una propuesta de resolución en contra de la amnistía, mientras ERC y Junts daban a conocer su defensa de la medida de gracia y un referéndum acordado. Los de Illa rechazaron ambas, escondiendo la postura. Eso sí, en privado sí se habla con Ferraz sobre la estrategia a seguir, como disfrazar el término con palabras como «convivencia». Pero nada más lejos.

La política del constitucionalismo muestra ahora una nueva arenga para tratar de movilizar a todos los abstencionistas en las pasadas generales y autonómicas. El PP fue uno de los grandes ganadores en la noche electoral del 23 de julio al superar por separado a ERC y Junts y devolviendo la ilusión con un exultante Alejandro Fernández y un buen sabor dejado por Feijóo en sus mítines. Las diferentes visiones internas quedan ahora de lado, más cuando ambos acudirán a Barcelona para darse un más que reconocido baño de masas.

VOX, A CONTRAPIÉ TRAS LA FINTA DE FEIJÓO

Esta manifestación tendrá lugar el próximo domingo y ya comienza a escocer en el ámbito independentista. Por un lado, la Generalitat tilda de «anticatalanista» y «catalanófoba» esta movilización, mientras que los socialistas catalanes mantienen su silencio.

A la marcha acudirán numerosos ‘populares’, ‘naranjas’ y los conservadores de Vox, no así el PSC. Desde Vox destacan que tan sólo será el inicio de una serie de manifestaciones en toda España, incluyendo una concentración en la plaza de Colón de Madrid. Todo ello contra un pacto entre ERC y Junts con el PSOE, junto con la arenga de la «unidad nacional». De hecho, la Fundación Denaes, presidida por el propio líder de Vox, también se concentrará en Barcelona. «Vox irá con todas las consecuencias», ha asegurado.

Vox no sólo se quedará en las calles, sino también en los tribunales e instituciones. Todo ello, tras haber perdido la iniciativa en las movilizaciones, lideradas primero por Societat Civil Catalana y después por los ‘populares’ de Feijóo, que han sembrado los Ayuntamientos y Parlamentos autonómicos con mociones contra la amnistía y a favor de la unidad de España.