La política navarra vive semanas de convulsión tras conocerse nuevos detalles sobre la presunta corrupción en el seno del PSN-PSOE, un escándalo que ha terminado por arrastrar a su principal referente, Santos Cerdán, hasta hace poco mano derecha de Pedro Sánchez en Ferraz.
Cerdán, formalmente alejado de la dirección orgánica del partido en Navarra desde hace años, es considerado por muchas voces como el auténtico poder en la sombra del socialismo navarro, cuya influencia se ha mantenido intacta en las decisiones clave del partido hasta su reciente encarcelamiento.
La noticia ha supuesto un terremoto político que golpea directamente a la estructura del PSN. En este contexto, la oposición conservadora, encabezada por Unión del Pueblo Navarro (UPN), podría haber capitalizado políticamente el momento.
Sin embargo, la formación regionalista atraviesa a su vez una delicada transición interna que dificulta una respuesta eficaz y cohesionada frente a la crisis del adversario. A pesar de que el partido mantiene una base electoral sólida y una implantación territorial notable, especialmente en la Ribera, su dirección está sumida en un proceso de cambio que, por ahora, genera más incertidumbre que oportunidades.
IBARROLA EN 2027
La actual presidenta de UPN, Cristina Ibarrola, exalcaldesa de Pamplona, deslizó que no será candidata en las elecciones autonómicas previstas para 2027 y podría repetir como cabeza de cartel en la capital de la Comunidad Foral.
Al mismo tiempo, el exlíder y actual portavoz parlamentario, Javier Esparza, sigue desempeñando un papel relevante en el grupo foral, aunque su figura se percibe cada vez más amortizada. Tras tres ‘derrotas’ consecutivas en las elecciones autonómicas de 2015, 2019 y 2023, Esparza anunció que renunciaba a optar a una cuarta candidatura. A pesar de ello, su influencia se mantiene gracias a los equilibrios internos del partido y a la falta de un relevo claro, lo que dificulta la renovación generacional que muchos afiliados y cargos intermedios reclaman.
En este escenario, el nombre que más suena como posible candidato a liderar UPN en 2027 es el del actual alcalde de Tudela, Alejandro Toquero. Con un estilo agresivo y mediático, Toquero se ha convertido en uno de los referentes del ala más dura del partido.

Su gestión en la capital ribera ha estado marcada por la insistente búsqueda de una permanente confrontación con el Gobierno de María Chivite, así como por una serie de escándalos que han deteriorado su imagen pública más allá de su bastión local.
Toquero ha protagonizado varias polémicas relacionadas con el cobro irregular de dietas, que en al menos dos ocasiones tuvo que devolver. A pesar de estos tropiezos, mantiene una base de apoyo en sectores del partido que valoran su capacidad de movilización y su discurso contundente contra el nacionalismo vasco y el gobierno socialista.
Sin embargo, su perfil también genera rechazo entre las corrientes más moderadas de UPN, preocupadas por la posibilidad de que su radicalismo ahuyente a votantes del centro político, especialmente en un momento en que la crisis del PSN-PSOE y Geroa Bai podría facilitar un trasvase de votos.
El dilema que enfrenta UPN se agrava con la pérdida progresiva de influencia institucional. La formación ha ido perdiendo peso en las principales ciudades y en el Parlamento foral, donde su capacidad de condicionar decisiones clave es cada vez menor.
A pesar de que la caída del PSN-PSOE en las encuestas, precipitada por el escándalo de Santos Cerdán, podría beneficiar teóricamente a UPN, la falta de una dirección clara y de un proyecto político renovado debilita su posición.
Mientras algunos sectores del partido abogan por una línea dura en lo ideológico, otros insisten en recuperar un perfil más centrista que conecte con el votante moderado, clave en los éxitos de antaño.
El pulso interno por la sucesión ya ha comenzado, aunque de forma soterrada. En los próximos meses se prevé un aumento de los movimientos internos, con Toquero como figura emergente, pero también con el surgimiento de posibles alternativas más moderadas que también podrían surgir desde el entorno municipalista.