El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha adelantado que planteará la movilidad de los gallegos entre las cuatro provincias si el Gobierno del Estado delega en las comunidades la «gobernanza absoluta» de la desescalada a partir de la fase 3, en la que toda Galicia prevé entrar a partir del lunes 8 de junio.
En la rueda de prensa posterior a la reunión con el jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, y el resto de líderes autonómicos, Feijóo ha confirmado que, si la próxima prórroga del estado de alarma le permite «asumir el mando», Galicia «asumirá la propia decisión, en el ejercicio de sus competencias, de recuperar la movilidad dentro de las cuatro provincias, las siete ciudades y los 313 ayuntamientos».
Sin embargo, minutos después, el presidente del Gobierno comparecía en rueda de prensa desde La Moncloa y matizaba que, si bien las autonomías tomarán el control como autoridades competentes en fase 3 y podrán decidir si entran en la nueva normalidad antes incluso del 21 de junio, será el Estado el que se reserve el control de la movilidad.
Ante este panorama, y a pesar de insistir en su intención de que los gallegos se puedan mover por toda la Comunidad, Feijóo ha apelado a esperar a la aprobación del Real Decreto-Ley de ampliación del estado de alarma en el próximo Consejo de Ministros, ya que hasta entonces no se va a conocer «en qué consiste con exactitud la fase 3».
«Miraremos cuáles son nuestras competencias y actuaremos en coordinación con las propias convicciones. Y una de las primeras cosas que dictaríamos sería recuperar la movilidad interprovincial», ha adelantado.
GALICIA, «PARTIDA EN CUATRO»
En cualquier caso, ha reiterado que es «un error continuado» que Galicia siga «partida en cuatro» una vez superado el pico de la pandemia, una cuestión que «no tiene ninguna razón epidemiológica». «Las cuatro provincias estamos en la misma fase, tenemos prácticamente la misma situación epidemiológica. La realidad social y económica reclama la posibilidad de que las ciudades puedan tener flujos entre ellas», ha insistido.
Además, el titular de la Xunta ha planteado, durante la videoconferencia, la recuperación de los desplazamientos habituales entre las eurociudades que comparten Galicia y el norte de Portugal, ya que «no entienden ni comparten, igual que el Gobierno gallego, esta ruptura de las relaciones comerciales y turísticas» entre ellas.
También en el ámbito de la movilidad, Feijóo ha coincidido con su homólogo asturiano, Adrián Barbón, en que se retome el tránsito en el puente que conecta Ribadeo (Lugo) y la comunidad vecina. «Lo lógico es que la circulación se mantenga cuando la situación epidemiológica es igual», ha subrayado posteriormente, para apoyar sus demandas.
Eso sí, ha calificado como «lógico» que la circulación de personas entre comunidades en una fase distinta sea una competencia que «corresponde al Gobierno central». Así, y a pesar de que él asumiría la gestión de la desescalada, un presidente autonómico solo puede «pedir» el cierre de autovías y aeropuertos a ciudadanos de territorios en una situación peor con respecto a la pandemia.
DATOS «CONTUNDENTES» PARA LA FASE 3
Al hilo de esto, ha confirmado que en los primeros días de esta semana la Consellería de Sanidade solicitará el avance de las provincias gallegas a la fase 3 de la desescalada. Para justificarlo, ha valorado que el 0,49% de las camas hospitalarias de toda Galicia están dedicadas a pacientes de COVID-19 y que la tasa de contagios en la Comunidad es de 0,89 por cada 100.000 personas, mientras en toda España es del 6,01.
«Este dato es contundente entendemos, para que Galicia pase a la fase 3», ha sentenciado, aunque ha apuntado que «cosa distinta» será si se produce un rebrote en próximos días.
PRESENCIA DE PERSONAS DE OTRAS CCAA EN GALICIA
Paralelo a ello, Feijóo ha apuntado que «algún ayuntamiento» gallego ha advertido de una «notable presencia de personas que provienen de otras comunidades autónomas», precisamente una causa que influyó «en buena parte» para el inicio de la pandemia en Galicia durante comienzos de marzo.
Tras incidir en que Galicia «tiene que tener la seguridad de que los rebrotes de otras comunidades» no influyan en su territorio, ha abordado la necesidad de que haya un protocolo estatal único frente a rebrotes, un riesgo que existe desde «hace mucho tiempo» pero que podría acrecentarse con la entrada del turismo nacional e internacional, este último a partir del 1 de julio.
No en vano, ha recordado que el Servizo Galego de Saúde (Sergas) ya tiene su propia hoja de ruta para saber «cómo actuar» frente a un rebrote «en una ciudad, en una parroquia o en una mancomunidad». Su petición de protocolo único, ha incidido, es que el de Sanidade «case» con el del resto de España a efectos de definir «qué es un rebrote».
Precisamente, con la vista puesta en el turismo y preguntado sobre la posibilidad de establecer corredores seguros, Feijóo se ha mostrado favorable a tener «una aplicación informática unida a la historia clínica» de cada paciente para que en los aeropuertos se pueda conocer «una trazabilidad de la infección en cada pasajero» que acude a un lugar.
«Todo este tipo de cuestiones están sin armar en España, de ahí la importancia de tener un plan de rebrote nacional, dada la inseguridad en la que nos movemos en el ámbito del turismo internacional», ha continuado.
«CRITERIOS COMUNES» EN EDUCACIÓN
Por otra parte, Feijóo ha reiterado ante Sánchez la petición de «conocer de forma homogénea» los datos de la pandemia en las residencias de mayores, la de «rebajar» el IVA de las mascarillas –teniendo en cuenta que ahora son obligatorias en espacios donde no se garantiza la distancia social– y que haya «instrucciones claras» sobre eventos como orquestas, espectáculos pirotécnicos y negocios ambulantes.
Asimismo, ha incidido en la necesidad de establecer «criterios comunes» para la reapertura en la educación, aspecto en el que «hay muchas incertidumbres». «No podemos mirar para otro lado porque hay que preparar el próximo curso», ha recalcado.
Tras recordar que en Galicia ya pudieron volver a las aulas los alumnos de 2º de Bachillerato y de 2º de Formación Profesional, ha aseverado que los diferentes criterios entre comunidades podría conllevar una bajada en los valores del informe PISA, en un mayor fracaso escolar y en «desigualdades» entre los estudiantes.