Esas ganas irrefrenables de chocolate pueden aparecer en cualquier momento del día, y no siempre tenemos tiempo ni ganas de ponernos a preparar un postre elaborado. El mug cake se ha convertido en la solución perfecta para esos momentos de antojo urgente, ofreciendo la satisfacción de un bizcocho casero sin la complicación de hornos precalentados ni montañas de platos por fregar.
Esta genial técnica culinaria, que literalmente significa «pastel en taza», ha revolucionado la manera de entender la repostería doméstica. Con apenas unos ingredientes básicos que todos tenemos en casa y dos minutos de microondas, conseguimos un postre individual que nada tiene que envidiar a las elaboraciones más complejas. La magia está en la simplicidad: una taza, una cuchara, el microondas y ya está todo listo para disfrutar.
3EL PROCESO QUE CONVIERTE SIMPLES INGREDIENTES EN PURA SATISFACCIÓN

La preparación del mug cake es tan sencilla que hasta un niño puede hacerlo sin supervision. Comenzamos mezclando todos los ingredientes secos directamente en la taza que utilizaremos tanto para cocinar como para servir. Este paso es fundamental porque una mezcla homogénea garantiza una cocción uniforme y evita que nos encontremos con grumos desagradables en nuestro postre final.
Una vez incorporados los ingredientes húmedos, removemos enérgicamente hasta conseguir una masa lisa y sin grumos. El secreto está en no sobrepasar los dos minutos de cocción en el microondas, porque cada aparato tiene su propia potencia y un exceso de calor puede convertir nuestro tierno bizcocho en algo gomoso que poco se parecerá al resultado deseado.