Madrid, más allá de su vibrante capital, es también tierra de pueblos con historia, encanto y una fuerte identidad. A tan solo 75 kilómetros al norte, se encuentra un lugar que parece detenido en el tiempo: Buitrago del Lozoya. Rodeado por un meandro del río Lozoya y protegido por una muralla medieval que aún se mantiene en pie, este pueblo ofrece una escapada perfecta para quienes buscan respirar historia sin alejarse demasiado de la ciudad.
Con una estampa que mezcla la arquitectura defensiva, las casas de piedra y una naturaleza que lo arropa, Buitrago es uno de los secretos mejor guardados de la Comunidad de Madrid. Este lugar es ideal para una excursión de un día o una visita de fin de semana, porque además permite desconectar del bullicio urbano y sumergirse en siglos de tradición, leyendas y patrimonio.
2Encuentra gastronomía con esencia serrana

Madrid tiene en Buitrago un excelente representante de la cocina tradicional de la sierra. Algunos restaurantes familiares ofrecen platos que rescatan recetas centenarias, como el cordero asado, las sopas castellanas, los judiones o el chorizo a la sidra son solo algunos de los sabores que esperan al visitante. Todo, en entornos que conservan la estética rústica y la calidez de la hospitalidad local.
Muchos de estos locales se encuentran en antiguos mesones restaurados, con vistas al río Lozoya o al perfil de la muralla, lo que convierte la experiencia culinaria en algo mucho más especial. Y, por supuesto, no puede faltar el postre casero, como las natillas, el arroz con leche o los flanes que saben a cocina de abuela y que completan un viaje gastronómico tan auténtico como el propio pueblo.