Nuestros abuelos soportaban el calor del verano tirando de abanicos, sombreros y remojones. Nosotros, gracias al avance tecnológico podemos regular el clima a nuestro antojo y estar tranquilamente en nuestra casa, trabajo o coche, sin enterarnos de que la temperatura exterior está rondando los 40 °C. Los aparatos de aire acondicionado han mejorado nuestra calidad de vida de manera inimaginable y ya no podríamos vivir sin este electrodoméstico. Pero hay que saber que, aunque nos hagan más llevaderas hasta las canículas más horribles, su uso conlleva ciertos riesgos, algunos de ellos muy graves.
GÉRMENES EN EL AIRE ACONDICIONADO
Uno de los mayores riesgos de este sistema de enfriamiento del aire, son los gérmenes que tienden a acumularse en los filtros si no se lleva a cabo un mantenimiento adecuado no se limpia correctamente. Los gérmenes que se encuentran en estos aparatos son la bacteria Legionella pneumophila, y los hongos Aspergillus fumigatus y Aspergillus niger. La primera puede provocar neumonías graves y los segundos están relacionados con problemas como asma, rinitis, neuritis por hipersensibilidad y neumonía.
