Illa, Albares y Zapatero se conjuran contra el PP y Vox para defender la amnistía a Puigdemont

Salvador Illa y José Manuel Albares, secretario general del PSC y ministro de Exteriores en funciones, respectivamente, convierten un seminario sobre la alianza estratégica entre la UE y América Latina en un gran mitin socialista para defender la amnistía a Carles Puigdemont y los pactos con Junts. El titular de Exteriores en funciones se ha centrado en el impulso del catalán en la UE, una medida que aún tiene que esperar dos meses como mínimo a la emisión de los informes de los países afectados por las lenguas cooficiales.

Todo ante la atenta mirada y el silencio de Félix Bolaños, ministro de Presidencia en funciones, quien ha permanecido inmóvil desde su asiento en primera fila de esta puesta de largo para defender una amnistía, una medida de gracia que podría entrar en la Constitución, pero que aún no se ha justificado ni el por qué ni el para qué se hace. Por el momento, tan sólo se conoce que es una exigencia de Puigdemont a cambio de los siete votos de Junts en la investidura de Pedro Sánchez.

Con este gran acto, más parecido a una arenga colectiva para reforzar la unidad del PSOE sobre la amnistía, el ministro de Exteriores en funciones y el líder del PSC han roto el silencio impuesto por Pedro Sánchez para evitar deslices y errores que podrían torpedear el acuerdo con los independentistas dirigidos desde Waterloo (Bélgica).

EL SILENCIO DE BOLAÑOS Y LA PESADILLA DE LOS BROTES VERDES DE ZAPATERO

Tanto Albares como Bolaños forman parte del equipo negociador escogido por Pedro Sánchez para arrancar un sí de Junts y mantenerse en La Moncloa una legislatura, conocida ya como la de la amnistía. Junto a Albares y Bolaños se ha sentado y hablado José Luis Rodríguez Zapatero. El expresidente del Gobierno ha entrado en estas negociaciones ‘in extremis’ para cerrar los últimos flecos del acuerdo, que será presentado tras la jura de la Constitución de la Princesa Leonor.

Todo ello, en la víspera del Comité Federal, donde se esperan con impaciencia las palabras de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, para cargar contra la estrategia diseñada desde el PSC para mantener el poder en La Moncloa. Salvador Illa marca así el paso y muestra una falsa unidad dentro de la formación socialista, donde se ha purgado a los críticos y silenciado todo avance en la negociación para evitar dar puntos de apoyos a las voces más disconformes con esta medida de gracia, paso previo a la realización de un referéndum y volver de nuevo a los hechos de septiembre y octubre de 2017.

Salvador Illa y José Luis Rodríguez Zapatero, protagonistas del mitin del PSC
Salvador Illa y José Luis Rodríguez Zapatero, protagonistas del mitin del PSC

Con un Zapatero desatado para defender a capa y espada las negociaciones con Junts y ERC, partido que está marcando distancias serias que podrían poner en peligro la investidura. El expresidente del Ejecutivo ha salido como un miura en defensa de Pedro Sánchez y ante las críticas encendidas de la ‘vieja guardia’, encabezada por Felipe González, Alfonso Guerra y Joaquín Leguina, entre otros. Poco a poco, históricos socialistas se han dado de baja y abandonado, mientras otros han recibido su expulsión, como Nicolás Redondo Terreros, hijo del sindicalista que se atrevió a convocar una huelga general contra el propio Felipe González.

GARCÍA-PAGE, LA EXCEPCIÓN EN LA PURGA DEL PSOE

En este momento, pocas son las voces que salen al paso de los actos y negociaciones del PSOE, casi ninguna en público, con la excepción de García-Page. Y es que, se impone una ley mordaza dentro del socialismo, inusual en un partido de Gobierno.

