La estrategia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para afrontar la crisis del coronavirus está teniendo más de una piedra en el zapato. No es un secreto que la coalición entre Ciudadanos y el Partido Popular no está bien engrasada. Tanto en la capital como en la Comunidad, la formación naranja aprovecha cualquier resquicio para tener su dosis de protagonismo. Prueba de ello es que el vicepresidente de la autonomía madrileña, Ignacio Aguado, ha hecho de Atresmedia su obsesión particular y se ofrece cada minuto para dar la última hora sobre la crisis del coronavirus, a pesar de no estar incluido en el equipo que toma las decisiones.
Este lunes ha aparecido en televisión, y lo mismo en días anteriores desde que el coronavirus aterrizó en España. La obsesión de Aguado por obtener su dosis de protagonismo solo la satisfacen Susana Griso y Antonio García Ferreras. Sin embargo, eso a pesar de que el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Aguado, pinta bien poco en las decisiones que toma la autonomía para afrontar la crisis del Covid-19. Y por mucho que hable en los medios de comunicación televisivos, sus palabras poco tienen que ver con la verdadera posición que adoptará la Administración.
El ansia de protagonismo de Aguado le ha llevado a afirmar cosas que después no se han cumplido, evidenciando su desmarque de la línea oficial que está tomando la Comunidad de Madrid. Dijo que se abrirían las peluquerías, pero al final Díaz Ayuso optó por tirar de sentido común y llevar la contraria a quienes lo plantearon. Siempre en la misma línea: un lobo político solitario que busca protagonismo en las cadenas de televisión que le den cobijo.
No es la primera vez que Aguado trata de buscar protagonismo para resaltar su figura. Tanto él como la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, se han propuesto la misma meta: diferenciarse políticamente de sus superiores a base de hacerse notar. Sobre el cómo, la respuesta es muy sencilla: llevando la contraria tanto a la presidenta de la Comunidad de Madrid como al alcalde de la capital, José Luís Martínez Almeida.
Aguado y Villacís llevan la contraria a sus socios DEL PP en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid
Mientras Villacís mantiene una guerra encubierta con Almeida y le tira por tierra planes como el parking del Retiro, Aguado mendiga atención en La Sexta para que se le reconozca como una figura importante en la gestión de la crisis del coronavirus. Pero nada más lejos de la realidad, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid ha sido expulsado de los círculos de confianza de Díaz Ayuso que toman las decisiones pertinentes respecto a la crisis sanitaria que atraviesa el país y muy especialmente la Comunidad.
AGUADO, MERO ESPECTADOR DEL CORONAVIRUS
La toma de decisiones en la Comunidad de Madrid la dirige Isabel Díaz Ayuso y su núcleo de confianza. Especialmente la que compete a asuntos como la crisis del coronavirus. Aguado es un mero espectador que ha aprovechado su posición para hallar un refugio de protagonismo en el seno de Atresmedia. Entre tanto, es Ayuso la que, a pesar de haber dado positivo en la prueba de coronavirus, sigue tomando las decisiones pertinentes vía telemática. Sin saltarse el protocolo, a diferencia de otros, como el vicepresidente del Gobierno central, Pablo Iglesias, quien abandonó su lujoso chalet de Galapagar para acudir al Consejo de Ministros extraordinario.
Esta pataleta mediática que protagoniza Aguado ha puesto al PP de la Comunidad de Madrid en un brete, ya que sus declaraciones comprometen al Gobierno. Sib unas palabras que casi nunca están bien fundadas, ya que Aguado no conoce lo que se está haciendo en el gobierno autonómico. En algunos casos, como en el de las peluquerías, Aguado da mensajes contradictorios, que las decisiones de la Administración acaban por desmentir, dejando a la Comunidad en una posición comprometida de cara a la ciudadanía.
A pesar de ser un vicepresidente autonómico, la figura política de Ignacio Aguado es muy conocida. Casi tanto como la de Begoña Villacís. Se trata de una popularidad mediática que los dirigentes de Ciudadanos se han ganado a golpe de frame y que siguen alimentando cada día. Y la consigna dentro de la formación naranja es llevar la contraria a sus compañeros de coalición para acaparar su dosis de protagonismo.