Jaume Roures calificó hace unos años en una entrevista a Ciudadanos, formación controlada por Hervías hasta hace unos días, como «el partido del whisky»: «Ciutadans y UPyD son partidos que no responden a nada. Es lo que yo llamo los partidos del güisqui, que se constituyen entre gente que queda a cenar, se toman unas copas, y se dicen “¿por qué no hacemos un partido?».
El productor acertó que Ciudadanos se desharía «como un azucarillo» por su falta de consistencia ideológica, pero Inés Arrimadas intentará evitar que al partido fundado por Albert Boadella, Félix Ovejero o Arcadi Espada se le ponga la cara magenta.
Arrimadas intentará alejarse de Vox, acercarse de nuevo al centro y dejar atrás el pasado tras las renuncias de Albert Rivera, José Manuel Villegas y Fernando de Páramo. El que planteó resistencia fue Fran Hervías, recién dimitido como secretario de Organización.
HERVIAS O EL ‘SEÑOR LOBO’
Fran Hervías puede presumir de haber contribuido a la expansión territorial de Ciudadanos. Pero los lamparones que le pueblan el traje podrían evitar que continúe en la primera línea política tras perder su escaño estatal por Granada.
Este político gerundense, conocido como ‘Señor Lobo’ por su habilidad para acudir a provincias a apagar fuegos con los sondeos en la mano, ha enfadado a demasiadas personas a nivel interno por su protagonismo en algunos momentos escasamente edificantes para los naranjas.
ENCHUFES CERCANOS A HERVÍAS QUE ENFADAN
Hervías fue incapaz de dimitir cuando se descubrió el pucherazo que benefició a su candidata favorita en Castilla y León, Silvia Clemente. Tampoco se ha sonrojado en público tras descubrirse que su cuñado ha sido enchufado como asesor del Instituto Andaluz de la Juventud.
El exsecretario de Organización y marido de Virginia Millán Salmerón, hasta el 10-N diputada estatal por Sevilla a pesar de haberse inventado su currículum, evidencia que Ciudadanos ha tenido idéntica muerte que el Partido Radical de Alejandro Lerroux porque ambos irrumpieron en la vida política prometiendo regeneración sin ideología y ofrecieron contención con oscuros armarios.
DIMISIÓN A MEDIAS: HERVÍAS AMAGABA CON QUEDARSE
El ‘Señor Lobo’ anunció hace unos días su dimisión como número tres de Ciudadanos, pero un párrafo de su comunicado de adiós despertó sospechas por ambiguo: «Personalmente, estoy a disposición de mi partido para seguir aportando mi granito de arena, para que Ciudadanos siga siendo un partido fuerte, unido, con una única voz y anteponiendo siempre el interés de España y los españoles al de las siglas políticas. Juntos volveremos a conseguirlo».
Hervías está asegurando en reuniones con afiliados que en marzo no optará a ningún cargo relevante dentro de Ciudadanos, tal y como explica Antonio Rodríguez en Voz Pópuli, pero algunos cuadros medios sospechan que el exdiputado recibirá un premio de consolación por parte de Inés Arrimadas.
OTROS EJEMPLOS DE ‘REGENERACIÓN POLÍTICA’ DE CIUDADANOS
Félix Álvarez, sufridor del gran zasca político de 2019, ha renunciado a la portavocía de Ciudadanos Cantabria. Eso sí, el humorista se mantiene con el cargo que implica un buen sueldo: el de diputado regional.
El amigo de Rivera negó que hubiese contratado a Rubén Gómez después de que no hubiese logrado acta de diputado el 10-N: «Se ha filtrado a prensa su contratación hasta con el salario que cobraría y que es absolutamente falso, porque para hacerlo, primero consultaría al resto de diputados del grupo parlamentario antes de tomar la decisión».
Que una persona del nivel de Álvarez tenga un cargo relevante en la política española evidencia el rudo funcionamiento interno de Ciudadanos y la falta de nuevos bríos en Cantabria, territorio en el que un personaje como Revilla sea el rey del patio tras cuarenta años de populismo e incoherencias.
QUÉ HACER
Algunas voces internas le piden a Arrimadas que vire al centro a pesar de que hay cierto consenso que apuesta por no facilitar una investidura de Pedro Sánchez si pretende convertir en ministros a varios miembros de Unidas Podemos.
Llama la atención esta postura: en 2015 Rivera e Iglesias coincidían en muchos de sus puntos y se mostraban abiertos a pactar para acabar con el ‘malvado bipartidismo’. Pero Ciudadanos poco después había apuntalado a las dos facciones más siniestras del PSOE y el PP, Andalucía y Madrid, y Rivera se iba a Caracas para denunciar que el verdadero problema de la política española era Podemos.