Tu Smart TV es mucho más que una ventana al mundo del entretenimiento; es un dispositivo que podría estar observando cada uno de tus movimientos sin que te des cuenta. Lo que parecía una simple evolución tecnológica esconde, según una ex-empleada de Samsung, una realidad mucho más inquietante, y es que la comodidad de tenerlo todo a un clic podría estar costándote tu privacidad. ¿Alguna vez te has preguntado por qué esa tele que compraste en oferta parece saber exactamente lo que piensas?
La revelación de Raquel Cifuentes, una ingeniera que durante años trabajó en el corazón de Seúl para el gigante tecnológico, ha puesto en jaque a toda una industria. Según ella, tu televisor inteligente no solo escucha, sino que presta especial atención a ciertas palabras clave que desvelan tus intenciones más íntimas. Prepárate, porque lo que vas a descubrir cambiará para siempre la forma en que miras esa gran pantalla negra que preside tu salón y que, hasta ahora, creías inofensiva.
¿QUÉ ES EXACTAMENTE ESTE ‘MODO ESPÍA’?
Lo que pocos saben es que el ACR va un paso más allá de ser una simple herramienta para ofrecerte recomendaciones de series o películas. Este sistema analiza en tiempo real cada fotograma que aparece en tu televisión conectada a internet, y según denuncia Cifuentes, el televisor crea un perfil detallado de tus gustos, horarios e incluso de tu ideología política a partir de los programas que consumes. Una base de datos personal que vale su peso en oro.
Pero la historia no acaba ahí, porque el verdadero escándalo reside en su capacidad para cruzar esa información con otros dispositivos. El análisis no se limita a la tele; se extiende a todo tu hogar digital, y es que los datos recopilados por el dispositivo de salón se comparten con anunciantes y empresas de marketing para crear campañas publicitarias ultra segmentadas que te persiguen por el móvil, la tableta y el ordenador. Es el sueño de cualquier publicista hecho realidad a tu costa.
LAS 7 PALABRAS QUE ACTIVAN LA ESCUCHA

El sistema de reconocimiento de voz de tu pantalla inteligente está programado para reaccionar ante estímulos comerciales muy concretos. Palabras como “comprar”, “viaje”, “seguro”, “bebé”, “coche”, “oferta” o “restaurante” actúan como activadores, y según la ex-ingeniera, estas siete palabras ponen en marcha un protocolo de escucha activa mucho más agresivo. No es que te espíen constantemente, es que saben exactamente cuándo prestar atención para sacar el máximo partido.
¿Por qué esas palabras y no otras? La respuesta es sencilla: son la puerta de entrada a los mercados más lucrativos. Una conversación casual sobre cambiar de coche o planificar unas vacaciones activa las alarmas, y a partir de ese momento, la publicidad que recibirás en todos tus dispositivos será mucho más específica y persistente. Tu tele se convierte así en un chivato silencioso que informa a las marcas de que estás listo para abrir la cartera, una confesión que haces sin ser consciente.
EL NEGOCIO SECRETO DETRÁS DE TU PANTALLA
Las grandes marcas de televisores han descubierto que el negocio ya no está solo en venderte el aparato, sino en vender tus datos a terceros. El hardware es solo el cebo», afirmaba Cifuentes en su filtración, y es que los fabricantes de tu televisor de última generación ganan más dinero con la venta de tus hábitos de consumo que con la propia tele. Es un modelo de negocio del que nadie te informa cuando pasas por caja.
Este flujo de información es constante y se produce a una escala difícil de imaginar. Los paquetes de datos, supuestamente anónimos, se venden a data brokers o intermediarios que los enriquecen cruzándolos con otra información que ya tienen sobre ti, y como resultado, las marcas pueden mostrarte anuncios con una precisión casi quirúrgica en el momento exacto de necesidad. Ese aparato conectado que compraste para ver Netflix se ha transformado en el mejor espía comercial.
¿ES LEGAL QUE MI SMART TV ME ‘ESPÍE’?

Cuando configuras por primera vez tu flamante televisión inteligente, aceptas unos términos y condiciones larguísimos y farragosos. Es ahí, entre cláusulas ininteligibles, donde das tu consentimiento para que el sistema ACR se active, y por ello, legalmente estás autorizando al fabricante a monitorizar y comercializar tu actividad sin que puedas reclamar. Según Raquel Cifuentes, las empresas se escudan en este consentimiento implícito para operar en una zona legalmente gris.
El problema de fondo es la total asimetría de información entre el usuario y el fabricante. Compramos un producto sin ser plenamente conscientes de sus funcionalidades ocultas, convirtiéndonos en el verdadero producto sin saberlo, y es que el escándalo no es solo que este dispositivo multimedia te espíe, sino que lo haga con tu supuesto permiso. Es la tormenta perfecta: una tecnología opaca amparada por una legalidad laxa que protege más a la industria que al ciudadano.
RECUPERA EL CONTROL: CÓMO DESACTIVAR EL ‘MODO ESPÍA’
Para ello, debes armarte de paciencia y bucear en los menús de configuración de tu pantalla principal. Busca apartados con nombres como “Ajustes de privacidad”, “Servicios de datos”, “Publicidad basada en intereses” o directamente “ACR”, y una vez dentro, asegúrate de desmarcar cualquier opción que permita el seguimiento de tu actividad o el reconocimiento de voz para publicidad. El camino puede variar ligeramente según la marca, pero la opción siempre está ahí, aunque bien escondida.
Al hacerlo, tu televisor seguirá funcionando perfectamente, pero dejará de ser un espía en mitad de tu salón. No te ofrecerá recomendaciones tan personalizadas, pero a cambio ganarás en tranquilidad, y es que limitar la recolección de datos es el primer paso para proteger tu intimidad en un hogar cada vez más conectado. Raquel Cifuentes insiste en que revisar la configuración de nuestro centro de entretenimiento no es una opción, sino una obligación en la era digital.