Zapatero ha iniciado así las líneas para poder vender la amnistía, al tiempo que ha sacado pecho de las cifras económicas de España, pese a liderar la tasa de paro en Europa y con un exiguo crecimiento, mientras la inflación acumulada desde mediados de 2021 se ha comido literalmente los ahorros de todos los españoles. Pero Zapatero aún piensa en la «Champions League» y los «brotes verdes» que vendía durante la crisis inmobiliaria, económica y social, la misma que expulsó al PSOE del Gobierno.

Para el exjefe del Ejecutivo, los pasos dados por el Gobierno de coalición son «extraordinariamente» favorables para España, hasta el punto que las propias empresas están activando sus planes para realizar inversiones fuera del país ante el nuevo hachazo que está por llegar. Y es que, la inseguridad jurídica está por encima de una declaración de intenciones.

«Cada dato que sale sobre nuestra realidad es mejor», ha afirmado Zapatero, que apunta que España está en una posición internacional «sólida como nunca», a pesar de que España , ha asegurado el expresidente español, pese a la más que evidente pérdida de peso desde la llegada de Pedro Sánchez al poder.

ESPAÑA PIERDE PESO INTERNACIONAL

Y es que, el país no es precisamente ejemplo de gestión en tema económico, con una deuda en niveles récord, mientras se ahoga a impuestos a las clases medias -recaudación fiscal en máximos-, mientras los diferentes gobiernos latinoamericanos están poniendo trabas a las empresas españolas, como la eliminación de visados en Colombia y Perú -hito conseguido con Mariano Rajoy-, y una caída significativa en la cuota de mercado de las exportaciones.

Zapatero, alineado con los autócratas y el Foro de Puebla, ha apuntalado una definición de socialista muy apropiada para los tiempos que corren en el seno del PSOE. «Ser socialista es abrazar la diversidad de quien piensa diferente, quien tiene otro color de piel y habla otra lengua», ha afirmado. De las continuas expulsiones del PSOE, ni media palabra.

También ha tenido elogios para Salvador Illa, a quien define como «la revelación política de los últimos años en España», a pesar de llevar en política desde hace décadas y estar en la picota por sus contratos con las mascarillas defectuosas entregadas a personal sanitario durante la pandemia. Y es que, curiosamente se olvida de que el líder del PSC fue ex ministro de Sanidad.

SALVADOR ILLA Y EL AVAL DE ZAPATERO PARA SUSTITUIR A SÁNCHEZ

En este sentido, ha apuntado que podría ser «el político más importante para Cataluña y España la próxima década». Cabe destacar que Illa está preparando el terreno para llegar a ser el líder del PSOE en Ferraz.

Illa lejos de argumentar los pasos dados por el PSOE y el PSC para abrazar la amnistía se ha enfundado de nuevo la remera para atizar a PP y Vox por avivar el «miedo» con arengas como «España se rompe». «El miedo es un arma política muy poderosa, pero también muy peligrosa», ha enfatizado, al tiempo que asegura que es un arma peligrosa utilizada para movilizar a la gente. Todo ello, para tratar de frenar el impulso en las calles con las manifestaciones del PP, Vox y Sociedad Civil Catalana (SCC) contra la amnistía.

Cabe señalar que el propio Illa estuvo presente en la movilización del 8 de octubre de 2017, cuando millones de españoles salieron a la calle para mostrar su rechazo al referéndum y su apoyo a los agentes de la Policía Nacional. En aquella pancarta, Illa se encontraba junto a los principales dirigentes de Vox, PP y Ciudadanos, entonces primera fuerza en Cataluña.

Miquel Iceta, ministro de Cultura y entonces líder del PSC, evitó asistir a esa masiva manifestación, pero después del éxito montaron otra movilización más con un Josep Borrell como invitado estrella. El argumento de Illa cae por su propio peso, pero confían en que los electores continúen en el estado de amnesia y anestesia para continuar dando su apoyo al PSC.

Illa no ha defendido las negociaciones con Junts, ni tampoco se ha referido a las mismas, sino que ha optado por un ataque frontal contra Vox por el «peligro» que representa la «extrema derecha».