No son pocas las veces que se ha comparado a Santiago Abascal con la ultraderecha europea. Desde Le Pen hasta la ultraderecha holandesa, pasando, claro está, por el espejo en el que se mira Abascal, Matteo Salvini.
Pero, ¿En qué se parecen Abascal y Salvini? ¿Qué propuestas resultan similares o, directamente, iguales? Vamos a ver a continuación los guiños entre Abascal y Salvini, el vicepresidente y ministro italiano del Interior días después de que mantuvieran un encuentro en Italia.
ABASCAL Y SALVINI, SÍ A LAS ARMAS EN CASA
Tanto Abascal como Salvini apuestan por que los ciudadanos puedan tener armas en casa para defenderse ante posible ataques. Ambos consideran que se han cometido graves injusticias al condenar a ciudadanos que han sido víctimas de auténticos delincuentes y cuya intención era ponerse a salvo.
En Italia la propuesta ya está aprobada y esto ha sido un acierto político para Abascal, según comenta, que «acaba con la dictadura progre que permite que la gente se deje matar, violar y robar en sus casas.
Es puro sentido común reconocer el derecho a defender nuestro hogar y defendernos en nuestro hogar», comentaba el líder de Vox cuando el Gobierno italiano aprobó la ley.
Dentro de esta ley, no se podrá castigar a aquel que haya apretado el gatillo por la necesidad de defenderse. Y esa es, precisamente, una de las ideas que Abascal quiere trasladar a España.
EL CONTROL DE LA INMIGRACIÓN
Tanto en Italia como en España han aumentado el número de inmigrantes ilegales en los últimos años. Esto ha ocasionado que los partidos de la ultraderecha hayan querido implantar medidas en contra de este aumento de personas sin papeles en ambos países.
Tanto Abascal como Salvini quieren controlar la población. Por ello, ambos proponen cambios que harían eliminar esta inmigración ilegal contra la que luchan. En el caso de Salvini, el ministro italiano ha prometido el cierre de fronteras e inmigración cero. Una propuesta difícil de cumplir pero que muchos italianos apoyan.
En cuanto Abascal, no ha sido tan tajante, pero sí que propone un control de fronteras y que en España no se pueda entrar de forma ilegal. «Que se lance el mensaje al mundo de que el que entra ilegalmente no va a poder permanecer en España, no va a tener asistencia sanitaria ni ayudas de ningún tipo». Para el líder de Vox, la inmigración hay que regularla en función de la capacidad del país, de las necesidades económicas y de la propia capacidad del inmigrante. Eso sí, siempre que tenga los papeles en regla.
SOBERANISMO ABSOLUTO
Tanto Salvini como Abascal profesan el soberanismo absoluto, es decir, ponen a su país por encima de todo. Italia primero, en el caso de Salvini, y España primero, en el caso de Santiago Abascal. De ahí que sus ideales sobre la inmigración sean muy similares.
Ambos son dos políticos que exaltan el patriotismo extremo. Abascal, por ejemplo, pretende construir un muro en Ceuta y Melilla, algo parecido a la idea de Donald Trump con México, para evitar los saltos ilegales en masa como los que se han vivido en los últimos años.
PROTECCIÓN DE LA HISTORIA Y LA CULTURA
Tanto Salvini como Abascal son firmes defensores de la historia, la cultura y las tradiciones de cada uno de los países. En España, por ejemplo, Abascal y el partido de Vox defiende el mundo del toreo y de la caza poniendo como excusa que es una tradición española y que es necesaria para la historia de España.
Estas ideas no casan con todos los partidos en España, de ahí a que se haya criticado mucho la insistencia de Vox por determinar la caza como un deporte y regularla para que todo aquel que quiera practicarla no se vea cohibido por la opinión pública, al igual que con los toros.
ABASCAL Y SALVINI ABOGAN POR LA FAMILIA TRADICIONAL
En ambos casos, el de Abascal y el de Salvini, ambos defienden la familia tradicional, es decir, esa que está formada por un hombre y una mujer. Nada de matrimonios homosexuales o adopciones entre personas del mismo sexo.
Abascal y Salvini, además, son fieles seguidores de la Iglesia, por lo que para ellos no se concibe el aborto, los vientes de alquiler o cualquier otro tipo de gestación que no apruebe la Iglesia. Asimismo, tampoco toleran que dos personas del mismo sexo tengan la custodia de un menor, aunque en el caso italiano es mucho más extremo que en el caso español.
Los dos son antiabortistas y están por la defensa de la religión del país que, en ambos casos, es mayoritariamente católica.