La música es un arte que tiene la capacidad de conmover nuestras emociones, evocar recuerdos y, en ocasiones, incluso obsesionarnos. ¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando escuchamos una de esas canciones tan pegajosas, como las de reguetón, que se quedan en nuestra cabeza durante horas y a veces días? Es un fenómeno al que los expertos han querido dar explicación.
Según la ciencia, cuando disfrutamos de una canción con ritmo (ni siquiera nos tiene que gustar especialmente), se activa en el cerebro la red de recompensa. Esta red está formada por un conjunto de estructuras neuronales donde se encuentras dos áreas muy específicas: el tegmental ventral y el núcleo accumbens. Estas regiones se encargar de liberar dopamina, que es un neurotransmisor relacionado con la recompensa y las sensaciones de placer.
5LAS LETRAS TAMBIÉN INFLUYEN

Además de la melodía y el ritmo, las letras de una canción también pueden influir en su capacidad para ser pegajosa. Las letras simples y repetitivas, o aquellas que resuenan con la experiencia humana, tienen más probabilidades de ser recordadas. Por ejemplo, un estudio de los científicos Lonsdale y North (2011) examinó la relación entre las letras de las canciones y su permanencia en la memoria. Los autores concluyeron que las canciones con letras pegajosas suelen emplear repeticiones y estructuras simples que hacen que sea más fácil tenerlas.
En conclusión, algunas canciones pegadizas (no todas, como veremos a continuación) impactan de manera considerable en nuestro cerebro, al activar red de recompensa, mejora el aprendizaje y la memoria, estimular la corteza auditiva, evocar asociaciones emocionales y procesar la letra y el significado de la canción. Este fenómeno explica el poder único de la música para influir en nuestra experiencia cognitiva, emocional y comportamental.