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Es una realidad: las connotaciones sociales difieren entre los casinos y las loterías. A nivel general, no cuentan con la misma percepción para la población, aunque ambos entren dentro del sector de los juegos de azar. En el caso de las loterías, su origen se remonta a la época del Imperio romano, entre los años 27 a.C. y 14 d.C. Sin embargo, la primera de ellas premiada con dinero no sucedió hasta el siglo XV en Bélgica. A día de hoy, este popular juego se ha extendido de tal manera que raros son los países que no cuentan con loterías, tanto privadas como nacionales.
En el caso de los casinos, este tipo de establecimientos vio la luz por primera vez en Italia en el siglo XVII, en una glamurosa Venecia que proporcionaba a sus habitantes un entretenimiento distinto a partir de juegos como la ruleta o el Vingt-et-un. De este modo, tanto la lotería como los casinos forman parte del panorama social y cultural desde hace ya varios siglos. No obstante, el ideario que los rodea es completamente distinto.
Por un lado, los casinos siempre han estado asociados a un ambiente exclusivo, rodeándoles un halo de glamour. En ello han participado tanto su origen como la imagen que le ha aportado a este tipo de establecimientos la industria cinematográfica. Respecto al primer factor, casinos como el de Monte Carlo en la Mónaco del siglo XIX tuvieron un gran impacto, relacionándose los casinos con la aristocracia. Por el lado contrario, las loterías carecen de esta seña de lujo y elegancia. Todo lo contrario, la retransmisión en los medios de este tipo de premios han hecho de las loterías un juego popular que, en el colectivo social, tiene la capacidad de cambiarle la vida a cualquier persona.
En esta realidad tiene una gran relevancia el papel que juega el azar en las loterías. Mientras que se considera que los casinos también requieren de habilidad para poder ganar, las loterías obedecen única y exclusivamente a la suerte. Bien es cierto que en algunos juegos de casino se pueden aumentar las probabilidades si el jugador entiende la técnica, como es el caso del blackjack. No obstante, en la mayoría de ellos el resultado es tan impredecible como en el caso de las loterías.
Pese a todo lo anterior, la principal diferencia a nivel connotativo entre las loterías y los casinos es la aceptación social que cada uno de ellos recibe. Según el estudio realizado por la ONCE en España, en 2014 el 61% de los españoles habían jugado al menos una vez a la lotería, lo que se traduce en un total de 23.541.000 personas. En cuanto a los jugadores recurrentes, el porcentaje era del 45%. Además, según las estadísticas, la Lotería Nacional es el juego de azar con mayor participación en España, seguida del Euromillón y de los cupones de la ONCE. Por contrapartida, tan solo el 17,9% de los españoles buscan el entretenimiento en casinos, salones de juegos o bingos, según la encuesta ‘Juego y Sociedad’ del Consejo Empresarial del Juego. La diferencia en las connotaciones sociales hacia ambos tipos de juegos de azar se hace evidente con estas cifras, las cuales reflejan la aceptación tan dispar que reciben los casinos respecto a las loterías.
Y es que el motivo por el que la población participa en ambos juegos también es distinto. Según el mismo estudio del Consejo Empresarial del Juego, la población española se anima a jugar en las loterías por “la ilusión por el premio, la suerte, ser tocado por la fortuna”. En cambio, aquellos que se decantan por los casinos lo hacen principalmente por el ambiente de este tipo de establecimientos, lo que refuerza la idea mostrada anteriormente del carácter de lujo que los rodea.
Se puede intuir que el papel que han jugado los medios de comunicación con su carácter informativo ha sido determinante en la aceptación que recibe la lotería. Los premios nacionales son anunciados en todos los medios y cadenas como acontecimientos de gran relevancia, como es el caso de la Lotería de Navidad. Incluso a nivel publicitario, este tipo de premios reciben una gran propaganda, con anuncios de alto costo. Por el contrario, la publicidad de los mejores casinos online se ha visto limitada en España por estrictas regulaciones, lo que ha dividido más esta connotación entre los españoles.
Hasta el pasado abril de 2024, las comunicaciones comerciales de los juegos de azar han estado fuertemente restringidas. No obstante, la reformulación por parte del Tribunal Supremo del Real Decreto 958/2020 ha cambiado esta realidad. Concretamente, el artículo 13 del mismo, en el que se restringían las promociones relativas a actividades del juego y que ahora queda descartado. También destacar la anulación del artículo 15, el cual limitaba la aparición de personajes públicos en la publicidad de este sector del mercado.
Con este cambio de paradigma, se espera que los casinos reciban una aceptación como mínimo similar a la que se le brinda a la lotería. Puesto que, hasta ahora, el mensaje de los medios de comunicación y de los organismos se limitaba a exponer los peligros del juego, haciendo que a nivel social los casinos se resumieran a los problemas que pudieran acarrear. Por supuesto, al igual que sucede con la lotería, tal y como señalan los expertos, lo importante es llevar a la práctica un juego responsable que haga posible la diversión sin la necesidad de caer en comportamientos dañinos para los jugadores.