miércoles, 11 diciembre 2024

Denuncian a un hombre por abandonar un control haciendo un «caballito»

La Guardia Civil ha denunciado por conducción temeraria al conductor de una motocicleta tras abandonar un punto de control de vehículos establecido en Arcade (Pontevedra) debido al estado de alarma «a gran velocidad y realizando un caballito» en presencia de los agentes. Según ha informado el Instituto Armado, se trata de un vecino de Arcade de 39 años de edad que «tiene un amplio historial delictivo«, ha puntualizado.

Los hechos ocurrieron el pasado domingo, día 12, en la travesía urbana de la carretera N-550 a su paso por la localidad de Arcade, cuando una patrulla del Seprona de la Guardia Civil de O Porriño realizaba un punto de identificación selectiva de vehículos y personas para controlar el cumplimiento de las restricciones de circulación impuestas durante el confinamiento COVID-19.

Durante el transcurso del operativo se procedió a la identificación del conductor de un turismo que, a pesar de que justificaba las causas legales de su desplazamiento, viajaba sin ningún tipo de documento que pudiese acreditar los motivos, alegando que lo tenía en su casa. «Teniendo en cuenta que este conductor vivía a escasa distancia del punto de control se le permitió que se desplazase a su domicilio», han relatado las mismas fuentes.

Así, minutos más tarde regresó en una motocicleta y, después de mostrar la documentación que «acreditaba la licitud de su desplazamiento», ha matizado la Benemérita, abandonó el control «a gran velocidad realizando un caballito» a «escasa distancia» de los agentes, y «no exento de riesgos para las demás personas y vehículos que transitaban y circulaban en ese momento por la carretera N-550», han destacado las mismas fuentes.

Por ello, el conductor de la motocicleta fue denunciado por conducción temeraria y se enfrenta a una sanción económica de 500 euros y la detracción de seis puntos del permiso de conducir. «La conducción temeraria es el exponente de la conducción más inapropiada y crea un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial», advierte la Guardia Civil.