Pello Otxandiano, el abertzale hipster que denuncia el pacto entre PNV y PP

Pello Otxandiano es el candidato de Bildu para la batalla electoral del 21-A, al que se está llegando con una destensada campaña marcada por la alegría copera del Athletic Club y la muerte del lehendakari José Antonio Ardanza.

Antes de que se abran las urnas resulta evidente que la pacificación del norte ha disparado el voto nacionalista a cambio de rebajar la agenda identitaria a mínimos. A ello ha ayudado el giro pragmático de la izquierda abertzale, que quiere ganar las elecciones y estrenarse en el Gobierno Vasco tras copiar la táctica pactista peneuvista mientras el PNV le intenta birlar la agenda feminista o verde, que son 2 de las señas de identidad de Euskal Herria Bildu desde su fundación.

Arnaldo Otegi, tras trabajar en favor del fin de ETA, ha disparado el voto abertzale, ha conseguido que su viraje socialdemócrata no conlleve escisiones violentas que contribuyan a reabrir el conflicto vasco, y ha dado un paso a un lado con el ánimo de imponer una bicefalia también típica del PNV.

El candidato que concurre a las vascas es el vizcaíno Pello Otxandiano Kanpo​ (Otxandio, 1983), ingeniero, imagen de yerno ideal, jefe de Programa de EH Bildu e impulsor de una estética hipster o gafapasta que cambia los palestinos y camisetas a rayas por las camisas pop dignas de los niños bien que van al Sonorama.

Otxandiano arrasará entre el votante joven e intentará dar la sorpresa en la circunscripción de Álava con el fin de que el reparto de escaños de la provincia más pequeña de Euskadi no lastre la previsible victoria abertzale en Gipuzkoa.

El candidato quiere rentabilizar la buena valoración que existe sobre la gestión de EH Bildu en el campo municipalista y dejar atrás el fantasma de ETA, que fue según él «un ciclo político en este país, que afortunadamente hemos dejado atrás y creo que estamos mucho mejor que hace 15 años como país y como sociedad».

Pello Otxandiano
Bildu propone al PNV gobernar en coalición

Otxandiano denuncia que el PP será socio imprescindible en el nuevo Gobierno que podrían conformar PNV y PSE. Y, siendo consciente de que el tripartito progresista no saldrá adelante, ha ofrecido conformar un Gobierno nacionalista a Imanol Pradales.

Por ahora EH Bildu no se atreve a denunciar la mentira del ‘oasis vasco’, que es el mantra que dice que en Euskadi no hay corrupción, y está promoviendo un discurso por el cambio: «Merecemos un gobierno honesto que defienda a los ciudadanos con prioridad y me comprometo a hacernos volver a sentir orgullosos de nuestros servicios públicos. Ahora tenemos una oportunidad. Esta posibilidad es real y la sociedad la ve: hoy y aquí podemos decir que el necesario cambio político es posible. Es posible y es ahora. Y lo haremos como siempre, juntos, con un nuevo impulso. Adquiriendo compromisos con la ola del cambio creciente», asegura.

Sobre los problemas del Sistema vasco de Salud, Osakidetza, Otxandiano dice que Euskadi no puede permitirse «jugar con las cosas de comer, y menos con las que necesitamos para vivir. No se puede jugar con la salud de nuestros ciudadanos, ni con el derecho a la vivienda, ni con el cuidado de nuestros mayores, ni con los derechos de las mujeres… con todo esto».

«Cuando me nombraron candidato a lehendakari, me comprometí a representar a todas las personas que solicitan un cambio político en esta parte de nuestro pueblo. Y os interpelé a todas y todos vosotros, porque esto no podríamos conseguirlo sin la comunidad de EH Bildu», dice. Y añade: «Osakidetza pueda ponerse de nuevo de pie, poner en solución el problema de la vivienda o establecer modelos de gobernanza colaborativa, sin exclusiones. Ya es hora de que Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se sitúen donde se merecen, y de construir un gobierno con propósito, ambición e ilusión», añade.

PELLO OTXANDIANO ANTE EL 21A

A Otxandiano le molesta que la derecha estatal le intente imponer un cordón sanitario tras décadas de exigencias para que la izquierda abertzale tomase únicamente las vías institucionales. Pero también sabe que el ruido del PP contra ellos es una importante herramienta para disparar el voto a la coalición que lidera.

«Lamentablemente, este tema se emplea mucho más en términos electoralistas que de otra manera. Hay una pulsión por parte de muchos sectores de la sociedad que plantean la necesidad de abordar un debate y un proceso genuino de construcción de una memoria plural. Hay que mirar al pasado, hay que rescatar lecciones de ese pasado para proyectarlas hacia el futuro, pero después hay una utilización muy partidista y muy maniquea de este tema, especialmente por la derecha y la extrema derecha», explica.

Y sobre el 21A, apunta: «Hay un agotamiento del modelo de gestión. Los gobiernos de coalición entre PNV y PSE en las principales instituciones del país representan un modelo de gestión mucho más reactivo que proactivo. Esos gobiernos no tienen un proyecto de país a medio-largo plazo, y a estas alturas no se puede gobernar sin un propósito claro, sin una visión de país. Lo que les une a los dos partidos son intereses partidistas y cortoplacistas».