La violencia de las bandas latinas se traslada de las calles a las cárceles

El cuarto Observatorio de Bandas Juveniles realizado por el Centro de Ayuda Cristiano de la Comunidad de Madrid y presentado en enero de 2024 aborda por primera vez aspectos poco conocidos relacionados con la violencia de las bandas latinas en España. Por ejemplo, advierte de la situación de los pandilleros en las prisiones donde se mantiene la misma jerarquía que hay en las calles, auqnue los jefes estén encarcelados, de la creación de patrullas vecinales en algunos barrio de Madrid y de la cada vez mayor implicación de mujeres en estos grupos organizados.

El estudio recoge declaraciones del presidente de la Asociación Profesionales de Funcionarios de Prisiones (APFP), Francisco Llamazares, uno de los cinco sindicatos de funcionarios de centros penitenciarios de España y que aglutina a 3.000 funcionarios, que asegura que «desde que un interno ingresa en prisión todos los funcionarios conocen perfectamente quién es y por qué ha sido encarcelado».

JEFES EN LAS CÁRCELES

Cuando el miembro de una banda llega a la cárcel entra en un módulo de ingreso hasta que la junta de tratamiento lo califica y es destinado a otro módulo. Cada módulo alberga a unos 125 reclusos de media. Los miembros de diferentes bandas no suelen estar separados por módulos, aunque es fácil identificarlos para los funcionarios porque forman «parte de un grupo compacto, por los corrillos que acostumbran a hacer en el patio y se ve quién es el líder», según recoge el estudio del Observatorio.

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Guardias civiles detienen en Fuerteventura a miembros de los DDP.

«En prisión la jerarquía persiste, de la misma forma que se trafica con droga y se continúan dando instrucciones al exterior a través de teléfonos muy pequeños mediante códigos de SMS que no soportan Whatsapp y que se introducen en las prisiones fácilmente a través de los encuentros vis a vis», según el citado informe.

Para el Observatorio «en la actualidad hay un repunte de la violencia en las cárceles» y «hay más agresiones e intimidaciones que antes de la pandemia. Y cuando salen muchos de ellos se ve claramente que padecen algún problema mental y por supuesto siguen dependiendo de la droga», según el presidente de la APFP.

Los casos de reinserción son, sin embargo, muy pocos. Según el Centro de Ayuda Cristiano, «cuando algunos pandilleros deciden acudir a sus charlas de reorientación nada más salir de la prisión, al cabo de dos o tres meses desaparecen y desgraciadamente vuelven a reincorporarse activamente a su banda».

Ponen como ejemplo el caso de uno de ellos en concreto. «El pandillero arrepentido R.Y., de 27 años, encarcelado en la prisión de Aranjuez, donde hay cerca de 1.200 reclusos, ya estaba participando en el programa de reinserción social del Centro de Ayuda Cristiano cuando fue detenido. Sus anteriores compañeros de banda quisieron acabar con él por “desertar” y le propinaron una brutal paliza. El joven no quiso denunciar ni ir al hospital, por lo que, debido al absentismo a causa de las heridas, perdió su trabajo. Poco después fue identificado por la policía y detenido por 17 reseñas por tentativa de homicidio, lesiones contra la salud pública y quebrantamiento de condena, por lo que entró inmediatamente en prisión», según explica el Observatorio.

R.Y. afirmaba que «dentro de la prisión es una obligación seguir en la banda y allí tienes también que intentar captar a otros para tu banda». En su módulo de la prisión de Aranjuez estaban internados 7 miembros de Dominican Don´t Play (DDP) y 3 Trinitarios. «Nunca van a las mismas actividades para no coincidir, aunque sí deben compartir el tiempo del patio, siempre en grupos distantes entre sí. Otros presos, conocedores del enfrentamiento latente, intentan mediar para que no haya peleas entre ellos», según contaba el ex pandillero.  

PELEAS EN PRISIONES

Los altercados dentro de las prisiones son comunes. Entre los últimos, el que ocurrió en la cárcel de Zuera (Zaragoza) en septiembre de 2022, cuando el rapero Steven Guarionex Vasquez, más conocido como «Biwan La Pauta», considerado cercano a los DDP y que cumplía condena por violación grupal, dio un concierto para los internos de varios módulos. En aquella ocasión, fue el sindicato de funcionarios Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), los que aseguraron que «la incapacidad y la ineptitud de los responsables de Prisiones nos lleva al caos y hace que se roce, demasiadas veces, la tragedia dentro de las cárceles».

Según una investigación reciente de la Guardia Civil, Eric Velastegui, el líder de los Latin King encarcelado en la prisión de Teixeiro (A Coruña), continúa liderando su banda desde la cárcel. Eric formó la «Sagrada Tribu América Spain de la Todopoderosa Nación de los Reyes y Reinas Latinos» en la localidad madrileña de Galapagar tras pedir permiso a sus superiores en Estados Unidos. En febrero de 2023 la Guardia Civil detuvo a una quincena de personas presuntamente vinculadas a esta facción de los Latin Kings, entre ellos a su pareja Luna y su lugarteniente Tatam.

Otro ejemplo, el pasado mes de diciembre de 2023 una violenta pelea entre dos bandas rivales en la prisión de Alcalá Meco terminó con diez reclusos en aislamiento, según informó el sindicato de funcionarios ACAIP-UGT. Los hechos ocurrieron en el módulo de menores de 21 años durante un enfrentamiento entre magrebíes y latinos. Sólo durante el año 2022 este sindicato comunicó que en esta cárcel se registraron 160 agresiones entre internos, la mayoría protagonizados por internos jóvenes.