jueves, 12 diciembre 2024

Cómo nos rastrean las grandes compañías de internet

En esta nueva era de internet, nos hemos acostumbrado a poder conseguir servicios gratuitos para casi todas nuestras necesidades: juegos, buscadores, redes sociales, correo electrónico, calendario…

No hace falta ser un genio para darse cuenta de que estas empresas no son organizaciones de caridad, todo lo contrario, muchas de estas empresas han conseguido tasas de crecimiento increíble: ¿cómo pueden crecer ofreciendo servicios gratuitos?

Se trata de una pregunta sin respuesta simple, hay tres explicaciones para este fenómeno y en muchos casos la respuesta es una mezcla de las tres:

Empresas cuyo objetivo es atraer inversores: el exponencial crecimiento de algunas puntocom ha hecho que sea un mercado objetivo de gestores de capital, un buen proyecto, con un producto capaz de llegar a muchos usuarios es un buen reclamo para este tipo de fondos.

El objetivo en este caso suele ser conseguir una gran cuota de mercado y vender la empresa a otra compañía mayor que pueda rentabilizar los usuarios. Un buen ejemplo de este tipo de operaciones puede ser Whatsapp, que pasó en 5 años de ser una startup a venderse por 4000 millones de dólares.

Servicios de valor añadido: muchas veces la empresa busca conseguir una cuota de mercado mediante una versión gratuita con una funcionalidad limitada esperando que los usuarios paguen por servicios adicionales o soporte.

El servicio prestado no es la fuente principal de ingresos de la compañía: Tal vez Google es el mayor ejemplo de este tipo de empresas, Google nos ofrece cantidad de servicios gratuitos, buscador, correo electrónico, calendario, analítica web, un sistema operativo móvil, pero paradójicamente ninguna de estas aplicaciones suponen un porcentaje elevado de los ingresos (o los beneficios de la empresa), la mayor parte de sus ingresos provienen de sus soluciones de publicidad, no de los productos que ofrece de forma gratuita. ¿A qué se debe entonces esta omnipresencia de empresas como Google o Facebook si no obtienen beneficios de estas actividades? En el caso que estamos revisando, Google ofrece publicidad enfocada, la filosofía de Google es que mostrará los anuncios a aquellos usuarios cuyo perfil indique que pueden estar interesados y esos perfiles se generan mediante una intensa captación de datos.

¿Cómo consiguen los datos?

Lo más habitual es que se utilicen cookies de rastreo. Al acceder a una página web, es habitual que en el navegador se genere un elemento conocido como “cookie”. Una cookie es un almacenamiento de información usado para guardar preferencias de usuario. Las “cookies” son conceptualmente seguras, son almacenadas por navegador y únicamente las páginas del dominio que las creó pueden acceder a su contenido.

Esta es la razón por la que estas empresas proporcionan servicios empotrados en otras páginas web, ejemplos de este tipo de códigos son Google Analytics, los botones de compartir o “Me gusta” y las plataformas de anuncios. Estos códigos se empotran cargando un código que proviene del mismo dominio que la cookie original. Así, el código puede cargar el ID de rastreo del usuario que se almacena en la cookie o crear un nuevo ID de rastreo si este no existe y añadir más datos a su historial de rastreo.

En el caso de los ejemplos que hemos analizado, su capacidad de obtención de información es enorme: Qué páginas visita, qué busca en su buscador, qué redes sociales utiliza, sus ubicaciones físicas si también utiliza la aplicación móvil, sus hábitos de sueño si usa el servicio de fitness, y un largo etcétera.

El negocio de estas empresas no se basa en saber todos los detalles de una persona en particular, sino en crear perfiles a raíz de los datos que se obtienen del usuario. Qué se hace con estos perfiles ya dependerá del modelo de negocio de la empresa, el más evidente de estos usos es personalizar la publicidad para aumentar el número de clics y, por tanto, los ingresos. Más allá de ese uso se abre un enorme mundo de explotación de datos, desde estudios de mercado a explotación política de los datos.

¿No hay nada que el usuario pueda hacer para protegerse?

En los últimos años ha habido un esfuerzo legislativo para frenar este abuso mediante iniciativas legales como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) que entró en vigor en 2018.  El problema de confiar en iniciativas legales para este tipo de problemas es sobre todo los plazos legislativos, la dificultad de su uso en la práctica y la falta de fronteras en Internet.

Como usuarios hay muchas costumbres y acciones que podemos llevar a cabo para mejorar nuestra privacidad:

Antes de empezar, lo primero que hay que hacer es limpiar los datos de navegación, cache y cookies del navegador. La mejor forma de evitar que la actividad sea rastreada, lo mejor es instalar un navegador enfocado a privacidad como Brave o utilizar el modo privado del navegador Firefox, el modo incógnito de Google Chrome se ha demostrado que sigue enviando datos privados a Google y no es recomendable.

No solo Google o Facebook captan datos, como mostraron las declaraciones de Snowden, compañías y organizaciones gubernamentales, por ello es recomendable utilizar una VPN, al encriptar las comunicaciones permite que, en caso de interceptar las comunicaciones solo se sabrá a que servicio de VPN se envían los datos, nada más.

Volviendo al ejemplo de Google, el buscador es la puerta de entrada de este sistema de seguimiento, el uso de buscadores como DuckDuckGo que no utilizan rastreadores, no guardan datos de navegación ni vinculan las búsquedas con los usuarios en forma alguna, inhibe esta práctica.

Si no se está utilizando, lo mejor es apagar los servicios de localización en los dispositivos, especialmente en los dispositivos móviles cuando no se utilizan y revisar los permisos concedidos a las aplicaciones, rechazando aquellos que no sean fundamentales para el uso diario.

Es una buena práctica cerrar la sesión en las nuestras redes sociales cuando no estén en uso y, en la medida de lo posible, utilizar servicios alternativos que garanticen que no realizan un uso adicional de los datos.

Con estos sencillos pasos se reducirá esa sensación de estar vigilado en internet, los anuncios ya no estarán tan dirigidos y las búsquedas empezarán a ser menos previsibles.