BBVA encargó a Villarejo espiar al constructor Luis Portillo para cobrar una deuda

  • El comisario ofreció realizar labores de "hostigamiento" al empresario y su entorno.
  • El policía quiso evitar el trabajo por miedo a sus relaciones con el PSOE andaluz.
  • La propuesta preliminar de Villarejo incluía espiar la conducta y vínculos de su familia.
  • BBVA encargó al comisario José Manuel Villarejo investigar al que fuera dueño de Inmobiliaria Colonial, Luis Portillo, para intentar recuperar una deuda que mantenía con el banco. Villarejo advirtió a los representantes del banco de los riesgos de la investigación, ya que consideraba a Portillo “testaferro de la Junta de Andalucía”.

    En su trabajo para el banco, el policía reunió la información de encargos anteriores realizados para otros clientes en los que aparece investigado el PSOE andaluz. El encargo estaba presupuestado en 3,2 millones de euros, según la documentación a la que ha tenido acceso MONCLOA.COM, o un 4,5% del valor recuperado mas un 8% del total de la deuda. Esta rondaría los setenta millones de euros, aunque el banco creía en todo caso que probablemente se llegara a una “solución amistosa”.

    La reunión en que se concretaron los detalles de este encargo se produjo en las oficinas de la empresa del policía en la Torre Picasso de Madrid. Villarejo se reunió con miembros del bufete Simmons & Simmons, que trabajaban para el BBVA. En el encuentro también estuvo presente José María García Crespo, exresponsable del área jurídica del banco.

    El encargo de la investigación alrededor de Portillo para conseguir recuperar la deuda que mantenía con el BBVA se produjo a la vez que otro de similares características sobre el constructor Fernando Martín. En una conversación grabada por Villarejo, a la que ha podido acceder MONCLOA.COM, el comisario expone sus temores sobre la investigación del dueño de Colonial.

     

    —Interlocutor: Portillo llegó a ser en determinado momento el segundo inversor privado…

    —Villarejo: ¿Portillo? Portillo lo veo más difícil ¿no? a Portillo lo veo más difícil, ahora se lo diremos a José Manuel. Portillo es un testaferro de la Junta de Andalucía. Entonces…. ahí se nos va a complicar la vida a todos un poco, digo. Me refiero a… Porque claro, ahí hay que tratar de llegar a un acuerdo político para que no le duela la cabeza a más de uno.  No queremos líos… o por lo menos, a nosotros no nos gusta investigar a políticos y esas cosas porque tienen un peculiar sentido del humor. Y tampoco… habiendo clientes que paguen igual, ¿por qué te vas a complicar con alguien que te pueda doler la cabeza? Porque los políticos siempre quieren el tema mediático, el tema tal… y eso es de lo que nosotros huimos siempre. Por lo tanto, me resulta más problemático Portillo que tal (hace referencia a Fernando Martín, dueño de Martinsa). Pero vamos, a bote pronto. No nos da miedo realizar ningún tipo de trabajo. Es una cuestión de compensaciones de riesgos por costos ¿no?

    De hecho, el comisario incluyó en la documentación con la que trabajó en este encargo otras investigaciones relacionadas con el PSOE andaluz, como el que llevó a cabo para Iberdrola sobre los problemas políticos con la construcción de una central eléctrica en Cádiz, lo que bautizó como Informe Arrow. A continuación, el comisario dejó caer ante sus interlocutores operaciones de Portillo en Andalucía y la relación con los vaivenes políticos del PSOE andaluz.

     

    —Villarejo: En Sevilla tenemos una buena delegación, una buena infraestructura y Portillo era… vamos… lo de Dos Hermanas con el alcalde y tal, era vox populi, que lo sabía toda España. Era… eso es un bluf. Como sabéis, que de la noche a la mañana, pues de pronto era el rey del mambo. Yo creo, yo creo, eso y la problemática que tienen abajo con lo de Astapa, Pepe Hidalgo, etc. etc. es lo que hace la pelea Griñán-Chaves. O sea, ese es el embrión por el que…

    —Interlocutor: pasó todo el lío.

    —Villarejo: Pasó todo el lío. Es un tema, como dicen los yanquis o los ingleses, fucking money ¿no?

    Más adelante, cuando se han incorporado ya todos los interlocutores de la reunión, el comisario ahora jubilado vuelve a exponer su postura respecto a una investigación sobre Luis Portillo. Villarejo dijo que prefería no entrar en el asunto debido a las conexiones con los socialistas andaluces.

     

    —Villarejo: Respecto a Portillo, estábamos comentando un poco antes, imagino que lo sabéis ¿no? Este hombre es un testaferro de la Junta de Andalucía y de Chaves descaradamente.

    —Interlocutor: Algo sospechábamos (risas)

    —Villarejo: No, no, no. Te quiero decir, hombre estamos aquí en petit comité y con todos los secretos que eso conlleva, con lo cual, hombre, debemos de trabajar con cierta delicadeza porque ya he dicho que a nosotros no nos gusta trabajar en absoluto los temas políticos, no nos gusta porque no nos gusta salir en los medios de comunicación. No, no, no, o sea, jamás.

    Una vez expuestas sus prevenciones sobre la investigación a Portillo, Villarejo relata a continuación a sus clientes los casos que indicarían la habilidad del empresario para ocultar bienes y cómo se introduce en el círculo de los socialistas andaluces. Según cuenta Villarejo, lo habría logrado a través del alcalde de Dos Hermanas, al que considera su protector, y “el que le presenta el clan”.

