Rápido, saludable y fresco para el verano: así se hace un verdadero ajoblanco

El gazpacho, el salmorejo e incluso la vichyssoise son sopas frías ideales para cuando las temperaturas empiezan a apretar. Son recetas estupendas porque son refrescantes, saludables y normalmente muy fáciles de preparar. Hoy sin embargo, queremos centrarnos en otro de los platos veraniegos, quizás un poco más desconocido, el ajoblanco. Reúne los mismos requisitos, es rápido, saludable, y está muy rico especialmente si se sirve muy fresquito. Te contamos cómo se prepara a continuación.

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Trucos

Ya hemos dicho antes que el ajoblanco es una receta rápida y sencilla de preparar. Sin embargo, hay varios detalles que marcarán la diferencia en el resultado obtenido. El pan por ejemplo, es fundamental. Tenemos que utilizar un pan de los de toda la vida – idealmente de candeal – no vale un pan precocinado por ejemplo. Además, el pan tiene que estar duro de varios días. También las almendras son determinantes y es mejor no recurrir al fruto seco ya pelado que venden en la mayoría de las tiendas, sino hacerse con una almendra marcona cruda y escaldarla para retirarle luego facilmente la piel sin que le cambie el sabor.

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