Los nervios atenazan al PNV: «Se ha perdido el rumbo por completo»

Nervios en el PNV en el inicio de la campaña electoral del País Vasco. Las espadas se han desenvainado para iniciar un combate cuerpo a cuerpo tras cuatro años de sociedad con el PSE y con Bildu, un pacto que se ha desempolvado con el desalojo de UPN en Pamplona.

Las dudas de Imanol Pradales, jefe de filas de los nacionalistas vascos, son cada vez más palpables cuando se fijan en Bildu como su adversario. Y es que, esta estrategia denota a un PNV sin ideología propia, sin un rumbo claro, tal y como comentan fuentes críticas con la deriva de la formación, hasta el punto de esconder las raíces identitarias tras su pacto sellado con el PSOE para sostener al Gobierno de Pedro Sánchez, un acuerdo firmado por Andoni Ortuzar y el propio jefe del Ejecutivo una semana antes de la investidura del pasado 16 de noviembre.

El pacto se presentó demasiado rápido, sin apenas explicaciones, y ventilado en una rueda de prensa. Todo ello en apenas 25 minutos. Ortuzar puso el foco en los acuerdos de PP y Vox como justificación de su nueva sociedad con el PSOE, a quien exigía la «plurinacionalidad del Estado» y la transferencia de la Seguridad Social, a pesar de las sentencias del Tribunal Constitucional, tal y como confirmó el entonces ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Para Ortuzar, las declaraciones de Escrivá no eran más que «una mentira» y que la gestión del régimen económico de la Seguridad Social en el País Vasco está aceptada en el Estatuto de Autonomía de País Vasco.

EL PACTO CON EL PSOE PONE CONTRA LAS CUERDAS A PRADALES

Poco después de la investidura de Pedro Sánchez, el PNV comenzó a recoger algunos frutos, como las competencias de Cercanías, la acogida de migrantes y homologación de títulos universitarios de extranjeros. En total, el Gobierno de Pedro Sánchez ha cedido a los nacionalistas hasta catorce competencias, todo como pago al apoyo a su Gobierno y a los Presupuestos.

Perdemos votos, terreno y todo se juega en Álava, donde Bildu y el PSE echarán el resto

Sin embargo, Ortuzar y Pradales no podrán argumentar la consecución de su objetivo principal: la competencia de la Seguridad Social, la más codiciada por las autonomías puesto que tendrían la gestión de la caja y la llave de la misma, a pesar de romperse la unidad en España. Es la última transferencia pactada y la última en aprobarse, según el calendario fijado. Por ahora no hay ninguna formalidad para este traspaso y el PNV podría quedarse con un nuevo papel mojado si Sánchez adelantara las elecciones en otoño y una vez que Salvador Illa gobierne en Cataluña, sea con ERC o con Junts.

Andoni Ortuzar, líder del PNV, en el inicio de campaña del PNV
Andoni Ortuzar, líder del PNV, en el inicio de campaña del PNV

Los de Ortuzar han conseguido prácticamente las mismas concesiones que ha obtenido ERC, pero no han logrado adjudicarse medidas de calado para la sociedad vasca, como la reforma laboral o la ley de vivienda, dos medidas que han salido adelante con Bildu, el adversario más temido en esta lucha electoral en 2024. El PNV ha interpuesto un recurso contra la ley de vivienda, semanas después de aprobarse para diferenciarse de Bildu.

EL TRASPIÉS DE ESTEBAN Y LA TRAICIÓN DEL PNV AL PP

Dentro del PNV, además, existen unas fuertes críticas a la cúpula y especialmente a Aitor Esteban, el jefe de filas en la Cámara Baja, por recordar el tractor de Mariano Rajoy. «Alberto, tu tractor tiene gripado el motor por usar aceite Vox», aseguró en la sesión de investidura para renegar de las raíces del PNV y sumarse al «bloque progresista».

El traspiés de Esteban tuvo respuesta desde el líder del PP. «Creo que el señor Esteban tiene tractores antiguos», afirmó Feijóo. Esteban se refería a su debate con Rajoy en 2016. «Si bien me quieres Mariano, da menos leña y más grano», señaló el líder del PNV en el Congreso. «Si quieres grano, Aitor, te dejaré mi tractor», dijo entonces el presidente del Gobierno.

Pradales defiende el recurso a la Ley de Vivienda que se ha «impuesto» a Euskadi
Pradales defiende el recurso a la Ley de Vivienda que se ha «impuesto» a Euskadi

Tras estas palabras, el PNV traicionó después al PP, que ha esperado ocho largos años para armar una candidatura en el País Vasco con garantías para levantar un muro contra el nacionalismo excluyente vasco y que ponga de manifiesto los pactos con el PSOE con el único objetivo de formar un cordón antidemocrático contra los ‘populares’.

Y es que, el PNV aprobó los Presupuestos del PP de Mariano Rajoy y apenas una semana después dio luz verde a una moción de censura por un supuesto caso de corrupción. Los nacionalistas, no obstante, mantienen su doble vara de medir «al mantener su apoyo al PSOE a pesar del caso Koldo». «Es un contrasentido», destacan los críticos a la deriva actual de los nacionalistas.

EL PNV, UNA MÁQUINA DE PERDER VOTOS

Estas mismas voces puntualizan que el cambio «obligado» de Íñigo Urkullu por Imanol Pradales tampoco va a tener el efecto esperado. «Perdemos votos, terreno y todo se juega en Álava, donde Bildu y el PSE echarán el resto», han apuntado. «Pradales va a tener una difícil batalla», han considerado las mismas fuentes.

Así las cosas, el PNV se presenta a estas elecciones con la pérdida de 102.000 votos en el 23-J, superado por el PSE, que arrancó 69.000 papeletas más en cuatro años, mientras que Bildu registró un incremento de 55.000 más. El PP, por su parte, registró un incremento de 33.000 votos, mientras Vox sumó 1.500 votos.