jueves, 29 mayo 2025

Alvise Pérez usará el desafecto ultraderechista hacia Felipe VI para crecer

Este miércoles Felipe de Borbón cumple una década al frente de la jefatura del Estado sin haber sabido capaz de ganarse el cariño de parte de la izquierda española, la ciudadanía más joven y la conocida como ‘España periférica’ (compuesta por Cataluña, Euskadi, Navarra o Baleares). Felipe VI enterró décadas del borboneo promovido por su padre en ámbitos progresistas como quedó claro en su declaración institucional del 3 de octubre de 2017 contra el independentismo catalán. Peor al final de esta década Felipe VI ha sido colocado en la diana de la agrupación «Se Acabó la Fiesta» por su fundador y líder, Alvise Pérez. «Si el rey de España firma algo que es contrario al marco constitucional, no está cumpliendo su tarea. La pregunta obvia de los españoles es para qué sirve el rey», ha llegado a declarar en relación con la Ley de Amnistía.

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Diarios abiertamente monárquicos como El País o La Vanguardia han recordado este pasado domingo aquel discurso. El diario de Godó editorializaba que el 3 de octubre «en su condición de jefe del Estado y, por tanto, de garante de la unidad de España, Felipe VI difícilmente podría haberse expresado en otro sentido». Y añadía: «Pero alguna muestra de comprensión, si no de empatía, hubiera redundado en beneficio de todos». El periódico del Grupo Prisa daba voz al consejero de Estado Juan José Laborda, que afirmaba que «el discurso fue correcto en términos globales. Pero le faltó cariño a Cataluña. Habría hecho falta tan solo una línea».

Sea como fuere, Felipe de Borbón ha pasado de convertirse en el ‘héroe’ de Vox o líderes de opinión que encabezaron la ‘decapitación política’ de su padre, a convertirse en una figura incómoda en algunos círculos del sector español más reaccionario.

Los sectores más ultramontanos de Vox pretendían que el jefe del Estado se extralimitase de sus funciones para frenar la investidura de Pedro Sánchez con apoyo de Junts per Catalunya o bloquease la ley de amnistía, lo cual abocaba a España a un vacío institucional y al caos.

Alvise
Felipe de Borbón y Letizia Ortiz.

Ya a raíz de la última investidura de Pedro Sánchez, sectores de la ultraderecha renombraron al monarca como «Felpudo VI», le recordaron su silenciado papel a la hora de ser designado como heredero de una cuenta bancaria paternal suiza (a la que acabó ‘renunciando’ con tardanza) o contribuyeron a difundir las presuntas y nunca demostradas relaciones extramatrimoniales que su mujer mantuvo durante años con un empresario.

ALVISE SALE DE PESCA

La mayoría de votantes de Vox creen que Felipe VI no ha ayudado a regenerar la imagen de la monarquía, no ha logrado renovar la institución y que ha mejorado poco o nada la situación de la jefatura del Estado desde 2014, tal y como señala una encuesta de Sigma Dos para El Mundo.

Estos números evidencian el desafecto de gran parte de la ultraderecha contra la monarquía, que en España fue tumbada en 2 ocasiones (1873 y 1931), la Primera y Segunda Republica, con la inestimable contribución del bloque conservador.

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Vox ha marcado distancias en los últimos tiempos con Felipe VI, que ha sido colocado en la diana de la agrupación «Se Acabó la Fiesta» por su fundador y líder, Alvise Pérez. «Si el rey de España firma algo que es contrario al marco constitucional, no está cumpliendo su tarea. La pregunta obvia de los españoles es para qué sirve el rey», ha llegado a señalar.

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¿Y el republicanismo de izquierdas? Este domingo demostraron con su marcha madrileña que siguen tan faltos de capacidad de olfato, colmillo, movilización y cohesión como en el último medio siglo (pese a que algunos señalan que la República sería elegida por la ciudadanía española en un eventual referéndum).

ULTRADERECHISMO Y FEMINISMO TERRITORIAL

La mayoría de los principales medios españoles silencian los supuestos escándalos de la reina Letizia por supuesto «machismo» mientras chapotean en las interioridades de las Casas Reales de Gran Bretaña o Dinamarca. Esta situación evidencia que Felipe VI ha heredado la cortesanía mediática que casi destruye la monarquía bajo el liderazgo de su padre, y en estos silencios quiere pescar Alvise Pérez, que ha abierto fuego dialéctico contra Zarzuela.

La agrupación antivacunas, ultraderechista y neogilista «Se Acabó la Fiesta» apuesta por la antipolítica (pese a que a su líder no se le conoce otro oficio), la antiinmigración, el antifeminismo, el antiecologismo, el autoristarismo, el darwinismo social, el cesarismo, y el republicanismo de derechas, que fue tradicionalmente la apuesta de Falange española.

SE ACABÓ LA FIESTA

Más de 800.000 votos obtuvo «Se Acabó la Fiesta», que reparte bulos y ocurrencias como crear la mayor cárcel de Europa para encerrar a Pedro Sánchez o ingresar a ciudadanos en prisión por llevar determinados tatuajes.

Alvise Pérez dice que va a acudir este verano a Canarias junto a coroneles del ejército en reserva para enseñar «como la sociedad civil se va a organizar para plantar cara ante la inminente invasión marroquí a Canarias, Ceuta y Melilla».

El tiempo dirá si Pérez se conforma con ser una chillona anécdota de las europeas, tal y como la que protagonizó José María Ruiz-Mateos, o si se consolida como un actor político que compite en los caladeros tradicionales del Partido Popular y Vox.

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