La investigación para el BBVA realizó fotografías y espió citas de sus objetivos

La información con la que contó el BBVA en su guerra contra los que pretendían hacerse con el control de este banco incluyó informes con seguimientos de las personas que consideraron relevantes. En esas investigaciones se realizaron fotos de los itinerarios que realizaron y las personas con las que se vieron.

Entre la documentación con la que el comisario José Manuel Villarejo elaboró los informes del que llamó proyecto Trampa para el BBVA se encuentra un archivo Power Point en el que se resume el resultado de uno de esos seguimientos.

Se trata de una sucesión de fotos sobre el espionaje de los movimientos de una persona sin identificar. La información se encuentra en una carpeta denominada “Colindres”, como la ciudad cántabra. El informe da cuenta de un viaje de la persona sometida a vigilancia en Bilbao, donde captan una cita del mismo.

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Informe sobre el seguimiento a una persona objetivo del BBVA en Bilbao.

El Power Point relata un seguimiento que comenzó a las once de la noche del 26 de febrero de 2005. En ese momento se produce la “localización del domicilio y vehículo del objetivo, justo delante del su domicilio, sin que existieran huecos libres”, según se relata en ese documento.

A las siete de la mañana del día siguiente comienza el seguimiento por la ruta que hizo la persona espiada. A las siete de la mañana, según el informe realizado, “se establece el dispositivo de control”. En ese momento, quienes realizan esta labor detectivesca se cercioran de que el vehículo no ha sido movido durante la noche.

Los profesionales que realizan el informe dan cuenta de los detalles técnicos de su trabajo, como que la prueba de que el vehículo no se ha usado la noche anterior es que “se encuentra en la misma marca y no ha sido modificado el testigo puesto tras la rueda trasera”.

Tras esperar dos horas, lo encargados de este seguimiento fotografían la salida del automóvil. “9:05.- El objetivo sale de su domicilio, acompañado de un chico (7 u 8 años), posiblemente su hijo”, apuntan en su informe. El vehículo es un Audi familiar de color rojo.

Las fotos ilustran el relato que van elaborando en el informe, donde se atisba a la persona objeto del seguimiento en el lugar de su primera parada. Tal como relata el texto que acompaña a las fotos de esa presentación, esta persona “se dirige al polideportivo, donde deja al joven en compañía de otros chicos”.

Los detalles del seguimiento no desperdician ni los detalles más nimios, hasta rozar el ridículo. Ni siquiera desaprovechan contar que a las nueve y cuarto de la misma mañana, la persona a la que siguen “toma el vehículo y sale del polideportivo y conduce hasta una charcutería cercana, donde recoge un pedido que estaba ya preparado”.

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El dispositivo de Villarejo descubre la cita del hombre al que siguen en Bilbao.

Como si se tratara de una retransmisión, añaden: “Con el bulto se dirige a su domicilio estacionando en un lugar cercano a donde el vehículo estaba previamente aparcado”. El mismo nivel de detalle se mantiene cuando relata cómo sale de nuevo de su domicilio a las once menos diez junto con su esposa, “según se deduce de las muestras de afecto”.

El dispositivo de espionaje anota que el objetivo y su mujer “se dirigen a un despacho de lotería cercano, donde entra, permanece un minuto y vuelve a salir para tomar de nuevo su vehículo”.

A continuación se relata el viaje por carretera a Bilbao, ilustrado con las fotos del seguimiento por la autovía del Cantábrico. Las fotos que adjunta dan testimonio del viaje punto por punto, con las salidas que toma en cada carretera, hasta llegar al centro de la ciudad.

El reportaje fotográfico ilustra cada paso de la pareja tras llegar a Bilbao a las 11,30 de la mañana. Tras aparcar en la plaza Poeta Ramón Basterra, se dirigen “hasta la cafetería Miguel Ángel, en la misma plaza, donde realizan una consumición”.

A las 11,50 la persona a la que siguen se despide de su mujer. Los espías se separan para no perder de vista a ésta, quien, según informan en el Power Point, “dedicó la mañana, hasta las 12,40 a pasear por la ciudad” y entrar en tiendas de moda.

Mientras, el informe relata que “el objetivo dedica 10 minutos a pasear por el parque, mientras fuma un cigarro, manteniendo una actitud vigilante”. A partir de ahí comienza el relato de un misterioso encuentro, donde los vigilantes ven alterado a su “objetivo”.

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Los detectives llegaban de informar de cuándo iban a la charcutería las personas a las que espiaban.

Tras dejar a su mujer, vuelve a por su vehículo. Los espías le siguen y aportan las fotos. Ya en el trayecto, mientras se dirige al viejo estadio San Mamés “se pone a dar vueltas, durante 15 minutos, visiblemente alterado”. El hombre aparca en un parking público en la Alameda de Urquijo, a sólo 300 metros del lugar donde dejó el coche la primera vez.

A las 12,15 las personas que realizan el seguimiento relatan el encuentro con “un conocido”, mientras mantiene una llamada telefónica con su móvil. El dossier aporta la foto de esta persona y el encuentro en sí.

El seguimiento continúa hasta la cafetería Urdazpi, donde describen que le espera “un individuo de unos 35 años, pelo moreno, complexión gruesa, algunas entradas en el cabello y en torno a 1:70 de estatura”. Los espías anotan quién lleva la iniciativa de la conversación y hasta el tono. La iniciativa “la lleva claramente el objetivo, quien se muestra muy acalorado”.

“El objetivo sigue visiblemente desquiciado y gritando en varias ocasiones más ‘lo voy a matar’”

Según este relato, su interlocutor “asiente, escucha y se sonríe en alguna ocasión”. Las palabras, que suben de tono, llegan a los oídos de los que realizan el seguimiento, que anotan en su informe que oyen a la persona a la que siguen gritar en varias ocasiones “lo mato, lo mato”. Los espías no logran saber a quién se refiere.

El extraño periplo por las cafeterías de Bilbao continúa, de manera que, tras salir de la anterior, el objetivo entra con su mujer ahora en otra que se llama “JC”. Ahí aparece de nuevo el mismo individuo. La reunión dura sólo cinco minutos y, según los espías, quedan de nuevo en verse en la primera cafetería a las dos de la tarde.

El dispositivo de seguimiento da cuenta que “los dos hombres entran en el número 39 de la calle Alameda de San Mamés Zumarkalea, subiendo un piso, y donde permanecen hasta las 14:00H”. A esa hora sale la persona que es espiada y se reúne con su mujer en la cafetería Urdazpi.

A los veinte minutos salen de esta cafetería y entran en otra, llamada “Alameda” a comprar tabaco. Los que realizan el informe apuntan que “el objetivo sigue visiblemente desquiciado y gritando en varias ocasiones más ‘lo voy a matar’”. La séptima y última diapositiva del Power Point relata el viaje de vuelta a Colindres. El informe termina a las 15,30 de ese día.

MONCLOA.COM puso hace unos días a disposición de los afectados un web para comprobar si su teléfono fue monitorizado. Puedes consultarlo introduciendo tu número de teléfono (fijo o móvil) aquí o desde la web del servicio