Ada Colau buscaba desde hace tiempo una salida digna para su mano derecha y parece que la ha encontrado. La alcaldesa es consciente de que un peso pesado de su grupo municipal necesitaba una salida digna pese a los deseos de algunos sectores de Barcelona en Comú de despedir a Gerardo Pisarello sin remilgos.
El primer teniente de alcalde de la Ciudad Condal tenía marcada la puerta de salida desde que el ‘sector ICV’ de Barcelona en Comú calentase el ambiente interno hasta tal punto que Xavier Doménech se vio forzado a dimitir.
Los ‘comunes’ querían cobrarse la cabeza del escritor hispano-argentino y Bruselas parecía su destino idóneo. Pisarello concurrió a las primarias internas de Barcelona en Comú para las europeas y fue escogido con tan solo 119 votos, 1,37% del censo y 92.97% de los votantes.
Estas cifras evidencian el desánimo interno en el que están sumidos los socios catalanes de Podemos, que podrían llevar al profesor de Derecho Constitucional como número uno por la circunscripción de Barcelona en las generales del 28-A, tal y como adelanta La Vanguardia.
PISARELLO, GENIO Y FIGURA
Gerardo Pisarello podría caerse de las listas para las europeas por las previsibles dificultades para llegar a Bruselas. El hispano-argentino ya concurrió en la lista de Izquierda Unida en 2014 sin conseguir el éxito esperado.
En Podemos son conscientes de que Ernest Urtasun podría ser el único eurodiputado afín a Colau, que sin embargo ha preferido reforzarse para el Congreso con su hasta ahora mano derecha. Este hueco estaba destinado en un principio a Jaume Asens, tercer teniente alcalde de Barcelona.
El carácter difícil de Pisarello ha sido criticado en varias ocasiones por la oposición a Colau, penúltima esperanza de los morados en Catalunya gracias a su eficacia a la hora de recortar deuda, su vehemente apuesta por la inversión social y su decisión de echarle un pulso a ciertas empresas que hacen su agosto con el agua municipal.
Cierto es que el hombre escogido por Colau no contribuía demasiado a su reelección por sus continuas guerras con la oposición (en especial con Carina Mejías, a la que afeó que falsificase su currículum), por su exhibición de desconocimiento a la hora de plantear los presupuestos municipales y por un polémico viaje tan legal como polémico.
Pisarello señalaba en Twitter que tenía muchas ganas de «llevar a Europa la voz de las ciudades del cambio. Es hora de dar un paso que ayude a hacerlo realidad». Ahora sus opciones de viajar a Bruselas se rebajan. Pero otro viaje ya le pasó factura.
El profesor, huérfano de padre (víctima de la dictadura militar de Videla), disfrutó de unas vacaciones de altos vuelos el pasado año. El teniente alcalde descansó en Argentina y Uruguay entre el 2 y el 30 de agosto con sus hijos y su pareja, Vanessa Valiño, jefa de gabinete de la concejalía de Vivienda y Rehabilitación.
La polémica estuvo motivada porque el viaje de Pisarello y parte de sus gastos y dietas se cargaron al erario municipal y a las Universidades de Buenos Aires y Rosario. Barcelona en Comú explicó que los gastos de pareja e hijos se sufragaron con fondos familiares y que su primer teniente de alcalde participó en algunos actos relacionados con la política.
Pero la pregunta estaba servida y el PDeCAT la realizó: «Si el destino de las vacaciones de este año de Pisarello y su familia no fuera su país natal, ¿hubiera ido el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona en pleno mes de agosto a firmar protocolos y memorandos a Argentina y Uruguay?».
CERCANÍA CON LOS LÍDERES SOCIALES DEL PROCÉS
Pisarello se ha mostrado cercano a los líderes sociales del procés y el pasado año visitó a Jordi Cuixart en Soto del Real. En una entrevista concedida a El Diario tildó de «inaceptable» la situación de su amigo, hecho que él achacó al «retroceso muy importante en materia de libertades».
Sea como fuere, su fichaje para liderar Unidos Podemos por Barcelona el 28-A es un nuevo síntoma de la inestabilidad en Catalunya de los morados, que ganaron en 2015 y 2016 en esta comunidad autónoma en las elecciones al Congreso.
Pero los tortazos autonómicos de 2015 y 2017, la presión a Albano-Dante Fachin para que dimitiese por su apoyo a la consulta del 1-0, la renuncia de Domènech y el triunfo por sorpresa en las primarias de Podem de Noelia Bail, distanciada de Iglesias y con un escuálido apoyo interno, ha creado un caldo de cultivo difícil de reconducir.
Aun así, Unidos Podemos quiere volver a llamar a la ‘remontada’ para el 27-A y pretende imponer la paz en Catalunya con Pisarello, rebajar la guerra en Madrid con Errejón, recabar apoyos en Galicia de los alcaldes gallegos del cambio y de Anova (pese a que perderán la marca En Marea), y no abrir un ambiente bélico con Compromís pese a que no se reeditará el pacto A la valenciana.