Bruselas acaba de hacer pĂşblico su Ăşltimo análisis sobre el entorno econĂłmico actual y los costes crecientes que han recortado las ganancias de las empresas energĂ©ticas entre 2022, llegando a la conclusiĂłn de que España debe eliminar la tasa que estableciĂł a las compañĂas energĂ©ticas, que se puso en marcha por los ingresos extraordinarios que estaban teniendo en plena crisis por el precio de la luz y el petrĂłleo. Para la ComisiĂłn Europea aquellos precios al consumidor ya no se dan, sobre todo, desde que se puso en marcha la llamada ‘excepciĂłn ibĂ©rica’. No obstante, Bruselas no puede obligar a ningĂşn paĂs a eliminar medidas fiscales nacionales.
Las empresas energĂ©ticas españolas rechazaron desde un principio el tributo por entender que se las penalizaba, sobre todo, por el gran esfuerzo inversor que deben afrontar en el plan de transiciĂłn energĂ©tica 2023-2030. Desde la implantaciĂłn del impuesto empezaron a advertir que tendrĂan que dirigir sus inversiones a otros paĂses porque con el pago del impuesto se ponen en riesgo inversiones que rondan los 16.500 millones de euros.
La medida fue aprobada por el anterior Ejecutivo de coalición, con Unidas Podemos como adalid del tributo, lo que supuso también un rechazo por parte de PP y Vox. Su problema, por fin, ha llegado a la Comisión Europea y les ha dado la razón. Más aún cuando el nuevo Gobierno de coalición tiene la intención de prorrogar el impuesto a las energéticas e incluso, no descarta dejarlo de forma permanente.
BRUSELAS RECUERDA QUE EN 2022 SE PIDIĂ“ UNA ‘CONTRIBUCIĂ“N SOLIDARIA’ POR LA SITUACIĂ“N DE EMERGENCIA
Desde el Gobierno argumentan que esta ‘tasa extraordinaria’ se implantĂł como respuesta a los requerimientos de Bruselas hace poco más de un año para hacer frente a la situaciĂłn emergencia por los altos precios de la energĂa. La ComisiĂłn Europea habĂa dicho entonces que se trataba de una ‘contribuciĂłn solidaria’ de las compañĂas energĂ©ticas. En concreto, propuso un impuesto mĂnimo del 33% sobre los beneficios excesivos generados por las actividades de los sectores del petrĂłleo, el carbĂłn y las refinerĂas. Las previsiones de los expertos europeos fueron que las energĂ©ticas conseguirĂan unos ingresos en 2022 superiores en un 20% sobre la media de los beneficios de los tres años anteriores. La comisiĂłn querĂa que esos beneficios extraordinarios se redirigieran a los consumidores.
Además, las quejas del sector no parecen hacer mella en los planes de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, quien ya ha contestado a tanta crĂtica por el impuesto asegurando que Ă©stas empresas, tambiĂ©n los bancos, tienen margen más que suficiente para asumir el impuesto, como lo demuestran sus «resultados millonarios» presentados a lo largo de los tres primeros trimestres del año.
En España, el Gobierno de Sánchez aplicĂł las indicaciones de Bruselas con la implantaciĂłn de un impuesto especial por el que se gravaba el 1,2% de los ingresos cuando se superen los 1.200 millones, y una vez excluidos los negocios regulados y las actividades realizadas extra peninsulares y fuera de España. El departamento que dirige MarĂa JesĂşs Montero ya ha dicho que se prorrogará, tras el acuerdo de investidura entre Pedro Sánchez y Yolanda DĂaz.
LA COMISIĂ“N EUROPEA CONSIDERA QUE YA NO EXISTE CRISIS DE EMERGENCIA
Pero transcurrido más de un año y con los precios, como el de la electricidad y el petrĂłleo, más bajos de lo habitual, y sin que existan ya los motivos que propiciaron esta ‘contribuciĂłn’, la ComisiĂłn interpreta que se deberĂa retirar porque se puede convertir en un castigo a esas compañĂas, que han dejado de tener beneficios extraordinarios.
Bruselas pone el dedo en la llaga con su informe cuando explica que «la situaciĂłn es muy diferente de la que existĂa» cuando el Reglamento del Consejo se comenzĂł a aplicar en octubre de 2022. Las empresas del petrĂłleo, el gas y el carbĂłn -reconoce el texto- en el actual contexto econĂłmico y el aumento de los tipos de interĂ©s están registrando recortes de sus beneficios, sobre todo, si se comparan con los beneficios extraordinarios de 2022.
TambiĂ©n es cierto que el informe de Bruselas reconoce que los beneficios de las compañĂas energĂ©ticas se encuentran por encima de los niveles histĂłricos, pero al mismo tiempo cree que el entorno para generar aquellos beneficios extraordinarios «se ha atemperado» si se compara con los datos de 2022, y que el entorno actual es todavĂa más inestable y los tipos de interĂ©s más altos. Y a este totum revolutum, agrega el estudio, se suma a que cada energĂ©tica cuenta con coberturas y contratos a largo plazo diferentes. La eliminaciĂłn de la tasa supondrĂa «asegurar condiciones favorables para todas en medio de la volatilidad».
LAS EMPRESAS ENERGÉTICAS EN PIE DE GUERRA
El anuncio del Gobierno de prorrogar el impuesto especial ha calentado aun más el rechazo de las empresas del sector. Advierten que están en juego 16.500 millones en inversiones para la transiciĂłn energĂ©tica, justo en un momento que son más necesarias que nunca. Desde una de las patronales del sector (AOP) recuerdan que el Plan Nacional Integrado de EnergĂa y Clima contemplaba una inversiĂłn de 294.000 millones hasta 2030. Las empresas afectadas ya tienen previsto 16.500 millones para ese periodo, pero el impuesto especial las pone en desventaja competitiva frente a la industria importadora y otros paĂses que no deben ajustarse a ninguna regla de transformaciĂłn y descarbonizaciĂłn.
Pero no es solo la patronal la que habla, las propias empresas llevan meses rechazando ese tributo penalizador a su actividad. Los máximos responsables de Repsol, Antonio Brufau y Josu Jon Imaz, o Sánchez Galán de Iberdrola, ya han dicho por activa y por pasiva que de seguir el tributo no descartan realizar gran parte de sus inversiones fuera de España. Mientras que otras empresas, como Endesa o Cepsa han recortado sus beneficios considerablemente. Endesa ha obtenido un 36% menos y su presidente José Bogas denuncia la pérdida de competitividad frente a las empresas europeas, y Cepsa ha perdido 116 millones entre enero y septiembre.