La rutina nocturna es mucho más que una serie de pasos antes de ir a la cama; se trata de un hábito que influye directamente en la calidad del sueño y en el bienestar mental. Psicólogos y expertos en salud coinciden en que crear un ambiente adecuado y preparar al cuerpo para descansar es clave para conciliar un sueño profundo y reparador. En un mundo donde el estrés y las preocupaciones son parte del día a día, contar con una rutina nocturna adecuada se convierte en una herramienta fundamental para desconectar y cuidar la salud mental.
Cada persona tiene sus propios rituales antes de dormir, pero los especialistas sugieren que hay ciertas prácticas universales que ayudan a calmar la mente, como reducir el uso de pantallas e incorporar técnicas de relajación, acciones que forman parte de una rutina nocturna pensada para crear un puente entre la actividad diaria y el descanso. Lo interesante es que no requiere grandes cambios, sino pequeños ajustes constantes que pueden transformar la manera en que se vive la noche.
2Crear un ambiente propicio para el descanso

La rutina nocturna no puede estar completa sin un entorno adecuado. La temperatura de la habitación, la iluminación y el orden del espacio juegan un papel esencial en la forma en que el cuerpo se prepara para dormir. Una habitación fresca, oscura y libre de ruidos favorece que el organismo entre en un estado de relajación más rápido, permitiendo que el sueño sea más profundo y continuo.
Los expertos también recomiendan mantener un espacio limpio y organizado, ya que el desorden visual puede generar incomodidad y distracciones que retrasan la conciliación del sueño. De esta manera, integrar en la rutina nocturna acciones tan simples como ventilar la habitación, acomodar la cama o usar aromas suaves como la lavanda puede marcar una gran diferencia.