La Guardia Civil ha desarticulado un grupo criminal dedicado al transporte por vía terrestre de elevadas cantidades de hachís desde la provincia de Málaga hasta Francia. Para ello, la organización hacía uso de furgonetas con serigrafía falsificada de una conocida empresa de paquetería.
En el marco de la operación Marwone, siete personas han resultado detenidas, todas ellas de nacionalidad francesa, además de haber sido incautados 4.500 kilogramos de hachís y once vehículos.
Las investigaciones se iniciaron en el pasado mes de mayo. Por aquel entonces la Guardia Civil, en uno de sus controles rutinarios en la autovía A-45, trató de identificar que una furgoneta que se encontraba serigrafiada con el logotipo de una conocida empresa de paquetería.
Ante este requerimiento por parte de los agentes de la Benemérita, el conductor de la misma hizo caso omiso y se dio a la fuga. En el transcurso de su huida, procedió a abandonar la autovía por una de sus salidas, a la altura de la localidad de Benamejí (Córdoba), donde dejó estacionada la furgoneta para continuar con su fuga a pie.
Al realizar el registro de la furgoneta, los agentes pudieron encontrar en su interior fardos de arpillera que contenían aproximadamente 1.800 kilos de hachís.
En ese momento, se estableció un operativo policial que finalizó con la detención del conductor de la furgoneta. Este era un ciudadano de nacionalidad gala, de 34 años, al que se le ha acusado de un delito de tráfico de drogas.
CONVOY DE PROTECCIÓN PARA LA CARGA DE HACHÍS
Una vez se detuvo al conductor de la furgoneta dio comienzo una investigación por parte de la Guardia Civil con el objetivo de determinar la infraestructura que conformaba la organización y que rodeaba a la furgoneta interceptada. Esta concluyó con la detención de cuatro vehículos utilizados por la banda criminal.
Estos vehículos se desplazaban de manera conjunta, formando un convoy que proporcionaba seguridad al vehículo cargado de hachís. El primero de ellos hacía las funciones de lanzadera, avisando de esta manera de la posible existencia de controles policiales en el trayecto de la furgoneta.
En el operativo han sido detenidas las cinco personas que ocupaban estos vehículos, siendo incautados 1.650 kilogramos de hachís en el interior de la furgoneta. Todos los detenidos eran de nacionalidad francesa.
Posteriormente, se efectuaron cuatro registros en domicilios de la organización distribuidos en las provincias de Mijas y Fuengirola (Málaga). Fruto de los mismos se detuvo a otra persona, que era la responsable de llevar a cabo labores de guarda y custodia de la droga.
Durante los registros se intervinieron además otros 1.050 kilogramos de hachís que se encontraban cargados en otra furgoneta que estaba preparada para hacer otro envío. De igual forma se aprehendieron otros cinco vehículos relacionados con transportes anteriores y 20.000 euros en efectivo.
Asimismo, también se intervinieron inhibidores y detectores de frecuencia, balanzas, envasadoras al vacío, teléfonos móviles y otros sistemas de comunicaciones, gran cantidad de documentos de identidad falsos y otros materiales habitualmente empleados en delitos de tráfico de drogas.
OPERACIÓN A NIVEL NACIONAL
La operación Marwone se desarrolló a nivel nacional. En concreto ha tenido lugar en las provincias de Benamejí (Córdoba), Tudela (Navarra), Gallur (Zaragoza), Mijas y Fuengirola (Málaga).
Al frente de la misma ha estado la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba. También colaboraron el Órgano de Coordinación de Operaciones contra el Narcotráfico (OCON Sur) y el Equipo Contra el Crimen Organizado de Benalmádena.
Asimismo también han formado parte del dispositivo efectivos del Destacamento de Tráfico de Lucena, del Grupo de Acción Rápida (GAR) y del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Puente Genil. Todas las intervenciones han sido efectuadas bajo la dirección del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Lucena (Córdoba) y la Fiscalía Antidroga de Córdoba.
ENTRADA DE HACHÍS A EUROPA
España es la principal puerta de entrada de hachís a Europa. En su mayoría, esta sustancia estupefaciente llega al territorio español procedente de Marruecos, y lo hace principalmente por vía marítima.
El narcotráfico en Campo de Gibraltar (Cádiz), una de las zonas que tiene mayor tasa de paro en España, mueve cerca de 350 millones de euros al año. Un dato alarmante que demuestra la gran actividad relacionada con la droga que tiene lugar en el sur de España.
Durante el pasado año 2018, las incautaciones de narcotráfico en Campo de Gibraltar superaron los 145.732 kilos que fueron aprehendidos durante el año 2017. Esto no hace más que demostrar que sigue siendo uno de los lugares preferidos por los clanes del hachís para la entrada de droga en nuestro país.
La cercanía con Marruecos coloca a Andalucía en una situación idónea para la llegada de hachís y otras sustancias procedentes del norte de África. Una vez logra tomar tierra, la droga es trasladada a otros países del continente.
En este caso en particular, la banda, conformada íntegramente por ciudadanos franceses, se dedicaba a llevar a cabo el transporte de hachís desde la Costa del Sol hasta Francia. Málaga es, desde hace unos años, una de las provincias españolas en las que más cantidad de esta droga se incautó.
Según los últimos datos, más del 70% del cannabis que circula por Europa pasa por Andalucía. Otras sustancias como la cocaína o la heroína también llegan a las costas andaluzas, si bien está más distribuidas por otros territorios.
LA AUTOPISTA DEL HACHÍS
El Estrecho de Gibraltar es el principal punto de entrada de los cargamentos de hachís en España. De hecho, a esta zona se la conoce como «la autopista del hachís«.
No obstante, dada la alta presión policial en la zona, los narcotraficantes buscan vías alternativas. Esto les ha llevado a acudir a provincias como Huelva, que se ha convertido en una de las preferidas por las organizaciones criminales. Lo es tanto para el desembarco de hachís como para otros derivados del cannabis.
De igual manera, las bandas de traficantes también se han dispersado por otras provincias andaluzas como Almería o Granada. En estas provincias los narcos buscan la colaboración de otros grupos para obtener mayores beneficios. Así tratan de eludir la fuerte presión policial a la que se encuentran sometidos.