Millones de personas en el mundo se ven afectadas por algún tipo de dolor crónico con el que tienen que lidiar cada día y algunos alimentos pueden empeorarlos si no hay un control de su consumo. Existen diversos factores que pueden generar estas intensas dolencias como son las lesiones, enfermedades crónicas o el estrés y el tratamiento dependerá de la causa de origen.
Existen algunos alimentos que intensifican los dolores crónicos por los componentes que contienen y el efecto que generan en el organismo. Por lo general, se trata de alimentos que generan inflamaciones o irritan el sistema digestivo, de modo que si ya padeces algún tipo de dolor constante, es importante reducir su consumo o, incluso, eliminarlos por completo.
¿Cuáles son los alimentos que pueden empeorar el dolor crónico?
En el primer lugar de la lista tenemos al azúcar, un alimento muy común en las cocinas de todos los hogares que suele ser utilizado para brindar mayor sabor a diferentes preparaciones, sin embargo sus efectos en el organismo suelen ser negativos. El azúcar aumenta la inflamación y esto puede intensificar los dolores crónicos, además este ingrediente de la gastronomía también suele interrumpir el sueño, un periodo indispensable para mejorar el estado de cualquier daño en el organismo, por lo que resulta mejor evitarlo.
Los alimentos procesados también deben ser eliminados o reducidos al mínimo, a menudo, este tipo de productos contienen altos niveles de grasas dañinas, sodio, aditivos y azúcares que generan inflamación intensa, por lo que el dolor crónico se dispara e intensifica. Por otra parte, el gluten también es un ingrediente que conviene reducir cuando hay dolores intensos causados por enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca, pues quienes padecen estas condiciones pueden experimentar síntomas graves después de consumir productos con este ingrediente.
Además de evitar estos alimentos, estos tips pueden ayudar con el dolor crónico
Aunque los dolores crónicos no pueden eliminarse por completo hasta que la causa de raíz sea tratada, existen algunas técnicas que pueden hacer el proceso más llevadero y mejorar la calidad de vida significativamente. Es indispensable tener una buena rutina de entrenamiento con ejercicios controlados y que no generen mayor estrés. Además, es recomendable aplicar diversas técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda.
Tener una buena higiene del sueño para alcanzar un sueño profundo también es indispensable, debido a que esto es lo que permitirá que el cuerpo tenga mejor control en sus procesos de recuperación. Igualmente, las terapias de frío o calor pueden ser de gran ayuda para controlar la incomodidad y aliviar el dolor. Antes de iniciar cualquier técnica, es indispensable que consultes con tu médico para obtener su autorización o guía.
