Bildu fía su futuro al nuevo Estatuto vasco tras la decepción del 26-M

  • La coalición abertzale perdió el 26-M tres importantes plazas en Navarra y Euskadi.
  • Otegi apuesta por renovar el Estatuto vasco para compensar la decepción de las consultas 'estilo Cataluña'.
  • Bildu sigue asentándose como segunda fuerza en el País Vasco, pero el PNV se lleva todo el poder.
  • Euskal Herria Bildu tendrá que resetearse tras el segundo tortazo anímico en cuatro años. La coalición abertzale se quedó en la primavera de 2015 sin la alcaldía de San Sebastián. Juan Carlos Izagirre era la cara del cambio en 2011 y Arnaldo Otegi creyó ver que el conflicto vasco se podía cerrar con premio de la ciudadanía hacia la izquierda abertzale.

    Pero los donostiarras censuraron la gestión de Izagirre. El pasado 26-M Joseba Asirón, emblemático alcalde de Pamplona, se quedaba sin el bastón de mando, en este caso por el desgaste de sus socios. Esa derrota ha supuesto un mazazo en Euskal Herria Bildu. 

    La coalición abertzale tampoco ha logrado el triunfo deseado en Vitoria y ha perdido algunos feudos importantes en Euskadi como Llodio o Bermeo, que pasan a manos del PNV, que logra un poder onmímodo: Gobierno vasco, las tres capitales de provincia, las tres diputaciones y algunas plazas históricas del socialismo como Barakaldo.

    Cierto es que el partido liderado por Arnaldo Otegi aprueba con nota pese a su pérdida de poder: en las municipales logró casi 350.000 votos en Navarra y Euskadi, logró más de 1.200 concejalías y ató un acuerdo para las europeas que fue bendecido por 1,2 millones de votantes a nivel estatal.

    Bildu, tras integrar definitivamente a todos los actores que lo componen (Sortu, Aralar o EA), se ha estabilizado como tercera fuerza en las tres provincias vascas, pero el PNV no deja de engullir poder «gracias a los votantes procedentes de los sectores reaccionarios», según denuncia Otegi, que dice que los jeltzales se aprovechan de la crisis del PP vasco.

    Arnaldo Otegi tiene la intención de presentarse a las próximas elecciones vascas. Antes, necesita cumplir un objetivo para hacer olvidar otro: cerrar la renovación del Estatuto vasco junto al PNV con la intención de hacer olvidar el pinchazo de las consultas populares de Gure Esku Dago, plataforma que impulsaba consultas populares al estilo de Arenys de Munt.

    Cierto es que Bildu no apostó de forma firme por esta plataforma porque siempre ha tenido serias dudas de impulsar una especie de ANC que le puede hacer perder algunos de sus espacios de poder clásicos en favor del PNV, que apoyó a Gure Esku Dago con la intención de hacer el proyecto transversal.

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    Pero el pinchazo de Donosti, 13% del voto en la última consulta, invita a apostar por otros proyectos que no desgasten al independentismo, que sigue en mínimos en Euskadi. La ‘vacuna catalana’, el final de ETA y la cacareada ‘estabilidad’ del PNV, nacionalismo pragmático, ha dejado en mínimos al proyecto de la independencia, «una utopía en pleno siglo XXI» según el lehendakari Íñigo Urkullu.

    NAVARRA, OBJETIVO PARA BILDU

    Arnaldo Otegi ha explicado que no regalarán sus dos diputados en el Congreso a Pedro Sánchez si el PSOE entrega Navarra a la derecha: «Si Sánchez, de alguna manera, da el Gobierno de Navarra a la derecha reaccionaria, y, por lo tanto, debido a las presiones de esa derecha, modifica sus posiciones políticas y no tiene suficiente valentía, ¿alguien puede pensar que va a tener valentía para dar una solución democrática a Cataluña o al tema de los presos? Es difícil pensarlo».

    Bildu
    Arnado Otegi, coordinador general de EH Bildu. Foto: Flickr

    El líder abertzale ha señalado en Euskadi Irratia que la decisión de los socialistas sobre Navarra «va a ser una carta de presentación, y así lo vamos a tratar, para saber cómo va a ser la legislatura, es decir, si el PSOE no tiene valentía y si no le deja a su partido formar una alternativa ante la derecha, cederá a esa presión de la derecha, y hará lo mismo con los presos, con Cataluña y con las políticas sociales y las económicas, y ocurrirá algo sorprendente, y es que, el PSOE ha ganado las elecciones pero aplicará el programa de la derecha».

    «En esta coyuntura histórica, Pedro Sánchez y el PSOE son la última carta del Estado para probar que es capaz de solucionar los conflictos a través del diálogo. Si queman esa carta, y parece que la van a quemar, la conclusión que deberíamos sacar en Euskal Herria, en Cataluña y en todas partes es que en el Estado español no hay nadie capaz de solucionar los problemas a través del diálogo y la negociación en términos democráticos», señaló.

    Otegi también ha mostrado su enfado porque el PNV se niega a cerrar acuerdos estables con ellos y prioriza sus pactos con el PSE: «¿Cuando hemos dicho nosotros que vamos a desalojar al PNV de todos los sitios que podamos junto a Podemos? Nosotros nunca hemos dicho que nuestro objetivo sea desalojar al PNV. Estamos como el perro y el gato, y es un poco agotador. Están obsesionados. Firman presupuestos con el PP y es culpa de EH Bildu. Lo hacen con el PSOE, y es culpa de EH Bildu, Si llueve, es culpa de EH Bildu. No es serio».

    Bakartzo Ruiz, candidata de EH Bildu en Navarra, tampoco tiene claro cuál será el futuro de la Comunidad Foral: «No sabemos si va a haber una investidura o no. No sabemos para qué tipo de Gobierno si lo hubiera ni con qué contenidos. Lo que sí volvemos a poner encima de la mesa es que si hay una voluntad real de articular mayorías a la derecha, EH Bildu tiene que ser un interlocutor».
    «La legislatura pasada ha dejado un marco de colaboración, unos contenidos de cambio, unos avances que en estos momentos representan a 19 parlamentarios, un bloque decisivo para seguir apostando por consolidar esos contenidos de cambio y no permitir que se desande lo andado a lo largo de estos últimos cuatro años», explicó.
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    Ruiz ha denunciado el veto de formaciones como el PSN a negociar con ellos: «No entendemos que nadie pretenda hacer creer que es posible frenar a la derecha en Navarra sin contar con EH Bildu. Nadie cree que para hacer frente a la derecha no se quiera hablar con una fuerza política que tiene más de 50.000 votos en Navarra, que en estos momentos ostenta la representación de siete parlamentarios y cuyos votos son decisivos, no solo para una investidura sino para gobernar a lo largo de cuatro años».