BolaƱos desacredita a Robles a nivel interno por haber Ā«perdido el controlĀ» del CNI

El CNI funciona con cierta autonomĆ­a. Esta afirmaciĆ³n la aceptan todos y cada uno los dirigentes en el Gobierno. Lo que no llevan tan bien en Moncloa y en Presidencia de Gobierno es que la ministra de Defensa, Margarita Robles, famosa por colocar gente afĆ­n en todas las dependencias de las altas instancias de la administraciĆ³n pĆŗblica haya evidenciado que no tiene el control del Centro Nacional de Inteligencia. La polĆ©mica con los espionajes a lĆ­deres independentistas mediante el software espĆ­a Pegasus ha salpicado al Gobierno, pero el mayor conflicto interno lo ha evidenciado FĆ©lix BolaƱos al desacreditar a Robles en pĆŗblico por su falta de mano dentro del CNI. La decisiĆ³n del ministro de imponer controles internos en el Centro Nacional de Inteligencia ha llamado la atenciĆ³n en el seno del Gobierno por una razĆ³n: Robles ha quedado seƱalada.

Los Ā«margaritosĀ» trufan toda la administraciĆ³n pĆŗblica. De hecho, Robles los busca hasta en las Fuerzas Armadas porque se ha convertido en una adicciĆ³n para la ministra el tener colocados a los suyos en cualquier parte de las altas instituciones. El problema es que parece que hay una que se le resiste. El CNI no parece plegarse al control fĆ©rreo de los ministros. Tanto es asĆ­, que desde Moncloa han dado la voz de alarma para que se implemente controles en el Centro para evitar que vuelvan a darse movimientos como las escuchas a los lĆ­deres independentistas a travĆ©s del software Pegasus. The Citizen Lab ha sido el centro canadiense que ha revelado el espionaje catalĆ”n, pero las consecuencias no se han quedado en el plano judicial o periodĆ­stico. A nivel interno, SĆ”nchez ha desacreditado a Robles por Ā«perder el controlĀ» del CNI.

No es la primera vez que Moncloa da un toque de atenciĆ³n a la ministra de Defensa. Lo hizo por sus constantes interferencias durante la negociaciĆ³n para la renovaciĆ³n del Consejo General del Poder Judicial. El problema es que ahora ha sido precisamente su falta de control la que le ha costado una desacreditaciĆ³n en pĆŗblico y otro toque a nivel interno. Es cierto que el espionaje con Pegasus comenzĆ³ en la etapa de Mariano Rajoy y probablemente contĆ³ con todos los permisos del juez pertinentes. Sin embargo, lo cierto es que los movimientos que hacĆ­a el Centro Nacional de Inteligencia pasaron desapercibidos bajo los pies de Robles. La ministra de Defensa no fue ni espectadora de lo que ocurrĆ­a con Pegasus. Y ha sido por las revelaciones del centro canadiense por lo que el Gobierno se ha entrado de parte de todo lo que ocurre en las entraƱas del Estado.

Pocos en el Gobierno dudan de que estos movimientos del CNI contaran con la autorizaciĆ³n del juez

Pocos en el Gobierno dudan de que estos movimientos del CNI contaran con la autorizaciĆ³n del juez, y mĆ”s conociendo al magistrado del Supremo encargado de hacerlo. Pero a nivel interno sĆ­ que ha llamado la atenciĆ³n a mĆ”s de uno que nadie en el Ejecutivo fuera consciente de dichas operaciones contra los independentistas. Puede parecer lĆ³gico, y asĆ­ lo reconocen, que unos delincuentes condenados que aseguraron no arrepentirse y tener intenciĆ³n de reincidir en sus delitos tengan que ser vigilados. Lo que no es tan lĆ³gico es que la ministra de Defensa no se enterase de lo que ocurrĆ­a a ciencia cierta en el CNI y sobretodo que Moncloa se haya visto envuelta en una crisis con sus socios en el Congreso por estos espionajes.

CNI

La forma Ā«eleganteĀ» y de cara a la galerĆ­a de desacreditar a Robles ha sido simplemente anunciar que se implementarĆ”n controles internos en el CNI para que el Ejecutivo sea consciente de cada paso que den estos agentes. A nivel interno, sin embargo, las consecuencias para Robles han sido mĆ”s humillantes que lo que se percibe en los medios. La ministra de Defensa, ya tocada por algunas cuestiones como su interferencia constante en las negociaciones del Gobierno, ha quedado seƱalada por Moncloa. BolaƱos no solo implementarĆ” estos controles internos y aƱadirĆ” una comisiĆ³n de control a la que tendrĆ”n acceso desde EH Bildu hasta ERC pasando por el resto de formaciones con representaciĆ³n; sino que excluirĆ” a la ministra de Defensa como mĆ”xima autoridad en estas cuestiones. Ɖl asumirĆ” el vacĆ­o, pero no Robles.

Por supuesto, desde Defensa tambiĆ©n salpican a Fernando Grande-Marlaska, quien en calidad de ministro del Interior deberĆ­a tambiĆ©n haber tenido cierto control sobre lo que ocurriera. Hay quien incluso echa balones fueras y asegura que todo esto se urdiĆ³ durante el mandato de Rajoy. Pero estas son excusas que lo que buscan es bĆ”sicamente quitarse de encima la culpa por haber cometido el fallo de no tener el control de lo que ocurrĆ­a bajo sus faldas. La nueva obsesiĆ³n de Moncloa, tal y como deslizan las fuentes, es la de tener un mayor control sobre el CNI. Una obsesiĆ³n que ya manifestĆ³ entonces el vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y que ahora SĆ”nchez ha encomendado a su fiel espada, FĆ©lix BolaƱos.