El Gobierno de Pedro Sánchez saca pecho de la «buena marcha» económica, como si de un nuevo «milagro español» se tratase. El optimismo del Ejecutivo, especialmente del Ministerio de Trabajo dirigido por Yolanda Díaz, se centra en los datos absolutos de paro publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) esta misma semana.
En el último trimestre del año pasado, el empleo a tiempo completo cayó en 230.200 personas, mientras que el de tiempo parcial asciende en 265.000. En cuanto al número de asalariados, el descenso se estima en 75.800, con un aumento de 111.000 contratos indefinidos y una bajada de 186.800 en los contratos a tiempo parcial, mientras que los autónomos se incrementan en 107.900 personas, una media de casi 1.172 altas diarias.
El Ejecutivo pregona de forma insistente los 21,8 millones de personas empleadas en España a cierre del pasado año, pero evita mostrar la caída en el empleo privado de 15.600 personas en el último tramo del pasado año, hasta un total de 18,26 millones de personas y el incremento de 50.400 personas en el sector público, hasta los 3,59 millones. A lo largo del pasado año se registró un crecimiento en el empleo de 481.100 personas, un 2,19% más respecto a 2023.
El INE hizo hincapié en el empleo a tiempo completo, que se dispara en 290.700 personas frente al aumento de las 177.400 en el último año, mientras que los empleados con contrato indefinido se dispararon en 589.400 personas frente a la caída de 133.900 personas con contrato temporal.
LAS CIFRAS REALES Y EL «MILAGRO ESPAÑOL» DE PEDRO SÁNCHEZ Y YOLANDA DÍAZ
La situación se explica por el cambio normativo de los empleados fijos-discontinuos, es decir, personas que trabajan unas pocas horas semanales, pero sin un horario fijo ni tampoco un número de horas determinado. Ante esta situación, el Ministerio de Trabajo maquilla sin tapujos los datos del llamado «milagro español» con un sistema perverso y que lleva a engaño a la hora de conocer realmente el número de empleados y parados, así como quien trabaja cuatro horas o cumple con las 40 estipuladas hasta ahora a la semana. Todas estas personas van al mismo paquete y se contabilizan por igual.
El por qué es una respuesta nada sencilla y que el Ejecutivo de Pedro Sánchez permite no solo para maquillar los números, sino también para apuntalar sobre el papel la supuesta ‘buena marcha’ de la economía española. Tal y como apunta un empresario a MONCLOA, la ley obliga a pasar a indefinido todos los contratos temporales que no tienen estipulado un horario fijo, como puede ser los empleados en un concierto, un partido de fútbol o un evento puntual, como una carrera deportiva u ferias empresariales.
O les hacemos indefinidos o nos enfrentamos a sanciones de la Inspección de Trabajo de hasta 7.500 euros
«O les hacemos indefinidos o nos enfrentamos a sanciones de la Inspección de Trabajo de hasta 7.500 euros», puntualiza otras fuentes consultadas. Este cambio en el tipo de contrato incluye un aumento de las cotizaciones sociales. «Por cuatro o cinco horas de trabajo cotizamos por el empleado todo el mes. No hay otra forma», afirman. De esta forma, empleos de apenas unas horas suponen un coste enorme para estas empresas y, al mismo tiempo, logra maquillar las cifras, pero no supone una mejora ni mucho menos para el trabajador.

De hecho, debido a este cambio se ha incrementado el coste de contratar a este tipo de empresas y se anulan eventos. Muestra de ello es la caída del sector Servicios en el último trimestre, con 100.000 empleos menos en plena temporada de Navidad, mientras la población activa cae en 123.800 personas, hasta un total de 24,53 millones de personas. Así las cosas, la tasa de paro se sitúa en el 10,6%, con 2,595 millones de parados.
LA EPA ‘OCULTA’ LA REALIDAD DEL PARO EN ESPAÑA
Asimismo, pese a la mejora de los datos sobre el papel, el INE contabilidad una caída de la tasa de actividad, hasta el 58,49% entre españoles y extranjeros. Con todo, el INE incluye 813.000 fijos-discontinuos, datos que inflan las cifras sin mostrar la situación de la economía real, la de la calle y la gente corriente.
Este no es el único dato polémico que desmonta el «milagro español» vendido por el Ejecutivo de PSOE y Sumar. El INE apunta que el PIB español crece al 3,2%, según los datos del pasado año. El dato pone de manifiesto un aumento significativo, casi el triple que Francia y muy por encima de una Alemania en recesión. Italia apenas aumenta un 0,5%. De esta forma, la riqueza bruta de España se sitúa en los 1,593 billones de euros, un 6,3% más respecto a los 1,498 billones de 2023, una cifra a la que hay que descontar la inflación.
EL PIB PER CÁPITA APENAS SUBE DESDE 2019
Reduciendo las cifras al PIB per cápita, desde la llegada de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz a La Moncloa, esta magnitud ha pasado de los casi 26.800 a los 32.622 euros en solo cinco años, un 21% más y sin ajustar la inflación. Descontando el IPC, el PIB per cápita apenas ha aumentado en un 2%, hasta 650 euros en cinco años, según los cálculos realizados por este medio. Es decir, 130 euros de media anual en 60 meses, mientras la inflación acumulada en ese mismo período supone un 18,8%, según el INE.
Este dato se aproxima más a la situación que registran las economías del entorno, especialmente Italia y da una muestra de que los trabajadores y familias no están mejor que hace cinco años, como sí reflejan los datos macroeconómicos, especialmente basados en encuestas cambiantes.
Con todo, el sector público maquilla los datos de empleo, mientras que el sector privado no muestra signos de mejora al incrementarse los empleos con poco valor añadido, como hostelería, almacenamiento y logística.
EL MAQUILLAJE CON EL PIB Y LA DEUDA
Con el incremento del PIB, el Gobierno de Pedro Sánchez saca también pecho por la deuda, a pesar de que se incrementa hasta los 1,622 billones de euros a cierre de noviembre, último dato conocido. El incremento es del 2,9% respecto al mismo período del año pasado. Para maquillar esta cifra, el Ejecutivo utiliza el denominado Protocolo de Déficit Excesivo, que excluye la deuda de las empresas públicas, como la de Renfe, Correos, Adif o Aena, entre otras.
Además, contabiliza el Consorcio de Compensación de Seguros, pese a nutrirse exclusivamente de las primas de seguros. La excusa del Gobierno es que una parte de las inversiones está materializada en valores de deuda emitida por el Estado y las Comunidades Autónomas, y se consolida este importe en el cómputo global de la deuda de las Administraciones Públicas se ve reducido al consolidar estos valores. Otros organismos públicos tampoco aparecen en esta contabilidad.
De esta forma, el endeudamiento, es decir, el peso de la deuda en el PIB, se ve reducido tanto por el crecimiento artificial del PIB, como también por la exclusión de deuda pública en el cálculo. Por esta razón, España mantiene un nivel de deuda del 104%, 44 puntos por encima del máximo exigido en Bruselas.