Que Podemos ha tomado las riendas del Gobierno durante la crisis del coronavirus no es ningún misterio. La mayoría de las políticas sociales que adoptará el Ejecutivo en los próximos meses para paliar las consecuencias de la crisis del coronavirus han nacido en el seno del vicepresidente Pablo Iglesias. Y todas ellas parecen coquetear con el estilo bolivariano, al menos las más efectistas, como prohibir los despidos durante el estado de alarma, controlar el precio de las mascarillas y de otros bienes sanitarios o la aplicación de la renta básica, tan criticada por el PSOE.
📺 "Es imprescindible trabajar para que haya un ingreso mínimo vital que no deje a nadie en la estacada, porque todos sabemos que este virus no entiende de territorios pero sí entiende de clases sociales"@PabloIglesias en @La1_tve. pic.twitter.com/AVpNVcyqUT
— Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030 (@VSocialGob) April 7, 2020
Es imprescindible trabajar para que haya un ingreso mínimo vital que no deje a nadie en la estacada, porque todos sabemos que este virus no entiende de territorios pero sí entiende de clases sociales”, ha asegurado el vicepresidente social del Gobierno. Para Iglesias, la renta básica es una necesidad para la población. Pero estas medidas, que sí tienen oposición dentro del Gobierno, especialmente la de la otra vicepresidenta Nadia Calviño, no vienen aisladas, sino acompañadas de otro paquete “social” que tiene mucho que ver con el estilo bolivariano que ha aplicado (y aplica) Nicolás Maduro en Venezuela.
La renta básica es una demanda que entró como impensable, que los socialdemócratas españoles asumieron años después y que ahora parece una realidad con la que Iglesias ahonda en el cisma entre el PSOE y Podemos que amenaza con romper el Gobierno. Pero es muy probable que se aplique, al menos en los colectivos más vulnerables de la sociedad: los que menos ingresos tienen.
Ahora hay países europeos como Francia que no han visto con malos ojos sumarse a este estilo bolivariano tan criticado en tiempos anteriores. Prohibir el despido ha sido algo impensable para los acólitos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de las teorías neoliberales en otros tiempos, pero ante la crisis de la pandemia las consideraciones han cambiado. Y mucho. No es de extrañar que el Gobierno haya asumido esta medida de forma tan rápida y con tan poca oposición que sorprende a los representantes de la patronal y otros colectivos neoliberales.
A esto se le suma la nueva demanda que también parece tener el visto bueno del Gobierno: la de controlar los precios de las mascarillas y otro tipo de material sanitario. Sube la demanda y los empresarios (algunos) contestan subiendo los precios, esto es así en todas las facultades de Economía y es una norma básica que rige el mercado. Sin embargo, ahora, con gente ingresada en los hospitales y profesionales jugándose su salud ha salido a relucir la actitud más despreciable y repugnante de algunos personajes que han decidido elevar el precio de las mascarillas.
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha asegurado que estudiará la posibilidad de controlar el precio de este tipo de material y ya es una medida que nadie critica con ferocidad en el Gobierno. Es muy probable que se lleve a cabo y que se limite una actitud imitada por algunos particulares que han hecho acopio de material sanitario para revenderlo en portales como Milanuncios. Algo que, por cierto, el propio portal web de compra-venta ha asegurado que está persiguiendo.
Así pues, tenemos tres medidas que hace dos meses solo eran concebibles dentro de un país bolivariano y que ahora Iglesias ha conseguido aplicar en España. Buenos, dos y media ya que la llegada de la renta básica aún está por aprobar, pero todo indica que el presidente del Gobierno no se opondrá a que el Estado abone una renta a todos los trabajadores. A todos excepto a los autónomos, quizás, que a pesar de tener cero ingresos han tenido la obligación de pagar su cuota al Ministerio de Hacienda, ahora muy ocupado con la declaración de la renta.