Amor y ambición en el chalet de Podemos

  • El líder de Unidas Podemos ha apartado a Echenique del núcleo duro del partido.
  • El círculo de confianza de Pablo Iglesias se reunió en mayo en el chalet de Galapagar y no invitaron al ya ex secretario de Organización del partido.
  • Las relaciones sentimentales y personales entre los miembros del partido han generado varias crisis en la formación morada. 
  • Los atardeceres en Galapagar, entre pinares, son conspiradores y con un punto de resistencia. Muy diferentes a los de la Gran Vía, en la sede del diario Público, donde se reunían en sus primeros momentos Pablo Iglesias con los fieles de la primera hora, Juan Carlos Monedero, Tania Sánchez e Íñigo Errejón. Entonces iban a asaltar el cielo. Ahora Iglesias, Irene Montero y el reducido sanedrín de Unidas Podemos gestiona crisis y resultados decepcionantes en las urnas. En el chalet se decidió purgar a Pablo Echenique.

    Fue en una de las últimas cumbres de Galapagar, celebrada a principios de mayo, cuando llamó la atención la ausencia del secretario de Organización, Pablo Echenique. Esta ausencia fue interpretada como una sentencia de muerte (política). Y aunque el propio Echenique trató de ridiculizar aquella afirmación a través de Twitter, pocas semanas después Pablo Iglesias lo ha relevado de su cargo. Una muesca más en el revólver político de Irene Montero, que lo tenía cruzado desde hace tiempo.

    Para aplacar las críticas, Iglesias ha publicado en Twitter una imagen en la que Heidi arroja a Echenique por un barranco. Quiere ser sarcástico, pues afirma que el político seguirá ocupando un cargo relevante en la formación: el de secretario de Acción de Gobierno e Institucional. Un puesto similar al que ocupó Íñigo Errejón cuando fue apartado de la primera línea política tras Vistalegre II. Y que no tardó en abandonar. 

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    Desde que Echenique dejó Ciudadanos y se sumó a las filas de la formación morada, no ha ocultado sus diferencias con el líder de Unidas Podemos. Ya en Vistalegre I fue crítico con Iglesias. Sin embargo, la trayectoria ascendente de Podemos durante los dos primeros años dejó estas diferencias en un segundo plano. Pero ahora, los malos resultados de Podemos en las elecciones generales, municipales, autonómicas y europeas exigen la asunción de responsabilidades. Y las diferencias internas han aflorado. Como la enemistad entre Irene Montero y la del ya ex secretario de Organización de Podemos. 

    Los antecedentes apuntan a que Podemos se lidera en pareja. Y las dinámicas sentimentales y las relaciones personales también han afectado a las de partido. La redacción de público.es, habilitada por el magnate televisivo y cofundador de La Sexta, Jaume Roures, para emitir La Tuerka, fue testigo de los primeros movimientos de Podemos. Pablo Iglesias junto a su pareja Tania Sánchez y con el apoyo de otros conocidos miembros como Errejón, Monedero o Carolina Bescansa dirigían en 2015 entre periodistas el anunciado asalto al cielo.

    «Iglesias decidió filtrar que había rehecho su vida con otra mujer»

    Pero cuando Tania decidió romper la relación sentimental con Iglesias dio pie a la primera gran crisis del partido. Iglesias decidió filtrar que había rehecho su vida con otra mujer. Una que no era nueva en el partido. De hecho, ya había tenido una relación con otro miembro de Podemos, Rafa Mayoral. Su nueva pareja era ahora Irene Montero. Tania era historia. Y parafraseando a Cersei Lannister, personaje de la serie Game of Thrones, en el juego de tronos o ganas o mueres. Una afirmación que otros miembros del partido (entre ellos Echenique) asumieron con gusto y que acabó con Tania Sánchez tras una columna en el gallinero del Congreso.

    Irene Montero es ahora la favorita para suceder a Iglesias. Y ello la ha convertido en el centro de todas las miradas. Su poder creció al mismo tiempo que se afianzaba su relación con Iglesias. Pero mientras los líderes de la formación morada se compraban un chalet y creaban una familia, el partido se desgranaba.

    Vistalegre II fue una declaración de intenciones. Las voces discordantes con la doctrina Iglesias se apartaron o recluyeron. La figura del líder (o líderes) recobró fuerza y se trató de imponer su influencia en todas las comunidades autónomas. Una forma de hacer política que recuerda a la nueva izquierda latinoamericana. El giro jacobino del partido trajo enfrentamientos con todas las facciones internas. Desde los anticapitalistas, como es el caso de Teresa Rodríguez y Kichi en Andalucía hasta los independentistas en Cataluña, como es el caso de Albano Dante-Fachin. La izquierda se disolvía de nuevo.

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    Desde las elecciones autonómicas de 2015, los resultados de Podemos no han hecho más que caer en picado. Las divisiones, los enfrentamientos internos y la inviolabilidad de los líderes han pasado factura a la formación morada. Prueba de ello es que en las generales del pasado abril perdieron más de un millón de votos.

    Unidas Podemos se desangra. Y el olor de la sangre ha despertado a algunos depredadores. Errejón abandonó el barco al ver que se hundía y decidió construir uno nuevo junto a Manuela Carmena en el que Tania Sánchez lleva la voz cantante; Ramón Espinar ha reaparecido para exigir un Vistalegre III y Montero parece prepararse el terreno para recoger el bastón de mando de la formación morada, en este caso, apartando a Echenique.

    Esta animadversión de Montero hacia Echenique se gestó, o se agravó, mientras la número dos del partido estaba de baja por maternidad. El ex secretario de Organización aprovechó este vacío de poder para acaparar influencia en el partido. Un proceso que se llevó por delante a Carolina Bescansa. Con los últimos movimientos, la vieja guardia de Podemos quedó reducida casi a la nada. Y la vuelta de Montero puso la puntilla tras apartar a Echenique del núcleo duro de Podemos.

    Ahora, la supervivencia de Iglesias depende del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. El líder de la formación morada quiere presencia en el futuro Consejo de Ministros, lo mismo que exigió tras las elecciones generales de 2016. Si Sánchez la rechaza, la credibilidad del secretario general de Unidas Podemos quedará tocada. Así se abrirá la puerta al liderazgo para Montero, quien ya está tomando decisiones relevantes en el partido.