La improvisación de Marlaska pone en riesgo la seguridad de Tenerife al destinar a los ‘zetas’ a El Hierro

Fernando Grande-Marlaska prosigue con la improvisación para tratar de cubrir la crisis migratoria en la isla de El Hierro. El ministro de Interior muestra una falta de previsión ante la llegada masiva de inmigrantes, personas que después son trasladadas sin un protocolo establecido a otros municipios de la Península, como se ha visto especialmente en Madrid y Castilla y León, cuando fueron dejados en cuarteles militares y balnearios, respectivamente, con plena libertad de movimiento.

La situación en Canarias está completamente desbordada ante la falta de efectivos para dar cobertura y mantener las mínimas condiciones de seguridad en la zona. Ante esta crisis, la Jefatura Provincial de Policía de Tenerife ha enviado la orden para fijar los servicios que se pondrán en marcha para cubrir los distintos servicios ante esta crisis migratoria. En concreto, se destinarán diez agentes del servicio de radiopatrullas, denominados comúnmente como ‘zetas’, de Tenerife para cubrir puestos en El Hierro.

Estos cambios merman la seguridad en Tenerife. «Es desvestir un santo para vestir a otro», denuncian fuentes policiales consultadas por MONCLOA. En este sentido, los principales perjudicados son los ciudadanos de las Islas Afortunadas, quienes ven cómo sus servicios para patrullar las calles se destinan ahora a custodiar a los migrantes ilegales en sus traslados desde el CATE a la enfermería o a las oficinas de extranjería. «La situación es insostenible», denuncian las mismas fuentes.

MARLASKA Y EL PELIGROSO PRECEDENTE DE LA CRISIS DE LOS CAYUCOS

Marlaska no puede escudarse en la llegada masiva de migrantes ilegales como un nuevo fenómeno en Canarias. «La situación ha ido en aumento desde la crisis de los cayucos en 2006», han asegurado las mismas fuentes. Desde entonces, la llegada de estas personas se ha disparado y los datos en este 2023 son alarmantes. Según las cifras oficiales, la llegada de migrantes se ha incrementado en más de un 130% desde enero hasta ahora respecto al mismo periodo del pasado año.

La situación ha ido en aumento desde la crisis de los cayucos en 2006

La nueva orden de la Jefatura Provincial de Policía de Tenerife establece que los agentes de los ‘zetas’ deben pasar seis días a la semana en El Hierro, un parche para una situación insostenible. De hecho, las fuentes policiales exigen un mayor número de plazas para cubrir las necesidades reales. De hecho, «supone un agravio mayor para los agentes que tienen que desplazarse desde sus casas y dejar a sus familias en fechas navideñas», según denuncia el sindicato Jupol.

La llegada de migrantes ha desbordado todas las previsiones y el Gobierno trabaja contrarreloj por comunidades y ayuntamientos
La llegada de migrantes ha desbordado todas las previsiones y el Gobierno trabaja contrarreloj por comunidades y ayuntamientos

Se trata así de una falta de previsión y coordinación ante un hecho «perfectamente previsible», como es la llega masiva de migrantes, según afirma el sindicato. «Este cambio de destino provoca una escasez de radiopatrullas en las calles para cubrir los servicios de custodia en el CATE de El Hierro», apuntan. Asimismo, la Jefatura solo ha dado estas órdenes a los ‘zetas’, no hay otras unidades implicadas en estos cambios.

LOS ‘ZETAS’, PATRULLAS ESENCIALES EN CANARIAS

La preocupación es máxima debido a la actividad de los amigos de lo ajeno y las peleas multitudinarias que suelen registrarse en estas fechas tan señaladas en el calendario. «Son patrullas cruciales que atienden cualquier imprevisto en cuestión de minutos, pero su ausencia es más que preocupante», han asegurado.

«Seguimos sin reposición ni podemos incrementar los efectivos», afirman desde el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, capital de las Canarias, a este medio. Asimismo, desde el Consistorio aseguran que la subdelegación del Gobierno no se han puesto en contacto con las autoridades locales para darles una solución ante la llegada de los «amigos de lo ajeno», afirman.

Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior, hace oídos sordos ante las reivindicaciones de los agentes de la Policía Nacional
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Para el Ayuntamiento y los sindicatos policiales, la solución pasa por un aumento de las plantillas y adecuarlo a «los flujos continuados de inmigración que reciben estas islas y evitar de este modo la falta de efectivos policiales en las mismas».

Para ello, han exigido una actualización «del catálogo de puestos de trabajo de la Dirección General de la Policía para adecuarlo a las necesidades policiales actuales y no a las existentes en 2008, fecha de la que data la última actualización». Asimismo, se ha exigido a la Dirección General de la Policía una revisión de las plantillas y garantizar la seguridad de todos los agentes ante la llegada masiva de inmigración que pone en riesgo su propia seguridad y de la ciudadanía.

MARLASKA ESQUIVA AL AYUNTAMIENTO DE TENERIFE

Por ello, ven «urgente» la adopción de medidas ante la inacción del Ministerio del Interior, la Dirección General de la Policía y del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. acaban de afrontar con determinación la búsqueda de una solución que garantice la seguridad y salubridad, tanto de los agentes de la Policía Nacional, como de los inmigrantes.

Jupol muestra también un compromiso firme para con los canarios. «La ciudadanía cuenta con la colaboración de todos los agentes de la Policía Nacional, agentes que no hacen otra cosa que dejarse la piel en cada servicio, poniendo en peligro para ello su salud, su seguridad y su integridad física en numerosas ocasiones con la improvisación que sufren en los dispositivos originados por la llegada de pateras, algo que desde esta organización sindical no se va a permitir», señalan.

Asimismo, exigen depurar las «todas responsabilidades de cualquier índole, denunciando si es necesario toda infracción de las normas de prevención de riesgos laborales de aquellos que, estando legalmente obligados, no faciliten los medios necesarios para que los policías desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene adecuadas».