La regeneración de las dehesas es fundamental para la preservación de este ecosistema agroforestal tan importante para el sur de España y Portugal. Estas áreas, conocidas como ‘montados’ en la Península Ibérica, se caracterizan por la presencia de bosques abiertos de encinas y alcornoques, combinados con pastizales para la cría de ganado y actividades agrícolas. Sin embargo, a diferencia de otros ecosistemas forestales, las dehesas requieren la intervención humana para superar desafíos como el envejecimiento y la muerte del arbolado, la competencia con otras especies vegetales y las plagas y enfermedades.
Un estudio liderado por el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa) Centro Camino del Purchil (Granada) junto al Ifapa de Hinojosa del Duque (Córdoba) y la Universidad de Granada (UGR) ha arrojado luz sobre la época óptima para la regeneración de las dehesas. La investigación, apoyada por dos proyectos del Ifapa cofinanciados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, ha demostrado que finales de octubre y primeros de noviembre son los meses ideales para la plantación de encinas.
La importancia de la época de plantación para la regeneración de dehesas
Hasta la fecha, no se había establecido una fecha precisa para la plantación de encinas en las dehesas, teniendo en cuenta las variaciones climáticas y las condiciones del suelo en diferentes regiones. El éxito de la regeneración se consideraba dependiente de factores como el tipo de suelo y el clima, lo que dificultaba la extrapolación de los resultados de estudios previos a otras zonas.
Este nuevo estudio ha proporcionado información crucial para los gestores y propietarios de las fincas, permitiéndoles planificar la regeneración de las dehesas con mayor precisión. La investigación ha demostrado que la época de plantación influye significativamente en la supervivencia y el crecimiento de las encinas, especialmente en relación a la competencia con otras especies vegetales.
El estudio ha analizado la interacción entre la época de plantación, la competencia con otras plantas y la influencia del lugar de plantación, centrándose en la encina ‘Quercus ilex subsp. ballota’. Los resultados obtenidos son aplicables a otras especies de ‘Quercus’, como el alcornoque, el quejigo y el roble.
El impacto de la competencia vegetal y el clima en la regeneración de dehesas
Los investigadores realizaron su estudio en tres parcelas con 200 plántulas de encina cada una, repitiendo el experimento en cuatro localizaciones de Andalucía con diferentes condiciones climáticas y de suelo: Becerra (Granada), Mágina (Jaén), Jarosa (Córdoba) e Hinojosa del Duque (Córdoba).
Para analizar el impacto de la competencia vegetal, se eliminaron las malas hierbas y otras especies vegetales en la mitad de las parcelas, mientras que la otra mitad se dejó como control. Se plantaron 2.400 plántulas de encina, la mitad en octubre de 2019 y la otra mitad en febrero de 2020, monitorizando su desarrollo durante dos años.
El análisis de los datos reveló que la competencia con la hierba es el factor más importante que afecta la supervivencia y el crecimiento de las encinas. La ausencia de competencia vegetal influyó significativamente en el éxito de la repoblación, especialmente en zonas con otoños e inviernos suaves y veranos largos e intensos, como Jarosa e Hinojosa.
En regiones más frías como Becerra y Mágina, la plantación de octubre resultó ser la más ventajosa, especialmente cuando se eliminaban las malas hierbas.
Conclusiones y recomendaciones para la regeneración de dehesas
Los resultados del estudio sugieren que la plantación temprana es recomendable en zonas donde la competencia con la hierba no se puede controlar, especialmente en regiones más frías. Sin embargo, la mejor opción es plantar en octubre o principios de noviembre, siempre que haya llovido y exista humedad en el suelo, y controlar la hierba alrededor de las plántulas durante al menos dos años.
Es fundamental mantener controlada la competencia de las malas hierbas alrededor de las plantas durante los primeros años de su desarrollo.
Los investigadores del Ifapa continuarán investigando la regeneración de dehesas, comparando la efectividad de las plantaciones con las siembras directas de bellotas. El objetivo es analizar el impacto del cambio climático en la regeneración de dehesas y realizar recomendaciones sobre las mejores técnicas para garantizar la sostenibilidad de este ecosistema a largo plazo.