La Lliga Democràtica, formación catalanista que ansía romper la mayoría nacionalista en el Parlament, está dando sus primeros pasos de la mano de Eva Parera, número dos de Manuel Valls, y de la politóloga Astrid Barrio, materia gris del proyecto con apariencia de tercera vía, en realidad unionista.
Barrio ha confirmado que Manuel Valls no liderará esta nueva aventura que buscará recuperar al viejo votante de la extinta Unió con un catalanismo que no cuente con la vehemencia de Ciudadanos o con la ambigüedad del PSC.
Este nuevo proyecto podría lastrar todavía más al Partido Popular, que sigue sin encauzar su senda de la mano de Alejandro Fernández, que avaló a ‘paracaidistas’ como Cayetana Álvarez de Toledo o fichajes pintorescos como Josep Bou.
EL ENFADO DE ‘UPPER DIAGONAL’ CON RIVERA
El influyente José Antich explica que «desaparecida Unió Democràtica por quiebra económica después de su fallida política en las urnas, distanciados de Ciudadanos y muy especialmente de Albert Rivera y, finalmente, enfadados con el Partido Popular, al que ni consideran una herramienta mínimamente útil, el Upper Diagonal está a punto de dar su bendición al nuevo invento político que lleva por nombre Lliga Democràtica».
La operación, explica, nace «con un único objetivo: impedir la mayoría independentista en las próximas elecciones al Parlament de Catalunya. No es exactamente, por ahora, una Operación Valls 2, aunque lleva el mismo sello y tiene idéntico objetivo después de que les diera un notable éxito en la ciudad de Barcelona y consiguiera los concejales suficientes -tres- para hacer alcaldesa a Ada Colau y dejar con la miel en los labios al ganador de los comicios el 26-M, Ernest Maragall».
LOS PILARES DE LA LLIGA
La Lliga explica en su documento fundacional que buscarán «un catalanismo que reconoce la especificidad de Catalunya, que quiere trabajar por el respeto y por el desarrollo de su singularidad, que despliegue su máxima capacidad de autogobierno con una financiación justa y equitativa y que quiere contribuir lealmente al avance del conjunto del Estado no solo como locomotora económica sino como fuerza de gobierno.
El partido liderado por Eva Parera tendrá «máximo respeto a todas las posiciones políticas y desde el reconocimiento de la legitimidad de todas las demandas que expresan el pluralismo de nuestra sociedad», es decir, que evitarán el choque con el independentismo.
La Lliga busca ofrecer una «opción política catalanista que sin complejos haga del diálogo, el pactismo y el buen gobierno su razón de ser». Aunque el recibimiento de la prensa ya los ha situado en el bloque ‘unionista’ junto a Cs, el PSC y el PP.
Este proyecto, señalan, será «una fuerza capaz de aglutinar las diversas sensibilidades e iniciativas que buscan superar la política de bloques en Catalunya, armar los máximos consensos y gestionar los conflictos sociales sin más exclusiones ni límites que el respeto a las reglas del juego. Una fuerza que quiera gobernar Catalunya y la España del siglo XXI en beneficio de todos». Parera, exsenadora de Unió, ha apostado por citar a Cataluña como Catalunya para distanciarse de Cs o el PP.
¿CÓMO LLEGAN EL RESTO DE PARTIDOS?
En caso de confirmarse el adelanto electoral tras una posible condena a los promotores del procés, Carles Puigdemont no tendrá fácil atar a todos los ‘hijos’ de Convergència tras las múltiples listas que se presentaron en las municipales del pasado 26-M.
ERC seguirá apostando por buscar una imagen transversal que están encontrando gracias a fichajes como Joan Josep Nuet, exreferente de Izquierda Unida en Cataluña, o a restos de los ‘comuns’ o del PSC.
El PSC parece encontrarse al alza, pero es precipitado barruntar si Miquel Iceta repetiría como candidato tras su fallido salto al Senado. La decisión de Pedro Sánchez de indultar a los líderes independentistas hará variar las posibilidades de los socialistas.
En peores condiciones llegan los ‘comuns’, a los que afean el supuesto oportunismo de Ada Colau al recibir los votos de Valls; el PP, que sigue sin ver la luz; y Ciudadanos, con el tibio liderazgo de Lorena Roldán intentando cubrir el éxodo desde el Parlament al Congreso de varios diputados liderados por Inés Arrimadas.
¿HAY HUECO PARA OTRA FUERZA POLÍTICA EN CATALUÑA?
Unió nunca tuvo su hueco propio y fue una simple fuerza de comparsa para la Convergència de Jordi Pujol que se movía a las mil maravillas por Madrid, de Miquel Roca a Josep Antoni Duran i Lleida. La Lliga se supone que busca ese perfil catalanista que busca un encaje federal, sin renunciar a un nexo con Madrid.
En ese espacio difuso se encontró en sus inicios Ciudadanos, entonces Ciutadans, que apostaba por el castellano en el Parlament. Pero no renunciaba a las señas de identidad del catalanismo clásico. No tendrá fácil Eva Parera hacerse un hueco: en vez de romper la mayoría independentista puede dispersar el voto constitucionalista.