     

    —Villarejo: Portillo también es un tipo muy especializado en el tema de ocultar porque él ha vivido de eso. Vamos a ver, el alcalde de Dos Hermanas, el protector, el que le presenta en el clan. Ahí es donde, o sea, yo creo que el problema de Portillo comienza cuando hay una pelea entre los dos clanes de Andalucía, entre Chaves y el actual presidente de la Junta, y a partir de ahí empiezan las tensiones. Empieza la tensión con Astapa (el caso de corrupción en el ayuntamiento de Estepona)… empieza con tal.

    El comisario comentó con los componentes de la reunión los comienzos de Portillo, que habían sido también objeto de una investigación anterior de Villarejo para otros clientes, según cuenta el propio policía. Villarejo hace referencia a “grandes pelotazos” como el del terreno de los cuarteles de La Tablada, en Sevilla.

    La solución a la deuda de Portillo con el BBVA, en cualquier caso, parece clara a los ojos de los representantes del banco, que creen que puede haber una “solución amistosa”, pero para la que necesitan presión para poder llegar a un acuerdo. Para ello sería necesario detectar patrimonio personal del empresario.

     

    —Interlocutor: Otra cosa es que si se detecta patrimonio personal suyo…

    —Villarejo: es responsable, claro, es responsable.

    —Interlocutor: Pero vamos, ahí hace falta un eslabón intermedio que sería ese. Pero bueno, iríamos ahí. Yo creo que al final con Portillo probablemente se acabara…. se buscara una solución amistosa.

    —Villarejo: Sí.

    —Interlocutor: No vemos que haya ningún problema una vez que se le detecte algo para sentarse y hablar con él y encontrar algún tipo de solución.

    Los informes realizados por el comisario Villarejo para el BBVA sobre Luis Portillo son preliminares, según señalan los propios documentos. En ellos realiza una recopilación sobre el posible patrimonio del empresario y de su familia. En estos informes se desliza que el empresario podría ser testaferro de sus amistades políticas. En definitiva, el encargo es encontrar patrimonio fuera de lo conocido, según acuerdan ambas partes.

    En el documento preliminar fechado el 10 de diciembre de 2009, Villarejo desarrolla por escrito la misma tesis, según la cual, los intereses de Portillo y los del PSOE de Andalucía convergen a finales de los años ochenta del pasado siglo. Esto habría generado, según este relato, una alianza con el alcalde socialista de Dos Hermanas, Francisco Toscano y con los socialistas Isidoro Beneroso y Juan Pedro Álvarez, responsables de la Caja de Ahorros El Monte.

    Villarejo señala que la relación se consolidó con la Expo de 1992 y que ahí, Portillo “pasó a ser el empresario de la Junta a todos los efectos”. El comisario señala al entonces delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Garrido, como el “coordinador de todos los acuerdos reservados que se decidieron, especialmente los relacionados con la financiación del partido”.

    Villarejo Portillo
    Informe del comisario Villarejo donde hace referencia a las presuntas relaciones del empresario Luis Portillo con dirigentes socialistas.

    Según este informe, “todas las grandes constructoras nacionales que aspiraban a obtener los concursos, obligatoriamente subcontratarían con MUN (acrónimo con el que se refiere a Portillo en los informes) si querían conseguirlos”. En la línea de lo que Villarejo explicó en los audios, el policía sostiene en el informe que el entramado societario de Portillo “se encuentra interconectado con las sociedades que dependen del aparato político que controla la Junta, ya sea de manera abierta o bajo la mera apariencia de empresas subvencionadas”.

    El informe rastrea el trabajo de los asesores de Portillo para seguir la pista de sus activos. También aporta como novedades informaciones sobre directivos de varias entidades bancarias europeas que dieron créditos a Portillo sin las debidas garantías. Entre las informaciones con las que Villarejo elabora su informe destaca el conocimiento de “una serie de reuniones” con empresarios como José Hidalgo y la hostilidad del alcalde de Estepona en ese momento, Antonio Barrientos.

    El documento deja abierta la puerta a la investigación de un posible entramado “aún desconocido” en Gibraltar o la Isla de Man. Además, advierte al banco que “es aconsejable una estrategia de penetración en su entorno de confianza”, como anteriormente había realizado en el caso del constructor Fernando Martín.

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    Para ello, como es habitual en Villarejo, propone el despliegue de un amplio dispositivo técnico y personal, con equipos de escucha y espionaje. Entre los objetivos señalados se encontraría la “conducta y vínculos de la familia” de Portillo, además de fiduiciarios, personal de su estrecha confianza, así como su “conducta, hábitos y relaciones”. El trabajo debería incluir, según este informe preliminar, el “hostigamiento y en la medida de lo posible boicot” de las actividades de estas personas para que “comience el proceso de cometer errores estructurales”.

    Parte de los medios del proyecto Gate se emplearían para “propiciar una dinámica disruptiva de hostigamiento sostenido” que provoque a Portillo y su entorno “una inseguridad permanente que hasta el día de hoy no tiene”.

    En estos trabajos preliminares basados en la información que obtenía Villarejo de fuentes sin identificar se encuentra un anexo en el que describe una presunta “ingente labor de ocultamiento de bienes” de Portillo a través de sociedades con sede en Londres, Lisboa y Casablanca.