Cristina Ibarrola controlará UPN tras desoír los cantos de sirena de la izquierda abertzale

El próximo 28 de abril Unión del Pueblo Navarro elegirá como nueva presidenta a la concejala de Pamplona Cristina Ibarrola, afín al actual presidente regionalista Javier Esparza y hasta hace unos meses alcaldesa de la capital de la Comunidad Foral.

Ibarrola, que será la única candidata en el Congreso regionalista, ha firmado finalmente un acuerdo con Alejandro Toquero, alcalde de Tudela y próximo vicepresidente de UPN como paso previo, presumiblemente, a intentar hacerse con el puesto número 1 de la candidatura autonómica de 2027. 

La exalcaldesa ha anunciado que repetirá como candidata en Pamplona de UPN, partido que ha recibido un «no» del Partido Popular para concurrir juntos a las europeas por los desplantes regionalistas a Génova 13 en las últimas municipales, autonómicas y generales.

PROBLEMAS PARA UPN EN VARIOS FLANCOS

UPN se ha visto golpeado por varias polémicas en los últimos tiempos. La más grave ha estado relacionada con el intento de asalto de varios agricultores al Parlamento de Navarra para protestar contra la presidenta María Chivite.

UPN
María Chivite.

Desde las filas socialistas han insinuado que los regionalistas han mostrado reparos en condenar esta acción violenta porque entre los agricultores se encontraba un alcalde de UPN, Máximo López Carro, primer edil de Lazagurría.

Otro asunto grave en Navarra fue el intento de agresión a Chivite en la localidad de Cabanillas, del que el socialista Ramón Alzórriz asegura que «la actual dirección de UPN es cómplice y les incentiva. En cada uno de los ataques que ha habido a la presidenta del Gobierno de Navarra y a la institución, había concejales, afiliados y simpatizantes de UPN, que está generando un clima de fractura social y de mentiras a conciencia que puede acabar en algo más grave. Basta ya de mentiras, bulos y fake news».

UPN niega la mayor: «El Partido Socialista pretende extender la acusación a Unión del Pueblo Navarro, en una burda y sucia maniobra para intentar desviar la atención del descontento del sector con la presidenta como máxima responsable de la actuación del Gobierno de Navarra».

Las formaciones que integran el Gobierno foral también afean a los de Javier Esparza que se hayan encontrado en los almacenes municipales de Pamplona mascarillas sin utilizar por valor de 400.000 euros. UPN asegura que las mismas proceden de una donación del Gobierno de España cuando la crisis sanitaria había remitido.

CANTOS DE SIRENA

En el diario más cercano a Euskal Herria Bildu, Gara, su redactor de Opinión Alberto Matxain, señala sobre UPN que «tras ganar tres elecciones pero no poder formar gobierno, los de Esparza enfrentan un congreso muy complicado. La estrategia de desgastar al PSN no ha dado los frutos deseados, la ruptura de Navarra Suma no le ha permitido construir alianzas con nadie y no solo no gobierna en Nafarroa, sino que ha perdido Iruñea y podría perder otros ayuntamientos importantes. Se supone que se han abierto a acuerdos con Geroa Bai, pero la coalición abertzale, que también está un poco tocada, jamás se acercará a UPN mientras siga siendo un partido netamente antivasco y euskarófobo. Sería un suicidio para los de Uxue Barkos». 

Desde la izquierda abertzale lanzan cantos de sirena a UPN

«Si UPN quiere gobernar Nafarroa, puede seguir como hasta ahora, o puede aprovechar el congreso para convertirse en otra cosa. El problema es que pasar a ser un partido no antivasco, no euskarófobo, más dialogante y menos autoritario podría implicar su progresiva desaparición, tal y como le pasó a CDN. La apuesta sería arriesgada y el PP no le daría tregua», añade.

Y lanza una idea que el propio autor tilda de «utópica»: «UPN, puesto a arriesgar, podría abrirse a buscar entendimientos con EH Bildu. Si pudieron Ian Paisley y Martin McGuinness, por qué no Laura Aznal y quien suceda a Javier Esparza. Los dos partidos podrían liderar un pacto de convivencia que implicara el reconocimiento y respeto de la existencia de Euskal Herria y de la plurinacionalidad de la sociedad navarra, así como el rechazo explícito de la euskarafobia, entre otras cosas. En definitiva, la reconciliación de la sociedad navarra», señala.

Matxain asegura que el pacto supondría «un gran cambio de paradigma político y social. Merece la pena imaginarlo. Ya sabemos que no va a suceder. UPN nació para lo que nació y la opción no está sobre la mesa, ni en la cabeza de nadie. Bastante tienen con renovar su dirección manteniendo la unidad y la cohesión, por lo que se intuye que seguirán insultando al PSN y a EH Bildu confiando en que Sánchez caerá más pronto que tarde».