El alcalde de Tudela y actual vicepresidente de UPN, Alejandro Toquero, sueña con liderar a los regionalistas navarros en 2027 y convertirse en el próximo presidente del Gobierno foral en sustitución de María Chivite.
Sin embargo, su camino hacia la candidatura autonómica no será ni directo ni pacífico. Las polémicas que acumula en Tudela no solo han desgastado su imagen pública a nivel autonómico, sino que también están generando fisuras dentro de su propio partido.
Algunos sectores de UPN, especialmente el liderado por la presidenta del partido y exalcaldesa de Pamplona, Cristina Ibarrola, dudan de su capacidad para aglutinar al espacio regionalista. Incluso voces internas advierten que, ante un PSN debilitado por el ‘caso Koldo’, el liderazgo de Ibarrola podría ser más eficaz para disputarle el Gobierno a María Chivite.
Mientras tanto, en Tudela, las controversias en torno a la figura de Toquero se suceden. La más reciente ha sido protagonizada por el sindicato LAB, que valora emprender acciones legales contra él tras la retirada unilateral de una exposición conmemorativa de los 50 años de esta organización. La muestra, autorizada en un primer momento por el propio consistorio y expuesta en el centro cívico Rúa, fue desmontada sin aviso ni informe técnico.
Desde LAB denuncian censura ideológica y recuerdan que la exposición, titulada ‘1974tik etorkizunera LAB zabaltzen’ (Ampliando LAB desde 1974 al futuro), ya se había mostrado sin incidentes en el Parlamento de Navarra.
Eneko Larrarte, alcalde de Tudela entre 2015 y 2019 y actual portavoz de la coalición progresista Contigo Tudela, es tajante al analizar la gestión del actual regidor en conversación con MONCLOA.COM.
«Toquero y su equipo —con la honrosa excepción de Zeus Pérez— están demostrando lo que son: populistas de tomo y lomo, donde prima el titular y la foto frente a la gestión, la consistencia, el diálogo y la sostenibilidad económica y social», asegura.

Toquero ha convertido la viralidad en una herramienta política. Pero Larrarte discrepa profundamente de esta estrategia: «A las trabajadoras del colegio de Lourdes, durante dos días en junio, las hicieron cerrar con temperaturas de más de 30 grados. La respuesta del alcalde Toquero fue sacar una nota presumiendo de todo lo que han invertido en educación. Ese es el perfil. Es populismo digital, con una narrativa en la que dejar caer que Tudela parecía una aldea antes de 2019 y todo lo bueno es obra del Dios sol, Toquero. Reniega de toda la labor del gobierno progresista que encabezamos entre 2015 y 2019, pero también de lo que hicieron sus compañeros de UPN en anterioridad».
TOQUERO Y EL DINERO PÚBLICO
Toquero también ha sido cuestionado por decisiones económicas y éticas. Se ha subido el sueldo varias veces (actualmente cobra 53.742,32 €, frente a los 26.890 € que percibía su antecesor), tuvo que devolver unas dietas que cobró de forma irregular y ha sido acusado por el escritor Carlos Aurensanz de vetarle un espacio público por motivos ideológicos.
A esto se suma una factura de 400 euros en una comida con el arquitecto Rafael Moneo, los más de 400 euros públicos que se gastó en 49 cubatas para agasajar a invitados municipales en las fiestas de 2023 y dos ediles, o los 770 euros que, según Contigo Tudela, habría cobrado en concepto de kilometraje pese a utilizar el coche oficial.
Además, la gestión urbanística y la limpieza de la ciudad son motivo de quejas ciudadanas. «Cualquiera que pase por Tudela la encuentra sucia, con parques secos y abandonados. Hay muchísimas cosas por hacer», señala Larrarte, quien reconoce que «la situación la salva la dinámica del área de Urbanismo liderada por Zeus Pérez», pero recalca que «se licitan muchas cosas y se hacen muchas obras sin una estrategia clara por parte del señor Toquero, que ni lidera ni sabe liderar».
La tensión con el Gobierno de Navarra es otra constante del discurso de Toquero. Se ha mostrado públicamente crítico con el Ejecutivo foral, al que acusa de “menospreciar” a la Ribera. Larrarte rebate esa afirmación con datos: «Han pasado seis años desde la herencia de una dinámica de proyectos lanzados. Dejamos Tudela con cuatro años de buena gestión y con dinero en la saca. Y ahora tenemos improvisación y mucho dinero en caja, ya que la financiación del Gobierno de Navarra ha subido más de un 50% desde que gobernaba Yolanda Barcina (hasta 2015)».
«Que diga que el Ejecutivo foral nos trata mal no se sostiene. Tudela ha sido el Ayuntamiento al que más le han mejorado la financiación, a pesar de los menosprecios de Toquero al Gobierno de Navarra», añade.
Una parte del malestar social también nace de la forma en que el alcalde gestiona la memoria institucional. Con motivo de la celebración de los 40 años de Protección Civil en Tudela y, según Larrarte, no ha habido ni un gesto hacia los fundadores del servicio: «No ha habido ni medio guiño hacia nadie. Casi ninguna colaboración hacia los exalcaldes Luis Casado, o Luis Campoy, la exconcejala Maribel Echave, o la familia Peleato, que han propiciado estos 40 años. No reconoce ni la labor de los suyos».

A seis años de las elecciones que podrían decidir su futuro político, Alejandro Toquero sigue centrando el foco —y también la polémica—. Con un estilo que recuerda por momentos al populismo digital de figuras como Isabel Díaz Ayuso o incluso Donald Trump, ha conseguido que se hable de él constantemente.
Pero en Navarra, y dentro de su propio partido, crecen las dudas sobre si su figura es la más adecuada para encabezar la alternativa regionalista al socialismo de Chivite. El tiempo dirá si el ruido mediático le bastará para dar el salto a la política autonómica o si, por el contrario, sus maneras acaban desbordando sus propias aspiraciones.
Por ahora, las tensiones internas y el cúmulo de polémicas auguran un camino más empedrado de lo que Toquero imaginaba.