El flan de leche condensada de la abuela que da mil vueltas al de Eva Arguiñano

El flan, al igual que el bizcocho casero y las natillas, es un postre clásico que ha conquistado paladares de todo el mundo con su suavidad y sabor inconfundible. Entre las muchas variantes de este delicioso postre, el flan de leche condensada se destaca por su cremosidad y dulzura característica. En este artículo, te llevaré a través de un viaje culinario donde aprenderás a preparar un flan de leche condensada que hará que tus comensales pidan una segunda porción.

Además, te proporcionaré consejos y trucos para que tu creación culinaria sea aún más espectacular. ¡Así que, manos a la obra y prepárate para sorprender a tus seres queridos con un flan de leche condensada de primera!

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1. Preparando el Caramelo

El caramelo es una parte esencial del flan que le da ese toque dorado y deliciosamente pegajoso en la parte superior. Para hacer el caramelo, sigue estos pasos:

  1. En una sartén antiadherente, calienta el azúcar granulado a fuego medio-bajo sin revolver. Deja que el azúcar se derrita gradualmente. Esto puede llevar unos minutos, así que ten paciencia.
  2. Una vez que el azúcar se haya derretido por completo y adquiera un color dorado, retira la sartén del fuego inmediatamente. Si dejas que el azúcar se queme, puede darle un sabor amargo al caramelo.
  3. Vierte el caramelo caliente en el fondo de tu molde para flan. Gira el molde para asegurarte de que el caramelo cubra uniformemente la base.
  4. Deja que el caramelo se enfríe y se endurezca en el molde.