Desde los áridos desiertos de Marruecos hasta los animados mercados de Túnez, el cuscús es un platillo versátil que ha conquistado paladares alrededor del mundo. Este grano de sémola de trigo es como un lienzo en blanco para los cocineros, listo para absorber los aromas y sabores de las especias y caldos en los que se cocina.
Pero, lo que realmente transforma al cuscús es la creatividad con la que se fusiona con otros ingredientes, resultando en experiencias culinarias que trasladan al comensal a exóticos destinos con cada bocado.
6RECETAS INNOVADORAS QUE RENUEVAN LA TRADICIÓN
Con la llegada del ‘foodie’ moderno, que busca nuevas experiencias y sabores únicos, el cuscús ha dado el salto a la innovación culinaria. Chefs de todo el mundo utilizan cuscús para crear platos que no sólo rinden homenaje a sus raíces magrebíes, sino que también adoptan influencias de diversas cocinas. Un ejemplo de esto es el cuscús de quinoa, una alternativa sin gluten que combina las tradiciones andinas con las norteafricanas, o el cuscús con frutas exóticas y verduras que transforman el plato en una explosión de colores y sabores.
Por otra parte, la gastronomía molecular ha encontrado en el cuscús un ingrediente interesante para experimentar con texturas y formas. Esterificaciones de cuscús y aires de especias son solo algunos ejemplos de cómo la alta cocina se empapa de la humilde semilla y la eleva a nuevas alturas. Estas recetas vanguardistas a menudo se sirven en restaurantes de lujo, donde los comensales buscan ser sorprendidos por la reinterpretación de un clásico con un toque contemporáneo.
Así, el cuscús continúa su historia, que comenzó hace siglos en los fuegos de las cocinas magrebíes y que hoy encuentra nuevo impulso en la innovación y la globalización de la gastronomía. Su sencillez, junto con la capacidad de fusionar y adaptarse, lo convierte en un verdadero camaleón culinario, capaz de mantener su esencia mientras abraza nuevas formas, colores y sabores. Con cada nueva receta, el cuscús no solo alimenta nuestros cuerpos, sino también nuestra curiosidad y deseo de explorar el mundo a través del paladar.
