La ciudad perdida del mono que se convirtió en más que un mito

Con un mono como protagonista, la ciudad perdida o ciudad blanca, es uno de los descubrimientos más increíbles. La ciudad perdida del mono tiene una historia que asombra a cualquiera que la conozca y se constituye como el hallazgo arqueológico más emblemático del último tiempo.

Esta increíble y misteriosa ciudad es un sitio arqueológico en el oriente de la república de Honduras que también es conocida como la ciudad Blanca. Este lugar es considerado un asentamiento mítico o legendario ubicado en el territorio de Mosquitia, un páramo de bosque tropical, que incluye la Reserva de la biosfera de Río Plátano y que fue foco de diversas investigaciones multidisciplinarias.

Los misterios de la ciudad perdida del mono

La ciudad perdida del mono es uno de los descubrimientos arqueológicos más emblemáticos de la era. Hasta no hace mucho tiempo, este sitio era una antigua leyenda mitológica. La ciudad fue descubierta en una zona selvática de Honduras que contiene el mayor bosque lluvioso de América Central. Esta zona está llena de vegetación impenetrable, humedales y ríos. Desde el cielo, esta ciudad posee un gran atractivo, pero para quienes deseen explorarla puede ser muy peligroso por la existencia de serpientes venenosas, jaguares hambrientos e insectos dañinos, portadores de enfermedades mortales.

Es este detalle de la ciudad perdida del mono, su naturaleza prohibida y su inhospitalidad ha contribuido a la formación del mito de una ciudad perdida, aunque el origen de la leyenda es un misterio.

Cómo se descubrió la ciudad perdida del mono

Cómo se descubrió la ciudad perdida del mono

En 2015 un equipo de National Geographic realizó una investigación en la Mosquitia, zona donde se encuentra la ciudad perdida del mono, logrando descubrir este misterioso sitio. Los arqueólogos inspeccionaron y trazaron un mapa de extensas plazas, colinas y una pirámide que perteneció a una cultura que brilló hace más de mil años y luego desapareció. El equipo de investigadores y arqueólogos también descubrieron una extraordinaria colección de esculturas que habían permanecido intactas desde que la ciudad perdida del mono fue abandonada.

Quienes eligieron explorar esta ciudad perdida del mono fueron también protagonistas de tenebrosos mitos que no tienen explicación. Tal como se difundió, la mayoría de los que eligieron investigar a la ciudad perdida del mono murieron, desaparecieron para siempre o regresaron sin descubrir mucho a excepción del investigador Theodore Morde, que consiguió regresar en 1940 con artefactos y obras de arte. Este arqueólogo, aseguró haber descubierto la ciudad perdida del mono, pero nunca reveló su posición.