Periodista del New York Times renuncia, harta de «discriminación» y corrección política

La periodista Bari Weiss, parte de la sección de opinión del New York Times desde 2017, ha anunciado su dimisión este martes a través de una carta que ha publicado en su web personal. Weiss, que con su trabajo ha tratado de incluir en el periódico opiniones de todo el espectro político de Estados Unidos, asegura haber sufrido desprecios por sus compañeros y ser víctima de la corrección política que ha invadido al diario.

Además, ha mencionado a Twitter como nuevo «editor» del periódico, asegurando que las historias que se publican son enfocadas para gustar y ser aprobadas por el público de esta red social.

«Twitter se ha convertido en el editor último. A medida que la ética y las costumbres de esa plataforma se han convertido en las del periódico, el periódico en sí se ha convertido cada vez más en una especie de espacio performativo», denuncia Weiss en su carta de renuncia. La periodista de 36 años se queja de que su intento por ampliar el espectro de un periódico de izquierdas dando voz también a opiniones conservadoras o afines a Donald Trump, ha acabado por hacerle sufrir una «atmósfera intolerante» en la redacción, así como desprecios y difamaciones por parte de compañeros.

«Me han llamado nazi y racista», asegura Weiss, recordando también que otros periodistas del NYT la han difamado por Twitter tachándola de mentirosa y fanática, sin recibir ningún castigo por ello.

De esta forma, ha lamentado que no se «rete» a los lectores ofreciéndole diversos puntos de vista, sino que se pase todo el contenido por el filtro de la corrección política antes de ser publicado. «Las historias se eligen y se cuentan de una forma determinada para satisfacer al público más limitado, en lugar de permitir que un público curioso lea sobre el mundo y luego saque sus propias conclusiones», alerta la comunicadora.

«LA AUTOCENSURA SE HA CONVERTIDO EN LA NORMA»

En este contexto, Bari Weiss ha criticado que en lugar de escribir contenido «atrevido», se prefieran los «clics» publicando artículos que sitúan a Trump como un «peligro único para el país y para el mundo». Asegura que la «autocensura se ha convertido en la norma».

Explica que si la ideología de los redactores del New York Times «coincide con la nueva ortodoxia», su trabajo permanece incuestionable, mientras que el resto viven con permanente miedo a la «tormenta digital».

Por todas estas razones, así como el desagradable entorno laboral en el que ha sufrido «discriminación» y «hostilidad», le han valido motivos suficientes a la periodista para renunciar a su puesto en el reputado periódico estadounidense.