Vicente García Riestra, Felipe Matarranz, Comandante Robert y Cristino García tienen algo en común. Fueron guerrilleros antifascistas y asturianos. Lucharon contra el régimen que se impuso en España tras el golpe de Estado de Francisco Franco durante años. Algunos fueron capturados y encarcelados en campos de concentración. Otros mantuvieron su lucha siempre activa. Ahora, son muchas las asociaciones (más de 45) y personas (más de 1.200) las que han solicitado que se reconozca su valor. Han pedido al Gobierno asturiano que les entregue la Medalla de Oro de Asturias. Pero su presidente socialista, Adrián Barbón, se ha negado.
Vicente García Riestra falleció en mayo de este año. Este histórico guerrillero fue el último español vivo que estuvo en un campo de concentración nazi. El trágico hecho llevó a todos estos colectivos a solicitar al Gobierno de Asturias que les entregara la Medalla de Oro a García Riestra y a sus compañeros de lucha. Sin embargo, el gobierno socialista de Barbón ha preferido evitar la polémica. Pero no es algo nuevo. Su antecesor en el cargo, el expresidente asturiano (y también socialista) Javier Fernández ya se negó hasta en dos ocasiones a entregarles este tipo de reconocimiento a unos guerrilleros.
Algunas de las asociaciones han puesto el grito en el cielo. La Federación Asturiana de Memoria y República (Famyr) no ha tardado en lanzar un comunicado de prensa en el que lamentaba esta situación y recordaba que los cuatro «continúan siendo oficialmente bandoleros y sin recibir el reconocimiento de la tierra que los vio nacer». No sin antes lanzar otro dardo al actual presidente de Asturias: «no ha tardado en dejar claro que las expectativas de romper con la línea seguida por su antecesor, Javier Fernández, eran solo una falacia».
La propuesta para que se les otorgara la Medalla de Oro de Asturias a estos guerrilleros antifranquistas se produjo a finales de julio. Fue impulsada por Famyr y apoyada por dos partidos políticos: Izquierda Unida y Podemos. Pero los resultados no han sido los esperados. Y menos por un Gobierno socialista. Desde Podemos se esperaba que el PSOE apoyara este reconocimiento, pero la postura de Barbón no ha sido la esperada.
La portavoz de Podemos en Asturias, Lorena Gil, dijo en su momento que ya que los socialistas habían apoyado y reconocido «a personas de la Casa Real o de la Corporación Masaveu» para recibir importantes premios, esperaban que esta vez fuera diferente. Pero no lo fue. Gil no ha tardado en mostrar su descontento en Twitter ante el resultado. «Siguen aún pendientes en España el reconocimiento a los republicanos de LaNueve y una disculpa por silenciar durante tanto tiempo un hecho histórico contra el fascismo».
IU también esperaba un cambio por parte de los socialistas, que guardan silencio tras negarse a entregarle la medalla a estos guerrilleros. Ángela Vallina, la portavoz de Izquierda Unida en Asturias planteó en julio que los de Barbón tenían la oportunidad de «dar una señal de cambio, una imagen de gobierno progresista de verdad». Pero fuentes cercanas al PSOE aseguran que la razón por la que los socialistas asturianos no han querido entregar la Medalla de Oro a los guerrilleros ha sido para evitar polémica.
Desde Famyr han obtenido el silencio por respuesta. La asociación ha asegurado que ha pedido una entrevista personal al presidente de Asturias y que aún no se les ha contestado. Por ello han arremetido duramente contra Barbón y los suyos al decir que «sólo tienen sensibilidad memorialista cuando se refiere a miembros de su propio partido». Además de comparar su gestión con la de su antecesor, Javier Fernández, quien ya rechazó en dos ocasiones entregar este galardón.
«Sentimos comunicaros que no hemos tenido éxito con la iniciativa. No han bastado sus méritos, 46 asociaciones, centenares de personas que lo apoyaban. Seguiremos intentándolo. Salud y República», han destacado desde la red social Twitter. La asociación también quiso recordar que la razón por la que el PSOE aprobó la Ley de Memoria Histórica en Asturias fue como «concesión» a Podemos e Izquierda Unida y «a remolque y obligado» para conseguir el apoyo de ambos partidos.
