Vox intentarĂ¡ tumbar el Tratado Fiscal sobre Gibraltar esta semana en el Pleno del Congreso

El Grupo Parlamentario Vox intentarĂ¡ tumbar el Tratado Fiscal sobre Gibraltar el prĂ³ximo miĂ©rcoles, cuando el Pleno del Congreso dĂ© el primer paso en el proceso de su ratificaciĂ³n con un debate de totalidad sobre el texto.

Vox ha registrado una enmienda a la totalidad en la que reclama que el acuerdo no se ratifique, porque considera que el Gobierno ha conseguido una «victoria ridĂ­cula» en materia de control fiscal pero, a cambio, ha debilitado su posiciĂ³n internacional para «lo principal»: «recuperar la soberanĂ­a» sobre el PeĂ±Ă³n. El acuerdo lo defenderĂ¡ en el pleno la ministra de Asuntos Exteriores, UE y CooperaciĂ³n, Arancha GonzĂ¡lez Laya.

El Tratado lo firmaron los Gobiernos español y britĂ¡nico en marzo de 2019 pero su ratificaciĂ³n se ha retrasado hasta ahora por la disoluciĂ³n de las Cortes, las dos convocatorias electorales y, despuĂ©s, la pandemia de Covid-19, que suspendiĂ³ la actividad ordinaria de las CĂ¡maras. Si el texto supera el debate de totalidad necesitarĂ¡ el visto bueno de la ComisiĂ³n de Asuntos Exteriores antes de regresar al pleno y, posteriormente, completar el trĂ¡mite en el Senado.

En su enmienda, recogida por Europa Press, Vox avisa de que, con este acuerdo, «el Gobierno español ha buscado el control fiscal sobre lo que españoles o residentes españoles hacen en Gibraltar», un «objetivo tributario», mientras que britĂ¡nicos y gibraltareños han pretendido «que Gibraltar sea reconocido como entidad polĂ­tica y se autorice su condiciĂ³n de paraĂ­so fiscal».

De hecho, sostiene que con este acuerdo «España reconoce a Gibraltar y admite, por primera vez en 300 años, la jurisdicciĂ³n y competencia de las Autoridades gibraltareñas» y no solo sobre el terreno cedido en el Tratado de Utrecht, sino «tambiĂ©n sobre la mitad sur del istmo que, ilegĂ­timamente, el Reino Unido ha usurpado».

Y añade que, con ese reconocimiento, España debilita su posiciĂ³n internacional de cara a reclamar los «derechos legĂ­timos de soberanĂ­a», y da pie a que el ministro principal de Gibraltar, FabiĂ¡n Picardo, «reivindique ante Naciones Unidas como ‘pueblo’ a la poblaciĂ³n de aluviĂ³n gibraltareña».

Para Vox, con este acuerdo el Gobierno ha subordinado lo «principal», la soberanĂ­a, a lo «accesorio». «Consentir una colonia en nuestro suelo, aceptando la triste condiciĂ³n de España como paĂ­s colonizado y a sus ciudadanos en trabajadores discriminados y explotados, que contribuyen a la generaciĂ³n de riqueza y utilidades militares en la colonia a cambio de unas migajas, con la consecuencia de tener que soportar daños medioambientales y riesgos de seguridad que no corresponden a nuestro paĂ­s», alertan.

Es mĂ¡s, avisa de que «es Gibraltar quien depende econĂ³micamente de España y no al revĂ©s», de manera que «los 8.000 españoles que trabajan en Gibraltar estĂ¡n siendo utilizados de rehenes». A su juicio, con esta firma España ha perdido la ocasiĂ³n de hacer valer sus derechos y haber incluido la reclamaciĂ³n se soberanĂ­a en las negociaciones del Brexit y tambiĂ©n de haber negociado mejores condiciones para los trabajadores transfronterizos y los habitantes del Campo de Gibraltar, de exigir el fin del contrabando de tabaco y del bunkering.

SOLO EVITA ELUSIĂ“N FISCAL POR ESPAĂ‘OLES

Por otro lado, el tercer grupo de la CĂ¡mara cree que el acuerdo tampoco cumple en materia estrictamente fiscal, aunque «puede parecer que es beneficioso para España», en realidad «solo sirve para evitar que residentes fiscales españoles eludan impuestos por medio de la creaciĂ³n de sociedades en Gibraltar».

El motivo, alega, es que «el principal problema fiscal de Gibraltar no es el de la residencia fiscal, sino el de los miles de personas que pasan todos los dĂ­as la verja sin ningĂºn tipo de control, y se benefician del diferencial de impuestos indirectos que existe entre los dos territorios».

SegĂºn Vox, el acuerdo «deja intactos los privilegios fiscales de los gibraltareños, que continuarĂ¡n operando desde Gibraltar y parasitando la economĂ­a española por medio de prĂ¡cticas de dumping fiscal y social».

En concreto, denuncia que, no se ha resuelto el problema de que los trabajadores españoles «continuarĂ¡n siendo discriminados y serĂ¡n excluidos de hecho del generoso sistema de bienestar gibraltareño», de manera que «cuando se jubilen recibirĂ¡n una pensiĂ³n ridĂ­cula, mientras que sus compañeros de trabajo completarĂ¡n su pensiĂ³n con la Household Allowance y el Community Care».

AdemĂ¡s, señala que las «mafias del contrabando», que verĂ¡n reducidas sus ingresos, «tendrĂ¡n que complementar con otras actividades ilĂ­citas», «podrĂ¡n seguir pasando el dinero negro por la verja y lo blanquearĂ¡n por medio de sofisticados entramados legales diseñados en Gibraltar».

En la misma lĂ­nea, sostiene que «los gibraltareños ricos continuarĂ¡n viviendo en viviendas propiedad de sociedades gibraltareñas en La LĂ­nea, Sotogrande, Estepona, Marbella u otros lugares de la costa, y seguirĂ¡n sin pagar impuestos en España» y «las empresas gibraltareñas seguirĂ¡n realizando actividades de bunkering en aguas españolas, contaminando la bahĂ­a de Algeciras y perjudicando al puerto de Algeciras».