La inútil posición de España: Cero iniciativas y a la espera de que otro saque la vacuna

  • En Reino Unido, la Universidad de Oxford tiene una vacuna muy avanzada.
  • Moderna, en Estados Unidos, dará el pase a la fase 3 de su vacuna en julio.
  • España asegura no haber entrado en ningún preacuerdo porque no se fía de que las vacunas vayan a funcionar.
  • El coronavirus ha cogido al mundo desprevenido, sin embargo, hay algunos países que han reaccionado mejor que otros. Mientras las principales naciones del mundo han cogido posiciones de cara a desarrollar una vacuna o a encontrar un tratamiento efectivo, España parece estar a por uvas. Moderna, una compañía estadounidense, pasará en julio a la fase 3 de su vacuna y comenzará a probarla en hasta 30.000 personas. Entre tanto, Italia, Alemania, Holanda y Francia han llegado a un acuerdo conjunto con la empresa Astrazeneca para obtener 400 millones de dosis de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford, a la cual evidentemente Reino Unido también tendrá acceso. Y mientras tanto España, solo ha decretado el uso obligatorio de mascarillas hasta que se encuentre un tratamiento o una vacuna.

    España tiene sus propios proyectos, pero está claro que no puede competir con grandes naciones como China o Estados Unidos. Sin embargo, la única oportunidad que tenía de posicionarse bien de cara a la obtención de una vacuna la ha perdido, o la ha ignorado de momento. Mientras Italia, Alemania, Holanda y Francia se han posicionado rápido para beneficiarse de la vacuna de Oxford, España se ha quedado fuera. Sea por la baja capacidad técnica para desarrollarla o porque simplemente el Gobierno se ha dormido en los laureles, lo cierto es que el BOE obliga a llevar mascarillas hasta que se encuentre una vacuna o un tratamiento. Y lo fascinante es que se da por hecho que llegará desde fuera, aunque nuestro país no estará entre los primeros que accederán a la misma.

    Hay tres países que están a la cabeza del desarrollo de la vacuna. El primero, Estados Unidos, que de la mano de Moderna parece que para finales de año habrán desarrollado una que dicen será efectiva. El segundo, Reino Unido de la mano de la Universidad de Oxford, que incluso ya están produciendo en masa las dosis por lo convencidos que están de que su vial funcionará. Y el tercero, China, que informar de la misma es más complicado dada la opacidad con la que trabaja su Gobierno, aunque ya han avisado de que si la desarrollan la concederán al mundo sin coste, no como Estados Unidos, que sí que parece querer enriquecerse de la coyuntura.

    La respuesta del Gobierno es que están siendo prudentes. Desde el ejecutivo insisten en que no hay pruebas de que las vacunas que están a la cabeza vayan a ser efectivas y que no quieren comprometerse con nadie antes de saber los resultados concretos. Sin embargo, la inacción ha llevado al Gobierno a estar en una posición completamente excluido.

    Pese a que no se conocen resultados reales, Moderna, por ejemplo, ya quiere cobrar un peaje por posicionarte para comprar su vial. Como si de un cliente premium se tratara, quienes están desarrollando la vacuna ya exigen un pago sin dar resultados. Pero al menos ya pasan a probar su producto en 30.000 personas y no en ratones, la fase en la que está actualmente España con su vacuna.

    Hasta Reino Unido (junto a Estados Unidos y Suiza), en cuyo seno se está desarrollando la vacuna de Oxford, ha pagado el peaje de Moderna para encontrarse en una posición privilegiada de cara a la compra de una futura vacuna. España, por su parte, se vende como un país prudente, pero lo cierto es que tiene una deuda del 120% del PIB que le dificulta asumir riesgos como puede ser el hecho de pagar un peaje por una vacuna de la que no se conoce un resultado concreto o si será efectiva contra el coronavirus.

    El Gobierno insiste en que su opción más viable es la de pactar con Astrazeneca por la vacuna de Oxford. Lo cierto es que mantienen un diálogo abierto y tienen la posibilidad de adherirse al contrato, ya que el convenio firmado con la empresa permite a cualquier país miembro de la Unión Europea sumarse al bloque que conforman Francia, Alemania, Italia y Holanda. Es posible que tan pronto la vacuna de Oxford anuncie avances, España dé el salto. Pero de momento el Gobierno es un mero espectador a la espera de que otros hagan el trabajo. Y mientras tanto, mascarilla.