Pablo Iglesias se muestra feliz, sonriente, en plena batalla campal tras la ruptura de Podemos y Sumar. La guerra no ha hecho más que comenzar tras la salida de los ‘morados’ del bloque progresista liderado, sin primarias, por Yolanda Díaz. La guerra desatada entre ambas formaciones pone en jaque la legislatura de Pedro Sánchez, a la que algunas fuentes auguran un período más corto del deseado por los socialistas. De hecho, las voces consultadas dan entre seis meses y dos años a la nueva andadura del Gobierno, más tras las fuertes tensiones y cruce de reproches entre ‘morados’ y ‘fucsias’.
Pablo Iglesias ya tiene de nuevo el control del partido ‘morado’, sin ser un súbdito de Yolanda Díaz, quien ha vetado toda iniciativa parlamentaria y silenciado a los cinco diputados ‘de Podemos ‘morados’ desde el inicio de la legislatura. Tanto es así, que las exministras Ione Belarra e Irene Montero habían advertido y amenazado con romper con Sumar si no se les daba cancha dentro del espacio. Tras ser vetadas para el Consejo de Ministros, las tensiones fueron en aumento al ver que no ostentarían ni una sola portavocía.
La gota que colmó el vaso fue la decisión unilateral de Yolanda Díaz de nombrar a Nacho Álvarez como ministro. A pesar de la tentación, el exmiembro de la cúpula de los ‘morados’ se mantuvo fiel a sus principios y declinó la oferta. A partir de ahí, el acoso y derribo desde Sumar a Podemos ha sido una constante, hasta el punto de provocar un encontronazo entre Ada Colau y el propio Pablo Iglesias en Barcelona, utilizando a los medios de comunicación como intermediarios.
CHOQUE DE TRENES ENTRE PODEMOS Y SUMAR
Los choques y contragolpes se han sucedido en las últimas horas de esta guerra interna en el ala izquierda del PSOE, incluso en el pleno homenaje del 45 aniversario de la Constitución. Tras la ruptura, Sumar acusó a Podemos de deslealtad e incumplimiento del acuerdo de coalición, que podría cercenar las subvenciones electorales. No obstante, el paso al Grupo Mixto ha sido más gratificante para los ‘morados’ al cobrar 8.115 euros más que bajo el cobijo de Yolanda Díaz.
Díaz, además, respondió a la decisión expulsando a los de Belarra y Montero de las Comisiones del Congreso, constituidas este pasado martes. Iglesias ha asegurado que Podemos hará su propio camino y que este movimiento les hace «felices y aliviados» al tener una voz propia en la Cámara Baja.
No sólo por el veto a Podemos en el Gobierno, sino porque habían dejado el partido sin capacidad de influencia política en el grupo parlamentario
El líder en la sombra de Podemos no tenía alternativa alguna tras el choque de trenes con Sumar de los últimos meses. «No sólo por el veto a Podemos en el Gobierno, sino porque habían dejado el partido sin capacidad de influencia política en el grupo parlamentario», ha asegurado el también exvicepresidente del Gobierno y responsable del ascenso de Yolanda Díaz.
ALBIACH ROMPE CON PODEMOS, MIENTRAS COLAU EVITÓ SER MINISTRA
La decisión se dio a conocer tras la renuncia de varios líderes de Madrid, como Jesús Santos, pero antes de que Jessica Albiach, líder de En Comú Podem -la marca en Cataluña-, rompiera con los ‘morados’.
Javier Sánchez, portavoz de los ‘morados’ en el Congreso argumentó que había intentado permanecer en Sumar, pero el esfuerzo se demostró imposible. Ahora el objetivo, es hacerse un hueco en el poco tiempo disponible que tendrá en el Congreso, frente a la nula participación si hubieran seguido con Sumar.
Eso sí, sus votos serán determinantes para poder aprobar leyes como los Presupuestos Generales del Estado; reformas como la laboral, e incluso la subida del Salario Mínimo Interprofesional o de los funcionarios y pensionistas.
REFORMAS Y PRESUPUESTOS EN EL AIRE POR LA DIVISIÓN DE SUMAR
Belarra trató de tranquilizar al PSOE con una llamada a Félix Bolaños, el ‘superministro’ del Gobierno al ostentar las tres áreas más importantes en la actualidad -Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes-. No obstante, los socialistas muestran una creciente preocupación, tal y como ha asegurado el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, quien ha afirmado que la ruptura no va a paralizar la política parlamentaria de un Gobierno progresista, aunque ha lamentado que la izquierda se haya dividido.
«No es una buena noticia» porque supone la división de la izquierda. Asimismo, hay dos versiones sobre lo sucedido. Y es que, López ha afeado a Podemos de no haber avisado la decisión adoptada antes de salir a explicarla a los medios; mientras Belarra asegura que sí lo hizo con Bolaños.
Las críticas a Podemos no se han hecho esperar. El exdiputado y líder de Drago Canarias, Alberto Rodríguez, ha calificado los hechos como un claro «caso de transfugismo flagrante». «Es la segunda legislatura que nos roban la representación», ha afirmado quien fue expulsado de Podemos.
Hasta el PP se ha metido en la pomada al señalar que los ‘populares’ han considerado que la marcha de Podemos añade inestabilidad a un Gobierno «provisional» que ahora, aparte de consensuar con actores como el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, o la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, tendrá que hacerlo con Belarra.
