El Palacio de la Zarzuela, es el hogar de los reyes Felipe y Letizia, y de los otros miembros de la Familia Real. El acceso para visitantes no oficiales es prácticamente nulo, pero recientemente se ha desatado un curioso relato de alguien que, por una u otra razón tuvo la oportunidad de visitar el lugar y ver lo que hay dentro de sus muros. Lo que esta persona habría visto y vivido, ofrece una perspectiva diferente de la vida diaria de la Familia Real.
2Nada debe salir de las paredes del Palacio
El personal del palacio se selecciona de forma especialmente estricta. Cada miembro debe firmar un acuerdo de confidencialidad, que estipula sanciones estrictas en caso de incumplimiento. Para evitar fugas, no portar teléfonos móviles y disponer de dispositivos de control tanto en la entrada como en la salida de la instalación.
Se trata de un estricto protocolo de la Casa Real que asegura que ninguna información sobre la vida privada de los reyes sea conocida por el público. Hasta la fecha, el sistema ha funcionado de manera efectiva y no se han reportado filtraciones importantes, aparte de algún comentario ocasional de un huésped.
Recordemos, por ejemplo, al invitado que le contó a Jaime Peñafiel que al regresar de los baños se perdió entre los innumerables pasillos y estancias del Palacio de la Zarzuela. Confundido, abrió la puerta equivocada y se encontró en una habitación donde la reina Sofía y su hermana Irene de Grecia estaban completamente solas. En la oscuridad, vestidas de negro y con caras serias, miraban la televisión en silencio. La escena, que el visitante calificó de extraña, lo dejó profundamente sorprendido, pues ni siquiera notaron su presencia, ya que estaban tan inmersas en su propio mundo.
