El término “alimentación emocional” nos puede dar algunas pistas sobre lo que significa: implica darle “de comer” a nuestras emociones, ¿pero de qué manera? Esta manera emocional de alimentarnos, determina nuestra salud física, mental y emocional. Por lo tanto, hay que reconocer qué estilos de alimentación emocional tenemos, identificar nuestros patrones y aprender cómo gestionarlos de la manera más saludable.
Ante todo, hay que entender qué es la alimentación emocional. Se trata de aprender a regular nuestras emociones, especialmente aquellas que nos hacen sentir insatisfechos o infelices. Esta forma de alimentarnos con la emoción nos habla de la necesidad de encontrar el equilibrio entre lo que sentimos y lo que pensamos. Esto significa que necesitamos conocer nuestras emociones para evitar que nos domine nuestro estado emocional demasiado a menudo.
7Dormir bien

Por último, es importante llevar una buena rutina de sueño para ayudar a controlar la alimentación emocional. El sueño es el momento de curación y recuperación. Es el momento en que el cuerpo y la mente se recuperan.
Es necesario tener un horario de sueño regular para regular los ciclos de sueño y vigilia, así como minimizar el estrés emocional y la ansiedad. Si estás teniendo problemas para dormir, trata de seguir una rutina de sueño estable, reducir el consumo de cafeína y limitar tu exposición a la luz azul antes de acostarte.