El azafrán más caro del mundo no es el de La Mancha: es uno iraní que se cultiva bajo unas condiciones únicas

El azafrán es mucho más que una especia en España; es un símbolo cultural, el alma cromática de nuestra paella y un vestigio de la herencia andalusí que atesoramos con orgullo. Durante generaciones, hemos creído, y con razón, que el mejor ‘oro rojo’ del mundo brota de las tierras áridas de Castilla-La Mancha, protegido por una Denominación de Origen que es sinónimo de excelencia. Este convencimiento forma parte de nuestro imaginario colectivo y gastronómico, un tesoro botánico que tiñe de oro nuestros platos y que hemos defendido como inigualable. Pero, ¿y si nuestro trono dorado tuviera un competidor silencioso y aún más exclusivo?

En el exclusivo y a menudo opaco mundo del ‘oro rojo’, las jerarquías no siempre son las que parecen. Lejos de los llanos manchegos, en las antiguas tierras de Persia, se cultiva una variedad de esta flor que ha conquistado los paladares más exigentes y los mercados gourmet más selectos del planeta, alcanzando precios que superan a los de nuestro preciado producto nacional. Es una verdad incómoda para algunos, una realidad que desafía nuestro orgullo gastronómico y que revela que en la cima de la pirámide del lujo hay un escalón más, uno teñido de un rojo aún más puro y cultivado bajo unas condiciones únicas.

1
EL ORO ROJO MANCHEGO: UN TRONO EN ENTREDICHO

Fuente Freepik

Nadie puede discutir la calidad superlativa del azafrán con Denominación de Origen Protegida de La Mancha. Este sello garantiza que cada hebra ha sido cultivada y procesada siguiendo unos métodos tradicionales muy estrictos, desde la recogida manual de la flor, conocida como ‘la rosa del azafrán’, hasta el delicado proceso de ‘monda’ y el tueste a fuego lento. Es un producto excepcional, un sello de calidad que garantiza su origen y unas prácticas de cultivo y secado muy específicas que le confieren un aroma y un sabor inconfundibles, valorados en todo el mundo. Su prestigio es el resultado de siglos de saber hacer.

Publicidad

Sin embargo, el hecho de ser excelente no significa ser el único ni necesariamente el más caro. En el mercado global de las especias de lujo, la exclusividad se mide por la pureza y la rareza. Mientras que España produce unas dos toneladas de azafrán al año, Irán es el gigante indiscutible, con más del 90% de la producción mundial. Esta enorme capacidad productiva le ha permitido desarrollar diferentes calidades, y en la cúspide de su oferta se encuentra un tipo de azafrán que ha puesto en jaque la hegemonía manchega, una competencia feroz que se libra en los mercados gourmet más exigentes del planeta.

Atrás
Publicidad
Publicidad