Aguado quiere destruir la Consejería de Cultura y absorber sus competencias

  • La idea es que dependa de la vicepresidencia y poner al frente a la diputada autonómica Esther Ruiz.
  • Aguado ha paseado a Ruiz y se la ha presentado a los principales representantes del mundo de la cultura en Madrid.
  • La idea es que sea viceconsejera de Cultura, y la parte de Turismo pasarla a la Consejería de Economía.
  • El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, tiene una particular forma de solucionar los problemas internos. Que la relación que mantiene con la consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, no es la más íntima de la administración, no es un secreto. Algo que debe molestarle al candidato naranja más de los esperado, ya que tal y como ha podido comprobar MONCLOA.COM, Aguado quiere destruir esta importante Consejería para absorberla y convertirla en una viceconsejería que directamente forme parte de la vicepresidencia. Es decir, que dependa de él. El plan lo tiene avanzado. Incluso sabe a quién nombraría viceconsejera de Cultura: a la diputada de la Asamblea de Madrid de Ciudadanos y fiel amiga Esther Ruiz; pero la chapuza del dirigente de la formación naranja dejará todas las áreas que dependen de Cultura hechas polvo, especialmente la parte de Turismo, un sector que pasaría a depender de la Consejería de Economía, según el plan «maestro» de Aguado.

    El candidato de Ciudadanos está intentando reforzar su liderazgo dentro del partido. Su temor a no tener el apoyo suficiente entre los suyos le ha llevado a urdir una compleja (o torpe, según algunos) estrategia que pasa por cargarse directamente la Consejería de Cultura, una de las que más iniciativas ha tomado en la administración autonómica. Desde hace semanas el vicepresidente lleva tiempo preparándole el terreno a Esther Ruiz presentándosela a los principales agentes del mundo de la cultura. ¿Por qué? Pues, según fuentes consultadas por este medio, para que se prepare para el nuevo encargo que le llega: dirigir una viceconsejería de Cultura que dependerá directamente de Aguado.

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    Aún así, la confianza de Aguado en Esther Ruiz no debe ser excesiva, al menos en la parte profesional, ya que en la personal ya ha quedado claro que goza de su total apoyo. Cuando Aguado destruya, si lo consigue, la Consejería de Cultura, la partirá por la mitad. Una de las partes más importantes que depende de este departamento, el turismo, quedaría en el aire. La idea de Aguado es que estas competencias las asuma la Consejería de Economía y dejar el resto de las iniciativas relacionadas con la cultura para Ruiz. Pero en cualquier caso, el grueso pasaría a formar parte de una viceconsejería que dormiría en el seno de la vicepresidencia de Aguado para tener atado en corto lo que hagan o dejen de hacer.

    La gran incógnita es por qué Aguado ha optado por revolver tanto las entrañas de la administración pública en plena pandemia. Los agentes culturales están, con sus más y sus menos, contentos con la labor de la Consejería de Cultura de Marta Rivera de la Cruz. El equipo que forma este área es puramente técnico y profesional. No hay profesionales de la política en Cultura. La mayoría de los directores y directoras generales que integran esta importante consejería son buenos conocedores del mundo que gestionan y han sabido empatizar con este sector en uno de los momentos más duros para ellos.

    Que el departamento de prensa de Aguado sea sensible a las publicaciones que se han deslizado estos últimos días puede ser una de las razones que han motivado este plan, según deslizan las fuentes. Recientemente, varios medios de comunicación se hicieron eco de la presunta buena relación entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y Marta Rivera de la Cruz. Prueba de ello fue el nombramiento de Sandra Fernández, exjefa de prensa de Cultura, como directora de comunicación de la Comunidad de Madrid. Un giro dirigido por el jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez. Desde luego, la relación entre Ayuso y Rivera de la Cruz es buena, pero no comparten casa para irse de vacaciones. Aún así, la percepción en el gabinete de Aguado es diferente. Y quizás eso ha motivado la purga que el vicepresidente prevé iniciar en Cultura.

    En cualquier caso, por el momento solo se trata de un plan que Aguado pretende llevar a cabo en los próximos meses. Los paseitos con Esther Ruiz y las presentaciones dejan claro que la intención del vicepresidente es contar con ella para algún asunto relevante en relación con el mundo de la Cultura. Desde luego, lo que queda meridiano es que Aguado quiere nuevos consejeros que le respeten como líder para reforzar su posición como vicepresidente, ya que bastante complicado debe ser pertenecer a la administración autonómica en ese grado y que la presidenta no te tenga en cuenta para las principales decisiones.

    LA RESPUESTA DE CIUDADANOS

    Desde Ciudadanos insisten en que esta información es completamente falsa. Aseguran que el relato que asegura que Aguado quiere destruir la Consejería de Cultura para absorber parte de sus competencias no es real. Sin embargo, fuentes consultadas por este medio insisten en lo contrario. Tal es el nivel de detalle, que incluso desde la formación naranja aseguran que es absolutamente falso que Aguado haya recorrido junto a Ruiz algunos sectores de la cultura de la Comunidad de Madrid para preparar el terreno. Aunque las fuentes insisten en que estos «paseos» junto a la diputada autonómica se quisieron llevar con un alto nivel de discreción que ha volado por los aires después de conocerse y ser la comidilla de toda la Consejería de Cultura la Comunidad de Madrid. Lo que sí queda demostrado es que el nivel de tensión dentro de la administración está muy alto y que la relación entre la esta Consejería y la vicepresidencia de Ignacio Aguado está muy erosionada.